El estudio de animación de referencia en el mundo ya lleva dos décadas regalándonos emociones. Pero hay una decidida bajada de calidad en sus películas recientes.
Con Finding Dory, Pixar nos deja nuestra dosis de emociones y humor a la que estamos acostumbrados. Pero los datos indican que Pixar poco a poco se va desinflando.
Story is King. La historia es el rey, es el mantra dentro del estudio cinematográfico, ahora dentro del paraguas de Disney. Cualquier tiempo pasado fue mejor, y en este caso parece que es así.
Bajada de calidad, aumento de costes
Ateniéndonos a los datos de Rotten Tomatoes, el agregador de datos de críticos de cine, encontramos una tendencia suave, pero clara: las películas de Pixar no son tan buenas como en el pasado. Pixar empezó muy fuerte, las cinco primeras películas Toy Story, A Bug’s Life, Toy Story 2, Monsters Inc y Finding Nemo tienen una nota media de 8,4/10 según la crítica. Las cinco más recientes de Pixar tienen, un 7,3/10. ¿Qué está pasando?
El experto en cine Paco Casado ve una combinación de muchos factores: “hay que entender que Pixar apareció en el sector de la animación como un elemento revolucionario. Como no podría ser menos, este carácter rompedor ha ido desapareciendo en pos de una institucionalización, hasta llegar a su compra por parte de Disney. Por ello quizás las primeras películas de Pixar tienen ese carácter innovador que nos hace verlas como un ariete que rompió el discurso de que la animación era cosa de niños. Y por ello las películas menos valoradas de Pixar son las que tienen un enfoque infantil más evidente (Cars, Cars 2 y The Good Dinosaur).”
El aumento de los costes de cada título añade presión al estudio. Quizá sea uno de los motivos por el cual quieran tirar por lo seguro, y las secuelas les garantizan una historia que su público ya conoce.
¿Influye tanta secuela?
Han pasado 21 años y 17 títulos desde Toy Story en 1995. En la primera mitad de su vida Pixar solo contaba con una secuela, la propia Toy Story 2 de 1999, que fue una excepción durante quince años. Toy Story 3 en 2010 quitó el tapón, y desde entonces las secuelas dominan en Pixar. Cuatro de las últimas 7 películas son segunda o tercera parte de una historia anterior.
El futuro no pinta mejor en cuanto a secuelas. El calendario de Pixar para 2017-19 cuenta con Cars 3, Toy Story 4, Coco (original) y The Incredibles 2. Es decir, que siete de las últimas once películas serán secuela en tres años. Pero Pixar es especial hasta en las secuelas, Casado nos lo explica: “Finding Dory llega 13 años después de Buscando a Nemo, algo impensable en otros estudios que suelen aligerar las secuelas para que el público no olvide las primeras partes. Pixar sabe que juega con el factor emocional y nostálgico y por ello se puede permitir el lujo de espaciar tanto las segundas partes.”
Mirando la taquilla
Ajustando por inflación los ingresos mundiales de taquilla en el cine, vemos una tendencia similar de suave descenso. Ahora hay más películas de Pixar, una al año de media, y eso aumenta los ingresos del estudio, aunque disminuyan ligeramente las ganancias por título.
Esto es sin contar potentes añadidos como merchandising y los ingresos posteriores: ventas en DVD, Blu-Ray, alquileres, streaming, e incluso la perenne capacidad de Disney para monetizar en sus parques temáticos su propiedad intelectual. El negocio es más potente que nunca.
También contamos una correlación suave (0,55) entre taquilla y notas de los críticos. Las películas más taquilleras de la historia de Pixar: Finding Nemo y Toy Story 3 son también de las que más nota tienen, con un 8,7 y 8,9 respectivamente.
Pero hay fuertes desviaciones. Cars 2 es la película con peor nota de la historia del estudio. Lo que no impidió que ingresara más dinero que la propia Cars, Brave, Bug’s Life y casi tanto como películas con mucho mejor calificación como Wall-E o Toy Story.
Buenas noticias
La mejor noticia es que las peores películas de Pixar hacen mala taquilla, y no obtienen una recompensa de ingresos, que podría crear un incentivo para que Pixar rebajase el listón interno. De momento Pixar aguanta. Aunque el declive es claro, visible y palpable, hay capacidad de reacción, enorme capacidad artística y sobre todo, grandes sumas de dinero para nuevas producciones.
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