- Este fin de semana comienza el horario de verano.
- El cambio de hora tiene mínimas consecuencias para nuestra salud al perder una hora de sueño.
En la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de marzo se producirá el cambio de hora. Así comenzará oficialmente el horario de verano, un período de tiempo que se armoniza según la normativa comunitaria y la legislación española. La introducción del período de la hora de verano, como se conoce oficialmente, supone la pérdida de una hora de sueño, ya que deberemos adelantar los relojes: a las 2:00 h serán las 3:00 h. ¿Cómo afecta a nuestro cuerpo esta medida?
El cambio de hora puede provocar síntomas como un mayor cansancio, fatiga o apatía, que desaparecen al poco tiempo en cuanto nuestro organismo se adapta biológicamente
El Dr. Juan Antonio Madrid, catedrático de Fisiología de la Universidad de Murcia, explica a Hipertextual que los efectos que experimenta el organismo tras el cambio de hora son parecidos "a los que ocurren cuando una persona se va de viaje a Canarias". Los síntomas que pueden aparecer con la llegada de la hora de verano pueden incluir un mayor cansancio, fatiga, apatía o irritabilidad que, en todo caso, desaparecen en unos días. Estos problemas se deben a la pérdida de una hora durante la noche, lo que puede implicar pequeños y leves trastornos de sueño y comportamiento.
El potencial impacto sobre la salud del cambio de hora es reconocido también por la Unión Europea, que en un informe publicado en 2014 cita un estudio de la Organización Mundial de la Salud en el que se relacionan los síntomas que sufriremos durante el fin de semana con un "mini jet-lag". Los efectos perjudiciales que podría acarrear la llegada del horario de verano, en cualquier caso, desaparecen cuando el organismo se adapta biológicamente, algo que puede tardar unos pocos días.
Los ritmos circadianos son el "reloj biológico" que controla las funciones fisiológicas del cuerpo humano, siguiendo un ciclo aproximado de veinticuatro horas. Al modificar ligeramente el tiempo de sueño, el cambio de hora altera también nuestros ritmos circadianos, lo que explica también los problemas leves de sueño y comportamiento que podemos sufrir. En cualquier caso, los expertos coinciden en que la entrada de la hora de verano no tiene mayores consecuencias para la salud. Y es que el hecho de trasnochar cualquier fin de semana afecta mucho más al organismo que el cambio de hora del mes de marzo. Lo más recomendable a la hora de adelantar el reloj es intentar adaptarse al nuevo horario lo antes posible con el fin de reducir al mínimo el impacto fisiológico que puede haber en el organismo.
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