
Cuando encendemos una consola y nos disponemos a jugar a un videojuego, la única idea que se nos pasa por la mente es disfrutar. Cualquier otro concepto basado en el sufrimiento es contrario al precepto de este hobby, pero siempre existen excepciones a la regla y Penn & Teller’s Smoke and Mirrors contiene uno de los más lamentables ejemplos de todos los tiempos.
Penn Jillette y Raymond Joseph Teller son los integrantes de un dúo cómico que lleva actuando en los Estados Unidos desde 1975 y que destaca por mezclar el humor con diferentes trucos de magia. Sus puestas en escena son legendarias y han protagonizado shows de todo tipo en el hotel The Rio de Las Vegas desde hace décadas, otorgándoles una enorme fama que les ha posibilitado incluso aparecer en series de televisión como Los Simpson.
Su capacidad para acaparar la atención del público se encontraba por todo lo alto a mediados de los 90, motivo por el cual la desarrolladora Absolute Entertainment pensó en ambos para dar forma a un videojuego. El productor Barry Marx era un viejo conocido de Jillette, al cual le propuso la idea e involucrarse directamente en la creación del título. El objetivo consistió en dar forma a varios minijuegos absurdos enfocados a que participen varias personas y se completó su desarrollo en apenas siete semanas. Sega CD fue la plataforma escogida para su lanzamiento, aunque oficialmente nunca se produjo.
Tras su presentación durante el CES de 1994, los retrasos comenzaron a acumularse para Penn & Teller’s Smoke and Mirrors, resultando en que se enviasen versiones de prueba para la prensa en mayo de 1995. La ambición escaló todavía más con la previsión de un estreno en julio para Sega CD, otro para octubre en PC y un tercero en 3DO para comienzos de 1996. Sin embargo, las cuentas de Absolute Entertainment se encontraban temblando y no pudieron resistir tanto tiempo, resultando en la quiebra inmediata de la empresa.
Nadie se quiso ocupar del proyecto, el cual murió... pero no del todo. Algunos aficionados consiguieron recuperar aquellas versiones y difundirlas con el paso de los años, por lo que realmente existe un acceso a lo que proponía la pareja de cómicos. Más allá de cualquier chaladura que tuviesen en mente, el minijuego que más destacó entre todos fue Desert Bus, una propuesta absurdamente simple que ponía a prueba la paciencia del más valiente. Así lo recordaba el propio Jillette:
"Era un juego realmente cruel y genial. La mejor parte de todo eso fue una idea que no fue mía, ni de Teller, ni de Barry Marx, quien diseñó el juego con nosotros. Fue una idea de Eddie Gorodetsky, uno de los productores de Dos Hombres y Medio, un tipo realmente gracioso. Creo que Eddie G. es uno de los tipos más divertidos del mundo.
¿Recuerdas a Janet Reno? Cuando ella nos estaba quitando derechos, en lugar de los que lo hacen ahora. Janet Reno estaba realmente en contra de los videojuegos violentos, así que decidimos hacer este juego, la idea original de Eddie, llamado Desert Bus. Desert Bus fue un juego que pensamos que realmente atraería a quienes no les gustaban los juegos poco realistas ni la violencia. Era como la vida real, una celebración del aburrimiento".

En Vida Extra
Es una de las mejores misiones de la historia y tiene tres elementos: un cazatesoros, un avión y toneladas de suerte
Reno fue la fiscal general de los Estados Unidos entre 1993 y 2001, siendo la primera mujer en ocupar el cargo, y mostró su preocupación por el impacto de la violencia en los videojuegos. Teller y Jillette respondieron yéndose al extremo contrario con el objetivo de conducir un autobús desde Tucson, Arizona, hasta Las Vegas. Un peñazo sideral que nos obligaba a circular a un máximo de 72 kilómetros por hora y que presentaba una ligera desviación hacia la derecha. De esta manera, Desert Bus obligaba a que el usuario estuviese pendiente en todo momento de no salirse de la vía para realizar un trayecto que duraba ocho horas reales.
"No veías nada. Solo cosas del desierto pasando por ahí. Y había un pequeño árbol ambientador colgando del espejo retrovisor, ¿uno de esos que hacen que tu coche huela bien? Y se balanceaba lentamente hacia una esquina de la pantalla. Y no podías quitar las manos del volante. Si lo hacías... no había un choque espectacular, simplemente te ibas despacio a la arena, el motor se sobrecalentaba y se detenía, y entonces te remolcaban de vuelta a Tucson.
Y cuando hacías el viaje de ocho horas de Tucson a Las Vegas, había paradas de autobús, y podías detenerte y abrir la puerta, pero nadie subía. Nunca había nadie esperándote. Y si las pasabas de largo no pasaba nada, porque no había nadie. No significaba nada. Y un insecto golpeaba tu parabrisas cinco veces durante las ocho horas, y esa era toda la animación. Solo carretera tras carretera tras carretera. Ocho horas de Desert Bus.
Y cuando llegabas a Las Vegas y te detenías, el contador —que tenía cinco ceros— pasaba a 1. Conseguías 1 punto por un turno de ocho horas, y luego un tipo entraba y decía: '¿Quieres hacer un turno doble, Mac?' Y podías conducir de vuelta a Tucson por otras ocho horas para ganar otro punto."

Como podéis leer gracias a la descripción de Jillette, estamos hablando de una tortura china que no tenía ninguna clase de sentido jugar. A pesar de ello, el incentivo no llegó dentro del propio proyecto, sino a través de un concurso que Absolute Entertainment iba a lanzar antes de que la quiebra les hiriese de muerte.
"Planeábamos dar un premio muy lujoso a la persona que obtuviera la puntuación más alta. Debía ser alguien que llegara a cien [puntos]. O sea, 800 horas de juego. Esperábamos que grupos de personas, como fraternidades y demás, lo jugaran. El premio era viajar en un Desert Bus real desde Tucson hasta Las Vegas con vedettes, una banda en vivo y la fiesta más salvaje que te puedas imaginar. Al llegar a Las Vegas, te alojábamos en el The Rio, con un gran evento, y luego, ya sabes, grandes espectáculos. Era un premio ENORME. Y estaba dedicado a Janet Reno."
Semejante fiesta de la depravación no tuvo lugar, pero al menos Desert Bus ha conquistado un hito mucho mayor. Desert Bus for Hope ha sido durante años un evento benéfico en el que varios conductores juegan al videojuego, al mismo tiempo que se recauda dinero para la organización Child's Play, la cual proporciona juguetes, libros y videojuegos a hospitales infantiles.
Penn y Teller se enteraron del esfuerzo de los muchachos y promovieron el proyecto, más allá de realizar donaciones de dinero y pedir comida a domicilio para los participantes. En la edición de 2007 recaudaron casi 23.000 dólares tras cuatro días y medio conduciendo y habiendo acumulado tan solo seis puntos en la partida. Al final, la calidad no siempre es lo que define a un videojuego.
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La noticia El videojuego más aburrido de la historia era una tortura china, pero te iba a regalar la fiesta padre en Las Vegas fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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