El artículo anterior se centró en la traición de los juegos que prestamos y nunca nos devolvieron, una herida social. Pero hay un dolor más profundo y universal que comparten miles de gamers a nivel mundial, tal como hemos visto en los comentarios de la comunidad a nuestro anterior artículo: la venta impulsiva de la colección completa.
Este es el verdadero punto de no retorno. No se trata de un cartucho de Donkey Kong 64 perdido, sino de la venta de consolas enteras (GameCube, Wii U, Game Boy) en momentos de urgencia económica o, peor aún, por ignorancia adolescente. El arrepentimiento aquí no es solo sentimental, es la conciencia de que vendiste un tesoro por un puñado de monedas, un tesoro que hoy vale una fortuna.
El arrepentimiento post-venta no es uniforme; se basa en tres factores que amplifican la frustración, capturando precisamente la intención de búsqueda del arrepentimiento por vender juegos antiguos:
Ocurre cuando el gamer vende la consola anterior para financiar la nueva (vender la Wii para comprar la PS3, o la DS para la 3DS). En el momento, parece lógico, pero se pierden consolas que luego se vuelven de culto o tienen versiones especiales.
El error se magnifica cuando se venden consolas completas con juegos de franquicias clave. La Nintendo DSi, por ejemplo, se vendió a bajo precio, pero te obliga hoy a recomprar los cartuchos originales como New Super Mario Bros o Super Mario 64 DS a precios inflados, perdiendo el valor de la inversión original.
Esta es la pesadilla del coleccionista moderno. En los años 90 y 2000, títulos como ClayFighter: Sculptor’s Cut o Conker’s Bad Fur Day (ambos de Rare) se vendían como cualquier otro juego. Hoy, se cotizan en cientos, e incluso miles, de euros si están completos.
Muchos gamers vendieron estos juegos a tiendas de segunda mano por miserias (5€ en efectivo o 7€ en vale de tienda por un cartucho de Nintendo 64). El verdadero dolor no es el dinero que se ganó, sino la diferencia entre lo que te pagaron y los 450€ o más que vale hoy. Es un trauma puramente financiero y emocional.
El punto de venta de segunda mano, como las cadenas especializadas, actúa como el catalizador del arrepentimiento. El lector Damfer menciona haberlo hecho por un «mal aprieto económico» (en el artículo anterior). Estas tiendas ofrecen un alivio inmediato a bajo coste, pero el gamer es consciente de que está recibiendo una fracción del valor real. La tienda se convierte en el símbolo de la mala decisión.
Si quieres recordar cuáles eran los grandes títulos que la gente vendió a precio de saldo, consulta la lista de los 30 mejores juegos de Nintendo DS.
El mercado retro ha madurado. Si en 2005 podías darte el lujo de regalar tu GameCube, hoy ya no es posible, ni sentimental ni económicamente.
El verdadero costo de la venta no es el valor de re-compra. Es la pérdida de la historia única de tu copia y la auto-traición de haber desechado un activo que se revalorizaba. El arrepentimiento por la venta es, por lo tanto, el nivel más alto de nostalgia gamer, y es la razón por la que muchos, tras haber vendido, juran jamás volver a soltar una consola de su mano.
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Este es el verdadero punto de no retorno. No se trata de un cartucho de Donkey Kong 64 perdido, sino de la venta de consolas enteras (GameCube, Wii U, Game Boy) en momentos de urgencia económica o, peor aún, por ignorancia adolescente. El arrepentimiento aquí no es solo sentimental, es la conciencia de que vendiste un tesoro por un puñado de monedas, un tesoro que hoy vale una fortuna.
Las tres trampas de la venta fatal
El arrepentimiento post-venta no es uniforme; se basa en tres factores que amplifican la frustración, capturando precisamente la intención de búsqueda del arrepentimiento por vender juegos antiguos:
1. La venta por migración tecnológica (El error de la DSi)
Ocurre cuando el gamer vende la consola anterior para financiar la nueva (vender la Wii para comprar la PS3, o la DS para la 3DS). En el momento, parece lógico, pero se pierden consolas que luego se vuelven de culto o tienen versiones especiales.
El error se magnifica cuando se venden consolas completas con juegos de franquicias clave. La Nintendo DSi, por ejemplo, se vendió a bajo precio, pero te obliga hoy a recomprar los cartuchos originales como New Super Mario Bros o Super Mario 64 DS a precios inflados, perdiendo el valor de la inversión original.

2. La venta por desconocimiento (El tesoro Rare regalado)
Esta es la pesadilla del coleccionista moderno. En los años 90 y 2000, títulos como ClayFighter: Sculptor’s Cut o Conker’s Bad Fur Day (ambos de Rare) se vendían como cualquier otro juego. Hoy, se cotizan en cientos, e incluso miles, de euros si están completos.
Muchos gamers vendieron estos juegos a tiendas de segunda mano por miserias (5€ en efectivo o 7€ en vale de tienda por un cartucho de Nintendo 64). El verdadero dolor no es el dinero que se ganó, sino la diferencia entre lo que te pagaron y los 450€ o más que vale hoy. Es un trauma puramente financiero y emocional.

3. La tienda como punto de no retorno
El punto de venta de segunda mano, como las cadenas especializadas, actúa como el catalizador del arrepentimiento. El lector Damfer menciona haberlo hecho por un «mal aprieto económico» (en el artículo anterior). Estas tiendas ofrecen un alivio inmediato a bajo coste, pero el gamer es consciente de que está recibiendo una fracción del valor real. La tienda se convierte en el símbolo de la mala decisión.
No puedo leer estos comentarios sin sentir un escalofrío. Yo mismo cometí ese error imperdonable: acudí a una tienda CeX en un momento de necesidad y vendí mis cartuchos de Nintendo 64. Recuerdo perfectamente la sensación de saber que juegos de Rare o grandes títulos que hoy valen un ojo de la cara me los pagaron por un precio irrisorio. A día de hoy, me arrepiento de haber vendido esos cartuchos de N64 por dinero que se fue en un par de días. Lo hice peor aún con mi Nintendo DSi. La vendí con mis copias de Super Mario 64 DS y el original New Super Mario Bros, pensando que ya no los necesitaba. El dolor no es solo por el dinero perdido; es la sensación de haber maltratado y regalado un legado personal a cambio de una urgencia momentánea.
Si quieres recordar cuáles eran los grandes títulos que la gente vendió a precio de saldo, consulta la lista de los 30 mejores juegos de Nintendo DS.
¿Por qué hoy no puedes permitirte vender tu colección?
El mercado retro ha madurado. Si en 2005 podías darte el lujo de regalar tu GameCube, hoy ya no es posible, ni sentimental ni económicamente.
El verdadero costo de la venta no es el valor de re-compra. Es la pérdida de la historia única de tu copia y la auto-traición de haber desechado un activo que se revalorizaba. El arrepentimiento por la venta es, por lo tanto, el nivel más alto de nostalgia gamer, y es la razón por la que muchos, tras haber vendido, juran jamás volver a soltar una consola de su mano.
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