
- Aviso: spoilers de Death Stranding 2: On the Beach
Decir que Death Stranding 2 tiene ocurrencias es quedarse muy, muy corto. Kojima se ha encargado de introducir a las personalidades más variopintas y curiosas que se le han ocurrido. Si bien hay personalidades muy famosas, no son precisamente las más populares para el público en general. Quiero decir que no está Vin Diesel con su clásica frase sobre la familia.
Es raro que una personalidad tenga el mismo rol en el videojuego que en la vida real y eso explica por qué he estado llamando estúpido durante decenas de horas a uno de los directores más famosos del cine indie, S. S. Rajamouli. Tiene un montón de películas con su nombre, pero quizás la más famosa en Europa es RRR. Está disponible en Netflix, por si te interesa.
No sabía hasta hace poco que S. S. Rajamouli es El Aventurero, un explorador de Death Stranding 2 que vive en un refugio junto a su hijo por partida doble, SS Karthikeya, que también es productor y director de cine. La cuestión es que el personaje, que no el director, es estúpido al nivel de los Lemmings. Los jugadores más veteranos seguro que pilláis la referencia.
Hora de aventuras con el Aventurero
El Refugio del Aventurero se encuentra las faldas del monte central de Australia, al sur. No es fácil de llegar a pie debido a la nieve y a que se encuentra entre dos formaciones rocosas, pero en triciclo o camión es relativamente sencillo y rápido. Cuenta con varios encargos secundarios, aunque debes hacer los principales para avanzar en la historia de sus residentes.
La historia es muy simple: el Aventurero se va de aventuras, se pierde y su hijo te llama preocupado para que vayas a buscarlo a las últimas coordenadas conocidas. Y aunque lo rescatas varias veces, el mameluco vuelve a marcharse para continuar su investigación sobre el Death Stranding. Es cierto que su estudio es de vital importancia, pero no mola que siempre acabe rociado en el suelo.
Las tres primeras veces tienes que rescatarlo de la montaña. Dos de ellas se encuentra en la zona nevada, una en un risco en el que se producen avalanchas y otra en uno de los picos más altos de Australia. Suerte que había fabricado tirolinas para otros encargos y pude realizar el rescate sin riesgos. En la tercera estaba en un rico muy peligroso que requería el uso de cuerdas y escaleras. No sé cómo demonios llegó hasta allí, pero rescatarlo fue una operación muy delicada.
No te sorprenderá saber que se pierde más veces. Otra se queda inconsciente justo en el centro de una zona conquistada por los EV, dentro de un pequeño edificio. Conocía el lugar cuando fui a rescatarlo y admito que temí que la cosa acabase en combate debido a la facilidad de detectar a dos humanos en vez de a uno. Suerte que había un puente de un jugador que hacía el camino muy fácil, tanto que no podía creer que estuviese de vuelta en el camión en un par de minutos.


En Vida Extra
Si hay algo que detesto de un videojuego es que no tenga un menú inicial
Si la memoria no me falla, se pierde un total de cuatro veces antes de acceder a la misión final. Es muy frustrante porque siempre vuelve a salir del Refugio con la seguridad de que tú irás cuando las cosas se pongan feas. Su hijo no gana para disgustos. Pero hay que ser justos: la última misión merece la pena con creces y se ha convertido en uno de mis momentos favoritos de Death Stranding 2.
El Aventurero se vuelve a perder. Esta vez lo hace a pocos metros del Refugio, justo en el centro de una zona conquistada por los que llamo "EV Globos". Estaba buscándolo cuando un EV Globo gigante apareció justo encima de mí y empezó a abducirme como si fuese un ovni. Se produjo un fogonazo blanco y repentinamente estaba en el enorme cráter que hay al norte de Australia. "¿Pero qué fumas, Kojima?", pensé mientras estudiaba la zona.
Mi objetivo estaba en la isla central del cráter, rodeado de brea. No podía ir andando porque era obvio que iba a aparecer al menos un EV Gigante. Suerte que había una de esas tablas de sur que te permite surfear tanto tierra como agua y brea siempre que estés dentro de la red quiral. Fui rápidamente hacia el centro y, como era obvio, aparecieron los EV. Cargué al Aventurero rápidamente y salí cagando leches hasta la playa en la que había aparecido.
Abrí el mapa para establecer una ruta de vuelta. Sentí una pereza infinita porque el camino de regreso era muy largo. Sin embargo, vi por el rabillo el ojo el EV Globo gigante que me había traído y pensé: "Solo hay dos opciones: que me devuelva al principio o que me suelte en un sitio aleatorio del mapa". Cualquiera de las dos cosas me valía, aunque deseaba que fuese la primera. ¡Y suerte que acerté!

Conseguí devolver al Aventurero junto a su hijo, completando las cinco estrellas de su Refugio. La cinemática final hizo que cada esfuerzo y penuria de los rescates mereciesen la pena: S. S. Rajamouli cogió en hombros a Sam (Norman Reedus) y lo paseó como si fuese el campeón de los campeones. Padre e hijo me agradecieron toda la ayuda, ahora como amigos, y volvieron a sus quehaceres. Yo me quedé mirando al terminal, sonriendo y feliz, pese a todas las molestias que había sufrido por rescatar a un estúpido que ahora apreciaba mucho.
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La noticia Es el personaje más estúpido que he visto en un videojuego, pero en el fondo le quiero mucho fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .
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