Xbox Elite Wireless Controller es la redefinición de lo que tiene que ser un mando para jugar. Microsoft ha puesto especialmente empeño en dar a los jugadores una herramienta de alto nivel para sus horas de ocio frente a la TV y, desde luego, ha superado con creces las expectativas de lo que esperábamos de un modelo comercial de mando scuf.Cuando Phil Spencer tomó los mandos de Xbox, la división de videojuegos y consumo de Microsoft empezó su ascenso a un nuevo nivel. Los problemas heredados por la mala comunicación inicial a la hora de lanzamiento, que empañaron la opinión de muchos de fans, se fueron poco a poco diluyendo, y con los lanzamiento de estos últimos meses que hemos tenido la oportunidad de disfrutar, la Xbox, con Spencer y su equipo al mando, ha subido de nivel y pasado de pantalla.
Ahora, con los cimientos de la nueva experiencia para los usuarios de la consola, el mejor catálogo de la historia de Xbox -en palabras de la compañía- y con un buen crecimiento en números, tocaba mejorar la experiencia de los usuarios, y hacerlo hasta niveles a los que la exitosa Xbox 360 no había alcanzado.
De esta forma, Microsoft buscaba sacarle un punto más a su consola, y con Kinect en sus últimas horas de vida, eliminando aún más su protagonismo de la Nueva Experiencia de Xbox One, había que contentar a los usuarios con algo más. Un punto de hardware que aportase a la consola la solidez de los jugadores más avanzados y a la vez sirviera de cimiento para dotar a la consola de la compañía -y por extensión al PC- de una mejor posición en el competitivo y entre los verdaderos jugadores.
Con esta idea en mente, y totalmente por sorpresa, Microsoft presentaba ante un auditorio lleno de gente en el seno de la conferencia de la compañía en el E3 de 2015 el tema que nos ocupa estas líneas: un nuevo mando enfocado a los usuarios más exigentes, con un precio relativamente alto respecto al estándar pero con una calidad en materiales y fabricación que no habíamos visto hasta el momento en un dispositivo de este tipo.
Xbox Elite Wireless Controller es el nuevo mando para Xbox One -y para PC si tiramos del adaptador que se vende por separado- que llega con el leitmotiv de ser el mando definitivo para jugar frente a una pantalla. Y aunque su curva de aprendizaje es bastante elevada, lo consigue.## Personalización al servicio del usuario
Desde que agarré por primera vez el Xbox Elite, la sensación de buen trabajo y calidad fue más que palpable. Y es que mando tiene un precio al nivel de la calidad de sus materiales: plástico de alta calidad, metal y goma antideslizante en un diseño muy discreto y elegante en negro y gris; elementos todos superiores a los de un mando convencional -o a los de cualquier edición especial-, todo combinado con unas posibilidades para el jugador impensables para los mandos scuf más caros del mercado.
Incluye la posibilidad de cambiar la configuración in-game entre dos opciones que puede seleccionarse desde el mando con un deslizador Y como todo tiene un precio, el del Xbox Elite son 150 dólares/euros por los que a cambio recibimos un mando, funda, accesorios y una experiencia de juego que no se puede comparar con otra del mercado, al menos de momento. En este sentido, lo que hace interesante al Xbox Elite Controller es su nivel de personalización: los joysticks, y los pads traseros son magnéticos, increíblemente fáciles de poner y quitar, incluyendo la posibilidad de hacerlo in-game y, además, ofrecen la posibilidad de incluir 4 botones adicionales en la parte trasera. Eso es especialmente interesante puesto que permite cambiar la experiencia de juego entre distintos títulos sobre la marcha, además de poder cambiar el estilo de control para un mismo juego en función de que sea la campaña o el multijugador, por poner un ejemplo.
Cuando lo sacamos de la caja, el Xbox Elite incluye una funda rígida de transporte para el mando y sus accesorios junto con 4 D-pads traseros scuf metálicos y magnéticos, una cruceta clásica, una cruceta en facetas, seis sticks para el joystick repartidos entre dos estándares, dos estándar largos y dos pequeños curvos, un cable de carga trenzado y dos pilas AA. Lo más interesante, y aquí viene el primer punto de vista positivo, es que podemos intercambiar y combinar cualquiera de estas piezas de la forma que mejor nos convenga para adaptarlas a nuestro modo de juego, logrando un control personalizado y alta ergonomía que, de momento, no se consigue con otro mando.
No obstante, no todo está en los accesorios del mando. El propio Xbox Elite incluye algunas configuraciones que podemos cambiar directamente en el propio accesorio con un solo toque. De todas, la más interesante es poder reducir la longitud del recorrido de los gatillos gracias a un bloqueo por hardware que incluye el mando en la parte trasera. Si lo activamos, podremos reaccionar mucho más rápido, puesto que los gatillos tiene mucho menos recorrido, por lo que el tipo de respuesta es menor, sabiendo además que podemos ajustarlo aún más por software. Un punto muy interesante es que cada gatillo tiene su propio bloqueo independiente, por lo que podremos configurarlo por separado en función de nuestras necesidades.
Volviendo a los pads scuf traseros, el mando nos permite, como una posibilidad más de configuración, desactivarlos pulsado dos veces el botón de sincronización; pero la personalización del Elite no termina aquí. El mando incluye un deslizador central que permite alternar entre dos configuraciones predefinidas o pre-configuradas en la aplicación de forma independiente. ¿Cómo? A través de la aplicación de Xbox y Windows 10 que, junto con los accesorios y el hardware, es la auténtica piedra angular del Xbox Elite, combinando todas posibilidades del mando en un solo lugar.
La app 'Accesorios Xbox', imprescindible
Bajo el nombre de Accesorios Xbox, la aplicación que acompaña al mando Elite -y también al estándar de Xbox- permite un nivel de configuración que ensalza el verdadero potencial de este accesorio para jugadores exigentes. La aplicación, cuya descarga es gratuita para One y PC, permite configurar el mando en profundidad, además de poder precargar algunas configuraciones estándar de los exclusivos más populares de One, desde Halo 5 hasta Sunset Overdrive pasando por Forza. No obstante, lo interesante está dentro de las configuraciones de cada jugador.
En este sentido, podremos crear tantas configuraciones como queramos para guardarlas en la App y en la nube, pudiendo incluir dos configuraciones personalizadas en el mando a la vez, las cuales que podremos cambiar in-game y en tiempo real a través del botón deslizador central. El nivel de personalización de cada configuración abarca, de forma independiente, la sensibilidad de los sticks, la sensibilidad de los gatillos y botones RB y LB, la inversión de vista de cada uno de los sticks y, de forma más profunda, el re-mapeado de todos y cada uno de los botones del mando, desde el botón de los sticks, crucetas, A,B,X,Y, pads traseros, gatillos y botones superiores. Todos y cada uno de los botones se pueden re-mapear por otros; eso sí, de momento solo para realizar la acción específica de ese botón, puesto que en este momento no podemos crear mapas personalizados para un solo botón que hagan la función de pulsar varios botones a la vez.
Además, se puede ajustar el tiempo de reacción de cada uno de los sticks de forma diferente e independiente, por ejemplo para dar más sensibilidad al stick de vista y menos al de caminar en un juego. Las posibilidades de configuración son casi infinitas y dependen enormemente del juego, de la experiencia del jugador o del fin que busque es último a la hora de asignar botones o sensibilidades.
El precio del Xbox Elite está al nivel de la calidad de sus materiales y posibilidades Dicho esto, hay que tener en cuenta que no es un mando para todo el mundo. Es un accesorio caro, que requiere un nivel de aprendizaje y tiempo invertido en configuración que a muchos les parecerá excesivo para, simplemente, echar una partida. Además de meterte en la cabeza algo que hará que nunca estés contento del todo y sigas buscando la configuración perfecta. Es un producto de lujo para jugadores exigentes, y sus materiales y posibilidades justifican su precio en la misma medida que un jugador justifica su tiempo delante de la TV: ni todo el mundo busca lo mismo ni tiene el mismo nivel de exigibilidad, por lo que cada uno tendrá que determinar si 150 dólares/euros en un mando es un precio caro o barato.
Tampoco va a convertir a jugadores ocasiones en profesionales de la listas competitivas de FPS, de FIFA o de Forza, por poner algunos ejemplos. Te da una ventaja sobre el resto sí, y es un accesorio mucho más cómodo y preciso que el estándar, pero lógicamente las habilidades van en el jugador y no en el mando. Con todo, si juegas a la Xbox One o al PC, es el mejor accesorio que puedes comprar hoy (si el limitadísimo stock te lo permite).## Cómo uso yo el Xbox Elite
He estado utilizando de forma intensa el Xbox Elite Wireless Controller durante aproximadamente quince días. Quince días en los que he visto que adaptarse al mando es mucho más complicado que lo parece, pero al final supone un salto brutal respecto a jugar con un mando común. Y es que el primer chasco que me llevé fue, precisamente, la dificultad añadida de utilizar el mando como si fuera el modelo normal con más botones. Error.
La inclusión de los cuatro pads traseros, una de las bondades del mando, aumenta considerablemente la curva de aprendizaje, y requiere cambiar la forma en la usamos el mando, sabiendo que tenemos cuatro botones a nuestra disposición para utilizar cuando queramos, algo que será bastante confuso en las primeras horas de juego, tanto que más de uno querrá quitar los botones traseros (consejo: no lo hagáis).
Aunque dependerá del jugador, la configuración completa del Elite, incluyendo los cuatro pads traseros es complicada de utilizar para la mayoría de los juegos, y la realidad es que durante las primeras partidas suponen un inconveniente más que una ventajas, pero, después de unas cuantas partidas, nuestra cabeza automáticamente empieza a saber que están ahí y es cuando empezamos a disfrutar de este mando. Lleva algo de tiempo acostumbrarse a los nuevos botones y a sus oportunidades, pero una vez que lo hacemos, no queremos volver a usar otro mando que no sea un Elite.
Mi uso con el Elite es particular, puesto que dadas las posibilidades que ofrece y al tiempo que he invertido en configurarlo, he adaptado el mando a mis necesidades personales con dos configuraciones: la primera, para el Slot 1 es la estándar de Xbox con el mapa originales de botones pero con sensibilidad instantánea para los sticks y pads traseros desactivados. El Slot 2, la segunda configuración, varía en función del FPS que esté jugando en ese momento, teniendo cada uno una configuración diferente y una base común dependiendo si es Halo 5, Call of Duty: Black Ops III, Battlefield 4 o, actualmente, Battlefront.
Para todos, la configuración por software de la sensibilidad de los Sticks está en instantánea; y en cuanto a los botones, utilizo solo los dos pads traseros superiores (de momento no me he acostumbrado a jugar con cuatro, aunque voy incluyendo pads adicionales de vez en cuando para que mi cabeza se acostumbre a más botones), ambos remapeados a X y A para el caso del COD o a A y cuerpo a cuerpo para el Halo 5 y Battlefield 4, aunque están adaptadas a mi forma de uso y dependen del juego y del tipo de mapa, por ejemplo. Como digo, ocasionalmente incluyo los pads traseros: derecho inferior para algún perk como granadas o acción, y el pad trasero izquierdo inferior para correr, algo a lo que no he terminado de acostumbrarme del todo, al menos de momento.
Independientemente del juego, para la segunda configuración los gatillos traseros están en recorrido corto y ajustada la sensibilidad por software para que sean accionables en el primer tercio del recorrido, lo mismo para RB y LB, que también permite ajustarlo para que sean más sensibles. En los FPS, de forma general, tengo puesto el stick medio a la izquierda y el stick largo a la derecha, además de la cruceta tradicional, pero esto es quizás lo más personal para cada uno y dependerá del tipo de juego y, sobre todo, del tamaño de las manos del jugador.
¿Qué me aportada todo esto? Mucha más rapidez en el juego a la hora de realizar acciones que de otro forma me obligarían a soltar el stick para pulsar alguno de los botones y, en un shooter competitivo, eso supone una ventaja enorme respecto a quien usa un control normal, lo mismo para ajustar la sensibilidad y poder ver y moverse por el entorno más rápido. Como veis, son ejemplos muy personales, pero si estáis perdidos en los primeros momento con el Elite, es un buen punto de partida.
9Ya sabíamos que Microsoft hace un hardware excelente, pero esta vez se ha superado llevando un mando scuf al mercado que, ahora mismo, no tiene competencia; ni de forma oficial ni a través de la variantes personalizadas. Tanto por calidad de materiales, variedad de accesorios, como por las posibilidades de personalización, es el mejor mando que hemos tenido en las manos, tanto para Xbox, como para PC.
Jugar con un Elite cambia diametralmente nuestro mapa mental dadas las oportunidades que ofrece, pero a cambio nos ofrece una personalización sin parangón que genera un ventaja competitiva en algunos de los títulos en los que se requiere rapidez, agilidad y personalización, como los FPS. En definitiva, aunque su precio sea elevado, si sois de los que pasáis horas delante del televisor, es la mejor herramienta que podéis comprar a día de hoy.
Fotografía: Jose Vanaclocha .- La construcción de los materiales es insuperable. - El balance entre hardware y las posibilidades del software. - Alta personalización, tanto a nivel de accesorios como configuraciones. - Posibilidad de apagar los pad scuf con un par de toques. - Configuración de los gatillos a través de botones dedicados en el propio mando. - Funda, cable de carga y variedad de pads y botones para cambiar.- La curva de aprendizaje es elevada. - El peso, aunque es una ventaja, se nota excesivamente elevado tras un par de horas de juego. - Imperdonable que un mando de 150 dólares no incluya el pack de carga y juega por defecto.
Continúar leyendo...