El Gobierno cubano encargó el pasado 1 de julio 719 coches eléctricos al fabricante chino BYD, ¿qué van a hacer el resto de fabricantes? ¿Estamos ante un movimiento aislado o supone la regeneración de un sector?
La llegada del coche eléctrico está siendo muy desigual en función del país del que hablemos y buena parte de la culpa la tienen las Administraciones Públicas. En aquellos países donde se potencia con ayudas este tipo de movilidad se demuestra que los usuarios están de acuerdo en no contaminar tanto, todo lo contrario sucede en países como España. Pero en Cuba puede que suceda todo lo contrario, aunque con un giro inesperado.
Cuando pensamos en movilidad eléctrica, innovación... se nos va la cabeza a Tesla, a Nissan, Renault, Ford... y muchos más fabricantes que apuestan por la movilidad eléctrica o híbrida. Pero nunca pensamos en fabricantes chinos como BYD, que está a la cabeza en cuanto a fabricación de autobuses eléctricos por ejemplo a un coste asumible por organismos públicos como ayuntamientos de cara a renovar su flota de autobuses.
Cuba encargó a BYD 40 coches eléctricos el pasado año.
El anuncio del fin del embargo a Cuba por parte de Estados Unidos está conllevando bastantes cambios en pocos meses, entre ellos nuevos proyectos que usan la energía renovable como principal fuente, inversión en tecnología y, como era de esperar, una importante renovación del parque automovilístico, fuertemente influenciado por Estados Unidos y sus coches de las décadas de los 50, 60 y 70. Pues ir guardando las fotos porque se va a acabar.
Forbes ha adelantado que el Gobierno Cubano cerró un acuerdo con BYD el pasado 1 de julio con el objetivo de adquirir una flota de 719 vehículos 100% eléctricos. Este fabricante chino está enamorando a buena parte de las ciudades que se interesan en la movilidad eléctrica y Cuba no ha sido menos, tanto es así que es posible que abran en Cuba un centro técnico si el volumen de vehículos eléctricos crece con fuerza.
Estos coches eléctricos tendrán como fin transportar a los turistas por la ciudad y contempla desde monovolúmenes a sedanes o compactos.
La industria automovilística presente en Cuba va a dar un salto de gigante al pasar de los coches de hace 40 o 50 años a lo último en materia de movilidad. No tendrán ese estilo inconfundible, pero es un salto tecnológico enorme que debe de ir apoyado de manera obligada por una fuerte inversión en materia de capacidad eléctrica del país para abastecer a los puntos de recarga.
¿Serán los únicos? No, Cuba es un país muy interesante desde el punto de vista comercial desde el fin del bloqueo por lo que el resto de fabricantes estarán moviendo sus hilos para que BYD no se quede con todo el mercado automovilístico.
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