El ruido que deben emitir los coches eléctricos cuando circulen por debajo de 30 kilómetros por hora en Estados Unidos parece ser demasiado complejo para los fabricantes y estaría bloqueando la publicación de la normativa que lo regula.
La Administración Nacional de Seguridad Vial norteamericana parece ser que se ha encontrado con más problemas de los que esperaba a la hora de introducir el ruido en los coches eléctricos cuando circulan a baja velocidad para poder alertar a peatones y ciclistas de su presencia. Esta regulación debería afectar a coches, tanto híbridos como eléctricos, pero los fabricantes no están del todo cómodos con la normativa por la complejidad del sonido.
Las normas propuestas por este organismo obligaría a Tesla, General Motors, Ford, BMW, Toyota... a añadir alertas acústicas automáticas cuando los coches circulen por debajo de 30 kilómetros a la hora, pero los fabricantes no están de acuerdo con esta fórmula de cálculo:
Las alegaciones se centran en el volumen del ruido que tienen que generar pero sobre todo en la complicación para implementarlo en los coches. Los coches eléctricos o híbridos necesitan disponer de altavoces externos a prueba de agua para emitir el sonido, un controlador especial y un software que controle el sonido en función de la situación en la que se encuentre el vehículo (acelerando, frenando, velocidad a la que circula...). Según el regulador, con esta normativa se evitarían casi 3.000 atropellos de un total de unos 125.000 que se producen cada año en Estados Unidos.
Los fabricantes alegan que esto supondría un coste que habrá que trasladar al vehículo y por tanto lo acabaría asumiendo el cliente, y existen reticencias acerca de si nosotros asumiríamos ese coste felizmente. Otro alegato es que los accidentes a baja velocidad no suelen causar heridos leves y recuerdan que sus coches siguen teniendo bocinas para poder alertar a los peatones.
Según este organismo las probabilidades de accidente de un coche eléctrico o híbrido con un peatón son un 19% superiores a los de un vehículo con motor térmico por lo que consideran muy importante esta normativa. El plazo de aplicación sigue siendo 2018 pero es probable que esta normativa acabe sufriendo modificaciones porque aún no existe un documento y especificaciones oficiales por lo que los fabricantes no tendrían tiempo de implementarlo.
¿Qué sucedera en los próximos meses? Es probable que en marzo vuelvan a reunirse para discutir un nuevo marco legal para el ruido que deben generar los coches eléctricos.
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