El mexicano Rodrigo Prieto podría ganar el próximo domingo el Oscar a Mejor Director de Fotografía durante la 89 edición de los premios de cine.
"Estuvimos a punto de perder a un gran director de fotografía".
Quien lo dice es Alberto Lee, cinematógrafo mexicano, y se refiere al nominado a Mejor Director de Fotografía en los premios Oscar de 2017, Rodrigo Prieto.
El mexicano podría ser premiado por la última película de Martin Scorsese, Silence, la cual retrata la experiencia de dos misioneros jesuitas que viajan hasta Japón para expandir la religión católica.
Fotograma de Silence
El también cinefotógrafo Alberto Lee conoce a Prieto desde hace años, antes de que el nominado empezara sus estudios en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de México. En entrevista con Hipertextual, Lee recuerda cuando conoció a Prieto por el hermano de este, Antonio, especialista en artes escénicas.
El amor por el arte de la imagen venía de familia, aunque para Rodrigo no fue una tarea fácil el dedicarse a ello. La primera vez que Prieto se presentó al examen de ingreso en el CCC no fue admitido y tuvo que esperarse un año para volver a optar por una plaza en el centro.
El cinefotógrafo trabajó como ayudante de la fotógrafa rusa Nadine Markova antes de entrar en el CCC
Muy pocos hubieran dicho en ese momento que Prieto sería el encargado de dar luz a películas como Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar, El lobo de Wall Street o Passengers.
Durante ese año, el ahora nominado a la estatuilla trabajó como ayudante para la fotógrafa rusa Nadine Markova, quien falleció en febrero de 2016. Durante un año, se empapó del trabajo de la fotógrafa de modas y publicidad. "Y al año siguiente entró al CCC, cosa que también hice yo", explica Alberto Lee.
Los dos cinematógrafos mexicanos estudiaron juntos en la escuela y trabajaron conjuntamente en algunos cortos grabados en el formato Súper 8. La experiencia hizo que Lee se diera cuenta del talento innato de Rodrigo Prieto:
Siempre ha sido una persona con muy buen ojo. Tiene esa capacidad de ver la realidad e imaginarla en términos de luces, y un talento innato para manejar cosas y que fueran estéticamente bellas. Me decía: “Cada vez que entro en una habitación me imagino cómo se vería iluminada”. Está ejercitando continuamente la imaginación para ver cómo podría iluminar algo.
Si algo tiene Rodrigo Prieto es que sorprende con cada película que ilumina. El cinefotógrafo está considerado como un "camaleón" por sus compañeros en la industria, ya que consigue adaptar su estilo a todos los diferentes proyectos y directores.
A diferencia de otros directores de fotografía, el mexicano no va por caminos seguros que sabe que funcionarán, sino que arriesga en cada nuevo proyecto. "Cada película tiene un sello especifico, es lo más bonito de Rodrigo. Se reinventa en cada una de ellas", concluye Alberto Lee.
Alan Alexis, cinefotógrafo y director creativo de Chingón Films, también reconoce el estilo propio de Prieto y, según él, "se sabe cuando está detrás de la cámara".
En entrevista con Hipertextual, Alexis subraya:
Es evidente [su talento] desde la trilogía que catapultó al director mexicano Alejandro Gonzalez Iñarritu, Amores Perros, 21 Gramos y Babel, donde la cámara era como un personaje más, operando en mano y con planos muy cerrados, siempre aportando a la narrativa visual.
Fotograma de Amores Perros
La primera vez que Alan Alexis escuchó hablar de Rodrigo Prieto fue en la película Amores Perros, de Iñárritu, y el cinefotógrafo pensó que el director mexicano no podía haber sido el único creador de la que él considera una obra maestra. "Después de 8 millas y Brokeback Mountain comprendí su evolución y me di cuenta que estábamos frente a un genio de la luz".
Alexis es mexicano de nacimiento, pero trabaja actualmente en Barcelona, donde imparte una Master class en la Universidad La Salle de la ciudad condal sobre cinematógrafos mexicanos como Prieto, Emmanuel Lubezki y Gabriel Figueroa, entre otros.
A pesar de enseñar a sus alumnos el trabajo de Rodrigo Prieto, Alan Alexis todavía no ha podido conocerle en persona.
La cinematografía en México, entre el amor y el odio
Pricenfees
Emmanuel Lubezki ya es un viejo conocido en los premios Oscar. El mexicano ha conseguido ganar durante tres años el reconocimiento a Mejor Director de Fotografía, por Gravity, Birdman y The Revenant, todas dirigidas por directores mexicanos.
La de Rodrigo Prieto tampoco es su primera aparición en los Oscar; Brokeback Mountain le valió su primera nominación.
Viendo el éxito de los cinematógrafos, algunos podrían pensar que la industria de la cinematografía en México está pasando por uno de sus mejores momentos.
Sin embargo, los entrevistados por Hipertextual reconocen ciertas carencias en la industria mexicana en comparación con la de otros países.
Fotograma de El Lobo de Wall Street
El talento para las artes plásticas ya ha sido demostrado en el país gobernado por el presidente Enrique Peña Nieto, pero "las condiciones materiales de nuestro país no son las mejores y por eso hay gente que se va a Los Ángeles", destaca Alberto Lee, quien afirma que en este sentido Estados Unidos puede parecer un paraíso para los fotógrafos.
Tienes mucho tiempo y muchos recursos materiales para plasmar la visión de imágenes que tienes en la cabeza.
Alan Alexis concuerda con estas afirmaciones de su compañero y añade que "lamentablemente los nombres que hoy escuchamos y nos hacen sentir orgullosos tuvieron que salir del país para probar que tenían talento. En México el "malinchismo" es uno de los mas grandes males y debido a eso existe una gran fuga de cerebros".
El malinchismo es un término que proviene de la Malinche, la amante y traductora de Hernán Cortés durante la época de la conquista. Ser malinchista en México supone el desprecio de lo mexicano para dotar de valor a lo extranjero, especialmente lo europeo y estadounidense.
Rodrigo Prieto ha antepuesto siempre a su familia ante el trabajo
A pesar de que los cinefotógrafos reconocen que muy pocos de sus colegas tienen apoyos del Gobierno que les permitan avanzar en la profesión, también admiten que el éxito de los mexicanos en los Oscar, aunque sean casos concretos, ayudan a valorizar la industria de la cinematografía en México.
Aunque el compañero de aula de Rodrigo Prieto en el CCC haya perdido el contacto con su antiguo amigo, Lee sigue en contacto con la familia del nominado, en especial con su hermano Antonio. A través de él, está al día de cómo se encuentra Rodrigo más allá de las noticias que puede leer en la prensa, sobre todo desde que se convirtió en candidato para el ganador al Oscar a Mejor Director de Fotografía.
Fotograma de Passengers
Durante la entrevista, Alberto Lee recuerda una de las anécdotas graciosas que le contó Antonio Prieto sobre su hermano. Cuando Rodrigo se encontraba en Los Ángeles durante la postproducción de una película de Ang Lee, su padre fue a visitarlo. Rodrigo le acompañó al estudio y le enseñó el trabajo que estaba llevando a cabo. Justo ese día, el cinematógrafo estaba editando una escena de cama entre los protagonistas de la película. El padre pareció comprender y le dijo a su hijo: "ahora entiendo por qué te gusta tanto este trabajo".
Rodrigo Prieto es, según su compañero, una persona cercana y sencilla que ha conseguido triunfar en su sector, pero sin dejar de lado a su familia. Ante todo, no quiere ser un nómada y grabar cada seis meses en una parte diferente del mundo. Si para ello tiene que rechazar algún proyecto, lo hace sin reparos. Mientras busca un equilibrio entre el trabajo y la familia, los premios más famosos de la industria cinematográfica han reconocido la utilización del la luz de Rodrigo Prieto, el hombre que podría convertirse en el undécimo mexicano que consigue una estatuilla en Hollywood.
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