Activision Blizzard acaba de publicar sus resultados financieros con récord en ingresos de su distribución digital, representando más del 50% de los ingresos de la compañía por primera vez en su historia pero que no llegan a lo esperado por Wall Street. Además se ha soltado la bomba: Destiny tendrá una gran expansión en 2016 y un nuevo juego secuela en 2017.
2015 ha sido un buen año para la franquicia gracias a la salida de Destiny: The Taken King que corrigió, en gran parte, los numerosos problemas de la primera versión de Destiny. Un juego muy esperado debido al nombre de Bungie, pero que decepcionó a una gran parte del sector.
La nueva expansión revitalizó el juego con una narrativa más trabajada y la mejor raid del juego. Bungie ha estado más activa en el desarrollo y la comunicación de sus ambiciones a los jugadores, pero han pasado muchos meses tras la última actualización de contenido. Activision Blizzard ha comunicado en su reporte que habrá una última y gran actualización de contenido este año que, seguramente, contará con una actualización del nivel máximo y una nueva raid.
En 2017 saldrá un juego totalmente nuevo de la franquicia que servirá como secuela. ¿Qué cambios traerá?
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