El Tour de Francia es un reto físico importante que se lleva a cabo gracias a la puesta en escena de numerosas técnicas y conocimientos científicos que salen en ayuda de los corredores.
Comenzamos con la sexta etapa del Tour de Francia; algo más de 191 kilómetros que acabará en Le Havre. El ejército de participantes, que supera a los 200 ciclistas, habrá de vérselas con pendientes y cuestas que a más de uno nos harían pensárnoslo dos veces. Además, tendrán que competir de una manera ininterrumpida mientras tratan de mantener su posición o superar sus compañeros en una arriesgada apuesta física. Ser uno de los elegidos para correr el Tour de Francia es un honor y también un enorme reto. Pero, como en todo, especialmente cuando hablamos de deporte de élite, ahí está la ciencia echando una mano para superar cualquier barrera.
Preparándonos para el Tour de Francia
Imaginemos que vamos a participar en la carrera. ¿Qué le ocurriría a nuestra vida antes de la misma? Los ciclistas de élite, participan de un entrenamiento y preparación constantes. Y no solo a nivel físico, sino también alimenticio y psicológico. ¿Por qué? Muy sencillo: la preparación psicológica no es solo una cuestión de ánimo y superación. El cerebro tiene tendencia a colocar una serie de barreras fisiológicas que nos impiden exceder los límites físicos a los que está acostumbrado. Por ejemplo, al mantener la respiración, Un ciclista profesional ha de aumentar hasta un 200% sus reservas de glucógeno muscularsentiremos que no podemos más un minuto o minuto y medio antes de que se acabe nuestra reserva. También sentiremos la fatiga y sensación de ahogo mucho antes de que nuestro cuerpo esté cerca de sus límites.
Esto se puede superar con disciplina psicológica. Los deportistas de élite son capaces de "desactivar" estas alarmas fisiológicas con entrenamiento. Esto tiene sus inconvenientes, pues no es la primera vez que un corredor excede sus límites hasta fallecer (sí, morir), o que un buceador de apnea termina ahogado por no hacer caso a su hud. Así que los ciclistas se entrenan tanto para superar los límites como para conocerlos mejor. Por otro lado, la alimentación es también un punto fundamental. Curiosamente, los ciclistas no suelen seguir una dieta estricta mientras no están en competición.
Fuente: Bradley Wiggins / Mark Cavendish
Pero cuando llega el momento, poco antes del Tour de Francia, comienzan un ritmo regular de alimentación donde se trata de incrementar el nivel de azúcares que se acumulan como glucógeno muscular en un 200% o más. Además, durante la carrera, las bolsas de avituallamiento llevan alimentos ricos en hidratos de carbono, glucosa líquida, sales minerales y agua, todo de fácil digestión. De esta forma, los ciclistas del Tour de Francia, a diferencia de una persona normal, se convierten en máquinas que añaden energía mientras la consumen casi de continuo, durante la carrera. Para que esto funcione adecuadamente, los músculos y el metabolismo han debido seguir una preparación muy dura. La alimentación, en las etapas de carrera se vuelve aún más importante debido a que cualquier desliz en la dieta puede suponer un kilo o dos más, lo que en una pendiente puede costarte un puesto. Por ello mismo, los ciclistas llevan un equipo médico y nutricional especializado.
Sobre dos ruedas
¿Sabías que una bicicleta es capaz de mantenerse erguida, sola, si va a una velocidad de 13 km/h? La estabilidad de la bicicleta es importantísima y depende muchísimo de varias características: el peso ejercido sobre la rueda delantera y el manillar, el ángulo de la horquilla delantera y la posibilidad de giro de la rueda. La combinación de estas tres cosas es lo que permite que una bicicleta sea más o menos estable, lo que le da, a su vez, más estabilidad al ciclista. Con una buena bici y un poco de habilidad (en realidad, hace falta muy poca) un ciclista puede permanecer sin sujetar el manillar durante un buen La suspensión delantera reduce el esfuerzo lateral de los ciclistasrato. La suspensión, por su parte, es también materia de un gran estudio. En primer lugar, los amortiguadores pueden ser un auténtico lastre para un corredor del Tour de Francia.
Su peso y la capacidad de absorber el movimiento puede suponer un problema para el ciclista, que ha de gastar más energía en el mismo movimiento. Por eso, los cuadros modernos de bici de carretera carecen de amortiguadores tradicionales pero llevan suspensión delantera. Varios estudios muestran que esta suspensión puede ayudar a eliminar varias de las fuerzas laterales, haciendo que el ciclista aproveche mejor el esfuerzo. Uno de los grandes enemigos del ciclista, como todo el mundo sabe, es el viento. Un viento en contra puede doblar la energía necesaria para un desplazamiento. Si es lo suficientemente fuerte, puede, incluso, enlentecer el movimiento hasta casi detenerlo. Por eso mismo, las bicicletas y el equipo de carrera está diseñado para ofrecer la menor resistencia posible, creando un flujo continuo y adecuado de aire alrededor de los ciclistas. Es más, esto es especialmente cierto en el movimiento de pelotones, donde la masa de ciclistas supone un cuerpo enorme, con mucha más tendencia a ofrecer resistencia.
Fuente: MAX MONTECINOS
Sin embargo, el diseño de los cascos y bicicletas, unido a la posición en diamante o punta de flecha permite que los miembros del interior del pelotón apenas sufran ningún tipo de resistencia por el viento. El fluido pasa alrededor del pelotón repartiendo de una manera más eficiente el esfuerzo que hay que realizar. Este efecto está también muy estudiado y es aprovechado por numerosos animales. Por último, no podemos dejar de hablar de la magnífica tecnología que existe tras los materiales. Aunque la preferencias de los ciclistas se suele decantar por la fibra de carbono, existen muchos corredores que prefieren otros materiales. Las ventajas de la fibra de carbono: como absorbe la fuerza y la presión, su resistencia y su ligerísimo peso, suelen convertir a este material en el favorito. Sin embargo, a día de hoy, gracias a técnicas como la extrusión metálica o la impresión 3D, existe un gran abanico de combinaciones, lo que ha desbancado, en cierta medida, a la fibra de carbono como el rey absoluto en el Tour de Francia.
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