Noticia Dragon Ball Z: Ultime Menace, el eslabón débil de la trilogía Super Butoden para el Cerebro de la Bestia

Dragon Ball Z: Ultime Menace, el eslabón débil de la trilogía Super Butoden para el Cerebro de la Bestia


A veces, sobre todo cuando me da por pensar en la edad que ya tengo, se me dibuja una sonrisa al asumir que pertenezco a la auténtica generación de los Super Butoden. No pasé mi infancia en Japón sino que, por una milagrosa conjunción de astros, a alguien de Bandai se le ocurrió lanzar en las SNES de Francia y España los juegos más recientes basados en la obra de Akira Toriyama. Los buenos, los mejores y también el Dragon Ball Z: Ultime Menace.


Sobraban los motivos para lanzar estos juegos, que conste. En la primera mitad de los años 90, la fiebre de Dragon Ball Z arrasaba en Europa y Japón. De modo que alguien con una visión cristalina supo leer el contexto -pese que en aquella época no era nada habitual- e hizo llegar las batallas de Goku y sus amigos a la SNES, la NES y hasta la Mega Drive. Con los textos en pantalla en perfecto francés, pero es que nos daba absolutamente igual: en aquella época alucinábamos.


Visto con décadas de perspectiva, no éramos conscientes de que aquello era parte de un fenómeno que se extiende hasta nuestros días. Pero es que, pese a no ofrecer las mismas sensaciones de otras sagas de lucha, la trilogía de la saga Super Butoden, el posterior Hyper Dimension y el Dragon Ball Z: L'Appel du destin eran y siguen siendo títulos absolutamente obligados. Con combates espectaculares, sus míticas pantallas partidas y un elenco de personajes que hoy son iconos universales. Pero, como comenté, no todos los juegos brillaron con la misma luz.

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En Vida Extra
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La llegada de Dragon Ball Z: Ultime Menace (el nombre europeo de Super Butoden 3) a nuestras SNES fue, como mínimo, curioso. La expectación era enorme dado que se dejaban de lado las películas y nos metía de lleno en la saga de Majin Buu. La otra realidad: pese a que técnicamente contaba con los personajes más poderosos de la trilogía, aquel juego es recordado como la entrega más floja. ¿Un mal juego? Bueno, digamos que la cosa tiene miga.

El eslabón débil de la trilogía Super Butoden​


La verdad por delante: Dragon Ball Z: Ultime Menace debía ser un gran evento en los videojuegos. Algo verdaderamente especial. Su lanzamiento en septiembre de 1994 en Japón (y en 1995 en Europa) tuvo lugar apenas unos meses después del final de la publicación del manga en la Shonen Jump y el corte en lo que respecta a los contenidos estaba literalmente a la par de lo que se estaba emitiendo en ese momento en las televisiones niponas. La otra realidad es que, pese a tenerlo todo a favor, la falta de pulido y novedades, así como la eliminación de su modo estrella, pesó demasiado.

Los mimbres eran extraordinarios, que conste: Ultime Menace tomaba el testigo del sensacional Dragon Ball Z: La Légende Saien y heredaba de la fórmula clásica de la saga Super Butoden en el Cerebro de la Bestia. Desde sus combates en 2D con pantalla partida, que permitía alejarse y volar sin perder de vista al rival, al reciclaje de varios elementos clave.


¿Y qué personajes había? Lo cierto es que casi todos eran nuevos, para lo bueno y lo malo: nos despedimos de Piccolo, Broly o Cell, pero el plantel incluía a los protagonistas clave de la saga Buu como Goku, Goten, Trunks niño, Majin Vegeta, Gohan adolescente, y debutaban en los videojuegos Kaiohshin, Majin Buu, Dabura y hasta teníamos el retorno de la A-18. Además, había hasta un luchador secreto: Trunks del futuro.

Super Butoden 3


En este aspecto, y a nivel gráfico, el juego era muy similar a Dragon Ball Z: La Légende Saien (el Super Butoden 2), con sprites coloridos y escenarios reconocibles. Sin embargo, la animación o la presentación de muchos de los personajes estaba menos pulida y los fondos, con excepciones, estaban muchísimo menos inspirados.


Por ejemplo, en lo que respecta a los luchadores nuevos si no tocamos el mando vemos cómo Dabura solo mueve un poquito los hombros y los brazos, lo cual se notaba más al ser de mayor tamaño que el resto de personajes. Sin embargo, los luchadores más pequeños, como los niños saiyan, apenas tenían detalles que los hiciesen especiales. Y pese a que se trata de una apreciación personal, el aspecto del propio Majin Buu parecía no estar acabado del todo. ¿Y en lo jugable?


Lo cierto es que las mecánicas de Dragon Ball Z: Ultime Menace apenas evolucionaban frente al juego anterior. Se introdujeron elementos menores, como una especie de forcejeo al colisionar, se añadieron Meteor Combos y en según qué escenario se favorecía más el combate a cortas distancias. Pero el verdadero talón de Aquiles del conjunto fue la eliminación del modo historia. Dicho de otro modo: toda la propuesta de juego se reducía a combates individuales (el clásico Versus) y un modo Torneo, sin ofrecer un verdadero incentivo ni abordar la trama del manga o el anime. ¿Y esto por qué?

La Saga de Buu en clave de 16 bits. O, al menos, sus personajes​


Dragon Ball Z: Ultime Menace lleva la firma de TOSE, quienes también nos dejaron boquiabiertos con los dos primeros Super Butoden y el L'Appel du Destin de Mega Drive. Pero, incluso teniendo un ritmo tremendo lanzando juegos, estamos hablando de un desarrollo de seis meses con muy poco margen de tiempo frente al título anterior: el aclamado Super Butoden 2 (nuestro Dragon Ball Z: La Légende Saien) salió en Japón en diciembre de 1993.


¿Podía haberse hecho algo mejor con más tiempo? Bueno, toca volver a ponerse en contexto: los contenidos de su lanzamiento coincidieron con lo que estaba ocurriendo durante la emisión del anime en Japón, y si Bandai quería aprovechar al máximo el momento de popularidad de Dragon Ball Z en Europa (no se sabía cuanto iba a durar "aquella moda") no podían esperar a que asomasen las fusiones de Gotenks y Vegetto, o que Gohan completase su entrenamiento con los Kaioshin. Ya puestos a especular, quizás el final del manga tuviese algo que ver. Lo único que podemos dar por cierto es que eso se acabó notando una barbaridad en el resultado.


En cualquier caso, lo que sí sabemos por declaraciones del productor asistente Takeo Isogai es que, debido a que el anime Dragon Ball Z no se transmitió en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, el juego no se lanzó en esos países. Con lo que Bandai centró el desembarco Europeo de los juegos de la franquicia en Francia, España e Italia.

Super butoden 3


Lo que está claro es que la eliminación de una propuesta de modo historia, era una decepción por montones de razones, pero dos principalmente:

  • De entrada, el que pudimos ver en Dragon Ball Z: La Légende Saien era sensacional, abarcando el final de la saga de Cell y varias películas como Estalla el Duelo (la de Broly) o los Guerreros de Plata (Bojack), habilitando que eligiésemos rivales y montones de guiños para los fans.
  • Y pese a que era imposible abarcar toda la saga de Buu dado que Majin Vegeta y el propio Buu bonachón era las adiciones finales, dejar a los fans del anime sin el atractivo un modo así era un enorme chasco.

De hecho, incluso se podía haber planteado una historia modesta o algo similar al clásico modo arcade con un final sencillo para cada personaje. Algo que, por cierto, ya vimos en el referido Dragon Ball Z: L'Appel du Destin de Mega Drive. Como resultado, la propuesta de Ultime Menace se limitaba a darnos combates sin contexto. Una sucesión infinita de Torneos eliminatorios si jugábamos a solas. Y eso, en muchos aspectos, hacía que siempre se sintiera que le faltase algo.

Porque en este Super Butoden 3 también estaban los choques de Kame Hame Ha y las batallas por tierra y aire. Y podías luchar 30 combates seguidos enfrentando a Goku y Vegeta. Pero, al final, acabas sintiendo que le faltaba ese elemento que despertaba la esencia de Dragon Ball en los fans. Y eso hizo que quedara eclipsado por los títulos anteriores y un posterior Hyper Dimension, que si te daba ese salto técnico y narrativo. Que resultaba más completo y estaba mucho mejor acabado. Esa gran despedida digna de los saiyans de Toriyama en los 16 bits.

Por qué quedó atrás​

Dbz Ultimate Menace


Directo al grano: cualquier fan de Goku que vivió la época y te diga que no estaba ilusionado con la llegada de Ultime Menace a España miente. Tal cual. La mera existencia de aquel juego provocaba una fascinación y curiosidad insólitas y, a diferencia de los tiempos actuales, los videojuegos basados en franquicias de manga o anime japonesas eran algo extremadamente raro de ver en nuestras consolas.


De modo que este Ultime Menace se ganó la etiqueta de ser el "patito feo" de la trilogía Super Butoden. El eslabón débil de la cadena. Pero ni así aquel cartucho perdió su estatus de ser un auténtico objeto de deseo entre los fans de Dragon Ball. Uno capaz de arremolinar a toda una generación de chiquillos delante de esas pequeñas teles en la que se exponían las novedades de los videojuegos en las tiendas, aunque sea por la genuina curiosidad de ver a esos personajes que habían empezado a mostrarse tímidamente en la Serie Roja de Planeta. A villanos y nuevos protagonistas a los que les quedaba un buen rato para debutar en nuestras teles autonómicas.


De modo que, si nos ceñimos a su propuesta jugable, la realidad es que Dragon Ball Z: Ultime Menace fue la entrega más floja de la serie lanzada en SNES (y Mega Drive) y la menos impresionante, pese a contar con los luchadores más poderosos de su época. Pero es que, incluso estando por detrás de otros juegos de Dragon Ball Z en el Cerebro de la Bestia, aquellos elementos y novedades que le daban identidad frente a Super Butoden 2 también lo hicieron sencillamente irresistible para mi generación. Incluso si luego acabábamos jugado a otras cosas.

Super Butoden 3


Y es que, quizás, si dejamos de lado la nostalgia y tratamos de ser estrictos con el resultado, nos topamos con que Dragon Ball Z: Ultime Menace fue un título que cumplió en lo básico, pero no supo evolucionar ni ofrecer los momentazos que los fans querían ver más allá de las batallas. Siendo un juego nos llegó en esa transición generacional en la que la primera PlayStation elevó el listón. Sobre todo con su promesa ese mismo año del Ultimate Battle 22.


Pero, pese a todo lo anterior, hay que ser de la auténtica generación de los Super Butoden para apreciar lo que realmente fue ese momento. Esa época de Dragon Ball Z en la que no importaba que fuese una franquicia, porque lo sentíamos como algo legítimamente propio. Generándose una curiosa fascinación por continuar las aventuras de Goku, Vegeta y compañía en un mundo en el que nosotros no elegíamos cuando aparecían en la tele. Salvo, claro, que tuvieses la Super Nintendo en casa.


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La noticia Dragon Ball Z: Ultime Menace, el eslabón débil de la trilogía Super Butoden para el Cerebro de la Bestia fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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