Noticia Daydream para juegos VR en Android: qué fue, cómo funcionaba y en qué punto está ahora

Daydream VR


La realidad virtual en el móvil parecía llamada a ser la siguiente gran revolución del entretenimiento, y durante unos años Google Daydream fue el epicentro de esa apuesta en Android. Aunque hoy la plataforma esté oficialmente abandonada, sigue generando dudas, curiosidad y nostalgia entre quienes quieren usar su visor para juegos VR en Android o rescatar experiencias inmersivas que marcaron una etapa.

Si estás pensando en exprimir unas gafas Daydream View que tienes por casa, quieres saber qué juegos y apps VR funcionaban con esta tecnología, o simplemente te interesa entender por qué Google dio un paso atrás, aquí vas a encontrar una guía completa y actualizada sobre Daydream para juegos VR en Android, desde su historia y requisitos hasta la situación real a día de hoy con Android 11 y versiones posteriores.

Qué era exactamente Google Daydream en Android​


Google Daydream fue la plataforma oficial de realidad virtual móvil de Google integrada en Android, pensada para que cualquier usuario pudiera disfrutar de experiencias VR de buena calidad usando solo su smartphone y unas gafas compatibles. A diferencia de las típicas carcasas de plástico tipo cardboard, aquí había todo un ecosistema: visor, mando, servicios del sistema y una tienda de apps específica.

La idea era que, al colocar el móvil en el visor Daydream View y abrir las aplicaciones compatibles, el usuario pudiese sumergirse en mundos virtuales, juegos y vídeos en 360 grados, con un nivel de comodidad y rendimiento superior al de las soluciones más básicas que se limitaban a duplicar la pantalla.

Para hacerlo posible, Google integró en Android una serie de componentes especializados: el sistema de seguimiento de movimiento, la gestión de baja latencia, controles específicos y la famosa app “Daydream” que actuaba como lanzador y centro neurálgico de todo el contenido VR. Todo eso se apoyaba en un módulo clave: los Google VR Services o servicios de VR.

Versiones principales de la app Daydream y requisitos de Android​


Durante su vida útil, la plataforma fue recibiendo diferentes versiones de la app y los servicios asociados, adaptándose a las novedades del sistema operativo. En los listados de descarga de APK quedan reflejadas varias versiones destacadas, todas pensadas para móviles con Android 7.0 o superior como requisito mínimo para funcionar.

Entre las compilaciones más conocidas de la app Daydream se encuentran versiones como la 1.23.190812026, que apareció a mediados de agosto de 2024, y otras iteraciones anteriores como la 1.20.190204006, la 1.19.181016006, la 1.18.180905026, la 1.17.180716026 o la 1.16.180604056, todas ellas ligadas a Android Nougat 7.0 y posteriores. Estas versiones iban ajustando compatibilidades, afinando el rendimiento y corrigiendo problemas de seguridad.

Cada iteración del APK traía pequeños cambios internos, pero el mensaje era siempre el mismo: para usar Daydream con juegos VR necesitabas un teléfono Android relativamente moderno y certificado, capaz de cumplir con los requisitos de pantalla, sensores y potencia gráfica que Google exigía para garantizar una experiencia fluida.

Con el paso del tiempo, esas actualizaciones se fueron espaciando y finalmente detuvieron, dejando claro que Google no seguiría dedicando recursos a mantener viva la parte de software de la plataforma, aunque algunos APK sigan circulando y se puedan instalar en móviles concretos con versiones antiguas de Android.

La experiencia VR que proponía Daydream en juegos y contenido​


Daydream nació para ofrecer algo más pulido que el típico cardboard: la combinación de un visor ligero, un mando con sensores de movimiento y una capa de software optimizada permitía jugar a títulos VR y consumir contenido 360 sin depender de un PC potente ni de una consola.

El usuario podía, por ejemplo, ponerse las gafas y sumergirse en vídeos inmersivos donde bucear con tiburones, viajar al espacio o pasear por ciudades históricas, moviendo la cabeza para elegir el punto de vista que más le interesara, en vez de limitarse a seguir el encuadre que marca un director. Esa libertad de mirar a cualquier punto del entorno era una de las claves de la experiencia.

Además de vídeos, la plataforma integraba experiencias basadas en Google Street View en versión VR. Esto permitía recorrer calles y rincones del mundo como si estuvieras caminándolos, con la sensación de estar de pie en medio de la calle, girando sobre ti mismo y observando a tu alrededor en 360 grados gracias al giroscopio del móvil y al visor.

Los juegos eran otro de los pilares: desde shooters ligeros hasta aventuras narrativas o rompecabezas, muchos títulos se diseñaban para que el jugador tuviera la impresión de estar dentro del escenario y no simplemente mirando una pantalla. El mando de Daydream, con sus sensores de movimiento y su touchpad, hacía posible apuntar, disparar, señalar elementos del entorno o interactuar con menús en el aire.

También hubo una fuerte apuesta por el vídeo en gran formato y los eventos deportivos en 360 grados. Plataformas como Netflix, YouTube, la NBA, la NFL o la liga de béisbol llegaron a ofrecer experiencias adaptadas a la realidad virtual con Google Daydream, de forma que podías ver partidos, series o vídeos como si te sentaras en una sala de cine virtual o en una grada con vistas privilegiadas.

Qué necesitabas para usar Daydream: visor, móvil y servicios VR​


Para subirse al carro de Daydream hacían falta dos piezas de hardware fundamentales: unas gafas Daydream View y un smartphone compatible. Las gafas se podían conseguir por algo más de 100 euros en su momento, y se convertían en la carcasa en la que colocabas el teléfono para convertirlo en el motor de tus experiencias VR en Android.

El visor oficial se complementaba con el controlador Daydream, un pequeño mando con sensores de movimiento, botones y superficie táctil que permitía navegar por los menús, apuntar en los juegos y realizar gestos sencillos. Sin ese mando, muchas apps no resultaban prácticas, ya que el diseño de interfaz partía de su existencia.

La segunda pieza clave era el smartphone. Aquí no valía cualquier cosa: Google exigía un panel de calidad, sensores bien calibrados y una potencia gráfica suficiente para que la experiencia no marease. En la práctica, eso se traducía en que solo unos cuantos modelos de gama alta (y unos pocos de gama media-alta) contaban con la etiqueta oficial de “Daydream Ready” o certificados para Daydream.

Además del hardware, en el propio sistema Android corrían en segundo plano los servicios de VR de Google (Google VR Services). Estos servicios eran los encargados de gestionar el tracking, la corrección de distorsión, la integración con la app Daydream y la comunicación con el visor. Sin un APK de estos servicios actualizado y configurado, la experiencia Daydream se rompía o quedaba limitada.

Esa dependencia de un conjunto cerrado de visores, mandos, móviles certificados y servicios de sistema es una de las razones por las que, una vez Google bajó la persiana, todo el ecosistema empezase a quedar en una especie de limbo, especialmente tras los cambios introducidos en Android 11.

Teléfonos Android certificados oficialmente para Daydream​


Durante la fase activa del proyecto, Google mantuvo una lista de móviles certificados para Daydream que marcaba, de forma bastante estricta, qué terminales ofrecían una experiencia aceptable. Según esa referencia oficial, hacía mucho tiempo que la lista no se actualizaba con modelos nuevos incluso antes de la retirada definitiva de la plataforma.

Entre los últimos modelos de Samsung reconocidos para Daydream se encontraban los Galaxy S9 y S9+ junto al Galaxy Note 8. En el lado de Google, los terminales con sello Daydream incluían dispositivos como el Pixel 3 y el Pixel 3 XL, mientras que en el catálogo de Huawei figuraba, por ejemplo, el Mate 9 Pro como uno de los modelos preparados para esta tecnología.

Un detalle llamativo es que ninguna gama alta de 2019 apareció en el listado como certificada para Daydream. Según esa documentación oficial, no había ni un solo smartphone lanzado en 2019 que contara con certificación Daydream, algo que ya anticipaba que Google estaba dejando de lado la plataforma mucho antes de anunciar su final de forma pública.

En la práctica, esto implicaba que los usuarios con móviles más recientes que querían utilizar sus viejas gafas Daydream View se encontraban con bloqueos de compatibilidad, apps que no aparecían en Google Play y mensajes del sistema indicando que el dispositivo no era compatible con Daydream ni con varias apps VR oficiales.

Esta situación empujó a algunos usuarios avanzados a buscar soluciones alternativas, desde forzar la instalación de los APK hasta modificar los servicios de VR para sortear las restricciones, aunque con resultados desiguales según el modelo y la versión de Android instalada.

Cómo comprobar si tu móvil Android es compatible con Daydream VR​


Daydream para juegos VR en Android


Incluso cuando la lista oficial de Google dejó de actualizarse, seguía habiendo formas prácticas de saber si un móvil tenía posibilidades de funcionar con Daydream. Una de las pruebas más simples consistía en buscar ciertas aplicaciones VR oficiales en Google Play usando el propio teléfono.

Si desde tu móvil entrabas en la Play Store y escribías términos como “YouTube VR” o “Netflix VR” y no aparecía ningún resultado oficial, era una fuerte pista de que el dispositivo no se consideraba compatible con la plataforma Daydream. En muchos casos, esas apps ni siquiera se listaban para evitar instalaciones en teléfonos no certificados.

Otra forma de comprobarlo era acceder directamente desde el navegador del móvil a un enlace profundo que apuntase a la ficha de YouTube VR en Google Play. Al hacer clic, se abría la tienda y, si el móvil no estaba soportado, la pantalla mostraba un mensaje indicando que el dispositivo no era compatible con esa aplicación. Cuando sí lo era, aparecía el botón de instalación de forma habitual.

Si pasabas estas pruebas y podías instalar las apps clave, era señal de que tu teléfono cumplía, al menos en teoría, los requisitos básicos para funcionar con Google Daydream y disfrutar de juegos VR adaptados, siempre que tu versión de Android no se hubiese quedado sin soporte por parte de los servicios de Google.

Para el usuario medio, estas comprobaciones eran más claras que bucear en documentación técnica, y seguían siendo útiles cuando el proyecto ya daba señales de agotamiento, porque permitían confirmar rápidamente si merecía la pena intentar usar un visor Daydream View con ese móvil en concreto.

Fin del soporte oficial: Android 11 y el adiós definitivo a Daydream​


La caída de Daydream no fue de un día para otro, sino un proceso que empezó a hacerse visible en octubre de 2019. Ese mes, Google dio un golpe importante al anunciar que los Pixel 4 y Pixel 4 XL no incluían soporte para Daydream, marcando la ruptura con su propia línea de referencia en Android.

Casi al mismo tiempo, la compañía retiró sus gafas Daydream View de la venta oficial, otra señal clara de que dejarían de impulsar la plataforma a nivel de hardware. A esto se sumó que servicios como HBO y Hulu ya habían dejado de ofrecer compatibilidad con Daydream meses antes, debilitando aún más el catálogo de contenidos disponibles.

La confirmación definitiva llegó con Android 11: Google explicó de forma clara en su página de soporte que el software de Daydream VR dejaba de estar soportado de manera oficial por el sistema operativo. Aunque en algunos dispositivos todavía se podía acceder a partes del servicio, la empresa avisó de que no habría más actualizaciones de software ni parches de seguridad.

En ese mismo aviso, la propia Google reconocía que Daydream VR ya no recibiría mantenimiento y que podría funcionar de forma inestable o no funcionar en absoluto en teléfonos actualizados a Android 11 o versiones posteriores. Es decir, quien decidiera seguir usándolo lo daba bajo su propia responsabilidad y con riesgo de encontrar errores sin solución oficial.

Ese cierre afectó tanto a la app de configuración del visor y el mando como al entorno de servicios VR que trabajaban en segundo plano. Sin actualizaciones, cualquier cambio en el núcleo del sistema podía romper la compatibilidad, dejando los visores Daydream View dependiendo de versiones congeladas del sistema operativo o de trucos avanzados para alargarles la vida.

Por qué Google abandonó la realidad virtual móvil de Daydream​


Google llegó a ver un gran potencial en la realidad virtual basada en smartphones, pero con el tiempo empezó a detectar varios límites que impedían que Daydream se convirtiera en una solución viable a largo plazo. Uno de los argumentos más repetidos por la compañía fue la fricción que suponía pedir al usuario que metiera el móvil en unas gafas y renunciara a usarlo para el resto de tareas mientras estaba dentro del visor.

En la práctica, eso significaba que, cada vez que alguien quería jugar o ver contenido VR, tenía que encajar el teléfono en el visor, ajustar correas, sincronizar el mando, y durante toda la sesión no podía usar el móvil para chatear, mirar notificaciones o atender llamadas sin sacar el dispositivo de las gafas. Esa incomodidad chocaba con la forma en la que la mayoría de usuarios usaba su smartphone a diario.

Además, la evolución del hardware y de las expectativas de los jugadores apuntaba hacia soluciones más potentes y dedicadas, como visores independientes o conectados a PC, capaces de ofrecer experiencias VR mucho más complejas y fluidas que lo que podía dar de sí un móvil encajado en un casco de tela o plástico.

La propia Google llegó a señalar que se encontraron con “obstáculos claros” que limitaban la realidad virtual basada en smartphones como apuesta de futuro. Entre esos obstáculos estaba el hecho de depender de modelos muy concretos de móvil, con pantallas, sensores y rendimiento que variaban enormemente entre fabricantes, complicando la tarea de garantizar una experiencia uniforme y de calidad para todos los usuarios.

A eso se sumó la marcha de varios socios de contenido relevantes (como HBO y Hulu), la ausencia de nuevos móviles certificados en 2019 y la creciente atención de la industria hacia propuestas de realidad aumentada y visores dedicados. Todo este cóctel terminó empujando a Google a dar por cerrada la etapa Daydream y redirigir recursos hacia otros proyectos.

¿Se puede seguir usando Daydream para juegos VR hoy en día?​


Aunque el soporte oficial haya terminado, en ciertos casos aún es posible seguir utilizando Daydream para juegos VR en Android, con bastantes matices. La clave está en el móvil concreto, la versión de Android instalada y el estado de las apps y servicios VR necesarios para que todo funcione.

En dispositivos que se han quedado en versiones anteriores a Android 11, es relativamente más sencillo mantener Daydream operativo, sobre todo si todavía se tiene instalada la app oficial y los servicios VR correspondientes. En estos casos, el visor Daydream View y el mando pueden seguir funcionando de forma razonable con muchas experiencias y juegos ya descargados.

Sin embargo, a medida que el sistema se actualiza o que las apps dejan de recibir soporte y cambios en sus APIs, la compatibilidad empieza a resentirse. Incluso instalando APK antiguos, hay riesgos de que partes del sistema se comporten de manera inestable, que la tienda ya no liste ciertas apps, o que los servicios VR no se integren bien con los cambios de seguridad y permisos de Android más recientes.

Hay usuarios que, intentando alargar la vida de sus gafas, han recurrido a rutas más avanzadas: desde bloquear las actualizaciones del sistema hasta modificar manualmente los APK de los servicios de VR para saltarse las comprobaciones de compatibilidad. Estas soluciones pueden funcionar en escenarios muy concretos, pero no están exentas de riesgos y requieren conocimientos técnicos elevados.

Para el usuario estándar que simplemente quiere ponerse las gafas y disfrutar, la realidad hoy es que Daydream es un proyecto congelado: si tu móvil y tu software están en el punto dulce en el que todo sigue funcionando, puede ser aprovechable; si no, es probable que te encuentres con más obstáculos que ventajas intentando revivirlo para juegos VR en Android.

El caso de los móviles “no compatibles” que sí podían mover Daydream​


Una curiosidad de la historia de Daydream es que hubo teléfonos que, sin estar certificados oficialmente, eran capaces de mover la plataforma con bastante soltura. Por ejemplo, algunos usuarios con terminales como un Samsung Note 5 comentaban que podían ejecutar con fluidez títulos como Daydream River u otras experiencias VR exigentes, pese a que el sistema marcaba esos dispositivos como incompatibles.

En muchos de estos casos, las restricciones parecían estar relacionadas con cuestiones de tamaño físico, diseño del dispositivo o decisiones de Google sobre qué modelos promocionar como “ideales”, más que con la potencia bruta del hardware. El resultado era que el sistema bloqueaba la instalación o el uso completo de Daydream aunque el móvil tuviera músculo suficiente para tirar de gran parte de los juegos.

Esto empujó a parte de la comunidad a buscar soluciones alternativas, como modificar el APK de los servicios de VR o usar herramientas avanzadas para engañar al sistema y hacerle creer que el dispositivo era uno de los modelos certificados. En foros especializados se compartían guías y trucos, aunque no siempre resultaba sencillo replicar esos pasos sin un cierto dominio de la modificación de APK.

Quien no tenía conocimientos de desarrollo o de ingeniería inversa se veía obligado a pedir directamente un APK ya modificado de los servicios de VR, confiando en que otra persona hubiera hecho el trabajo de adaptación para su modelo de móvil concreto. Eso dejaba en evidencia hasta qué punto la experiencia Daydream dependía más de banderas de compatibilidad que de las capacidades reales del hardware.

Hoy, quienes intentan seguir esta vía de APK modificados se mueven en un terreno mucho más frágil, porque el resto del ecosistema ha seguido evolucionando sin Daydream, lo que hace que cada vez haya más piezas desajustadas que dificultan recuperar una experiencia VR estable en teléfonos modernos.

La trayectoria de Daydream sirve como recordatorio de lo rápido que cambian las apuestas tecnológicas en movilidad: una plataforma que llegó con la promesa de ofrecer juegos y experiencias VR inmersivas desde el móvil ha pasado en pocos años a ser un producto discontinuado que solo algunos nostálgicos y entusiastas intentan mantener con vida, mientras la industria apunta hacia visores dedicados y nuevas formas de realidad extendida.

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