El estadounidense Jason Vogt-Roberts se ha atrevido a devolver a la gran pantalla al que es, por derecho propio y con el perdón de Caesar, el simio más célebre de la historia del séptimo arte, y no sólo por su tamaño morrocotudo; y el resultado, por enérgico, ha sido francamente sorprendente.El Rey Kong salió de las mentes febriles de Edgar Wallace en 1933 y se convirtió de inmediato en un icono de los primeros años del sonoro y, sin remedio… Seguir leyendo...
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