En el año 1983, un título pionero que trasladó la auténtica esencia del rol de papel y dados a los videojuegos de sobremesa. Su nombre prácticamente se perdió en el tiempo, pero su legado es, literalmente historia: Advanced Dungeons & Dragons: Treasure of Tarmin es el primer RPG lanzado en una consola. Ojo, que esto de que es el primero no es una opinión. Y pese a que se ha evolucionado e innovado una barbaridad, es la fuente de la que emanan todos los videojuegos de rol.
Pongámonos en contexto: en los años 80, el fenómeno Dungeons & Dragons ya había revolucionado la cultura popular y se colaba en cada vez más hogares. El juego de rol de mesa, nacido en 1974, había introducido la idea de mundos abiertos, personajes con estadísticas variables y narrativas emergentes. Sin embargo, pese a que la imaginación no conoce los límites, llevar esa experiencia a los videojuegos de la época era un reto técnico y conceptual.
Escrito en 1981 y lanzado en 1983, la propia Mattel lanzó Advanced Dungeons & Dragons: Treasure of Tarmin para su propia consola Intellivision, convirtiéndose en el primer RPG de la historia en consolas. Con todo, existían experimentos previos tanto en los ordenadores de entonces como en los arcades. Sin embargo, a todos los efectos este clásico fue el primero en ofrecer una experiencia reconocible de rol en un sistema doméstico. ¿Y cómo se jugaba?
El hito y las lecciones aprendidas del primer RPG lanzado en una consola
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Treasure of Tarmin planteaba al jugador explorar un laberinto tridimensional en primera persona, algo revolucionario para la época. Cada nivel era un entramado de pasillos y habitaciones donde se encontraban enemigos, tesoros y objetos mágicos. ¿Cuánto hay de Dungeons & Dragons y cuanto de los RPGs que hoy conocemos?
- De entrada, se aplicó el sistema de estadísticas en el que el jugador gestionaba dos tipos de salud, espiritual y de guerra, que se veían afectadas por armas físicas o mágicas.
- Además, siguiendo el ritmo de las partidas en papel y dados, se aplicaron los combates por turnos. El sistema era rudimentario, pero introducía la idea de estrategia y gestión de recursos.
- Finalmente, a falta de una narrativa profunda había un objetivo final: derrotar al Minotauro que custodiaba el Tesoro de Tarmin, un desafío que requería preparación y exploración paciente.
Este diseño trasladaba al videojuego conceptos básicos del rol de mesa: progresión, exploración, enfrentamientos con criaturas y la recompensa final. Aquello estaba muy lejos de igualar la experiencia de jugar una partida de Dungeons & Dragons como hoy ocurre con Baldur's Gate, y el hardware de la Intellivision obligaba a que los jugadores actuales empleen un extra de imaginación para sentir que están en un mundo de fantasía. Pero para la época era un paso de gigante.
De hecho, la influencia del juego de rol más importante del mundo en su diseño es más que patente. Treasure of Tarmin no era simplemente un juego de acción con estética fantástica ya que incorporaba elementos clave del rol en los videojuegos como el empleo del inventario y equipamiento, incluyendo armas, armaduras y objetos mágicos que modificaban las estadísticas del jugador.
Además, como un sistema de aleatoriedad que, visto con los ojos actuales, robará una sonrisa a los nostálgicos por los JRPGs clásicos con el modo en el variaba la colocación de enemigos y tesoros. ¿El objetivo? Evocar esa improvisación de una partida de rol. Y es que en una época en la que la mayoría de juegos eran lineales y basados en puntuaciones, Treasure of Tarmin ofrecía una experiencia más abierta y estratégica.
El legado de Treasure of Tarmin
Aunque el impacto comercial de Advanced Dungeons & Dragons: Treasure of Tarmin siempre estuvo acordonado por la propia trayectoria de Intellivision, la rival de Atari en la primera guerra de consolas, lo cierto es que aquel juego que hoy vemos tan espartano dejó su propia huella en varios aspectos:
- Fue el precedente del RPG en consolas, abriendo el camino para títulos posteriores como Dragon Quest (1986) y Final Fantasy (1987), que consolidarían el género desde Japón.
- Supuso una innovación técnica: apostando por una vista en primera persona anticipaba experiencias inmersivas que décadas después serían estándar en RPG y dungeon crawlers. En especial en la década de los 90s.
- Y, no menos importante, estamos hablando de la adaptación oficial de D&D. Lo cual demostró que las licencias de rol podían trasladarse al videojuego, algo que se repetiría con éxito en PC y consolas en los años siguientes.
Hoy, Dungeons & Dragons: Treasure of Tarmin es recordado muy poco o nada. Casi como un experimento audaz que se atrevió a llevar la esencia del rol a un público nuevo. Sin embargo, su mezcla de exploración, estadísticas y combate fue la semilla de un género que dominaría la industria en los años venideros. Y pese a que no fue un éxito masivo, pero sí supuso un hito histórico: ser el primer RPG en consola, un puente entre el rol de mesa y el videojuego doméstico.
Su influencia en la actualidad es incuestionable y aquellas ideas precoces hoy están presentes en los actuales referentes del género de los RPGs en consolas. Desde Final Fantasy hasta The Elder Scrolls. Demostrando que los videojuegos podían ser más que reflejos de habilidad: podían ser mundos donde vivir aventuras, gestionar personajes y enfrentarse a monstruos. Con la imaginación como principal motor.
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La noticia Dungeons & Dragons: Treasure of Tarmin, cuando el rol de papel y dados saltó por primera vez a las videoconsolas fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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