
Una de las claves del nuevo Surface Pro X, anunciado en la ciudad de Nueva York, es el nuevo procesador SQ1, diseñado de forma conjunta entre Microsoft y Qualcomm. Como los rumores anticipaban, el chip está basado en la arquitectura ARM, también utilizada en procesadores tan populares como el A13 Bionic o el Qualcomm Snapdragon 855. Esto permite fabricar ordenadores mucho más delgados –pues no requieren ventiladores–, con una mayor eficiencia energética y una potencia muy elevada.
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