Algunas personas han sido bendecidas para jugar bien a videojuegos. Van por la vida con habilidades sobrehumanas como los Uchiha en Naruto y Tokito Muichiro de Kimetsu No Yaiba. Otros tenemos que conformarnos con ser los personajes principales de estas historias: personas que deben darse setecientos golpes y pasar mil penurias antes de alcanzar sus objetivos. La historia que tenemos entre manos es la prueba de que pertenezco al segundo grupo.
Mi objetivo en No Man's Sky era muy simple: llegar hasta un punto muy concreto para conseguir una nave Centinela de Clase S. Es un bicharracho. Deshace naves como si fuesen mantequilla con la adecuada configuración de tecnologías. Y tenía una guía, así que era imposible que fuese muy difícil.
¿Alguien tiene un GPS espacial?
Los pasos para conseguir la nave Clase S son muy sencillos: encontrar un portal e introducir una serie de glifos, llegar hasta un punto muy concreto y reparar la nave siguiendo un par de directrices muy claras. Pues tuve problemas en todos y cada uno de ellos. Lo que debió de ser media hora de búsqueda se alargó durante más de una hora.
Encontrar un Portal ya fue toda una odisea porque no recordaba cómo encontrarlos. Suerte que No Man's Sky cuenta con un códice que guarda todos los tutoriales. Las primeras opciones eran el cartógrafo con datos de navegación o los viajeros que hay en las Estaciones Espaciales. No tenía datos ni encontraba a los últimos. Así que tomé el camino largo: hice memoria y viajé hasta el planeta en el que había tomado el último portal antes de acabar la historia principal. Soy consciente de que es la peor forma, pero funcionó: encontré un Portal y establecí una base cerca para tenerlo siempre localizado.
Introducir los glifos no fue difícil. Encontrar la nave fue la verdadera odisea. Se suponía que había una baliza señalando la ubicación... pero hubiese sido demasiado fácil. No estaba. Así que tuve que recurrir a las coordenadas: -0.32, -40.45. Es un viajecito, pero no debería haber tenido más problemas que mantener el R2 + O pulsados para avanzar rápidamente en vuelo atmosférico.
Estaba tardando demasiado en llegar a las coordenadas. No recuerdo exactamente el punto inicial, pero sí que la segunda cifra rondaba los 156.00. El punto de inicio estaba muy lejos. El vuelo atmosférico es lento en condiciones normales y no quería salir a órbita para no desviarme (porque ya me había desviado un par de veces), pero lo es mucho más cuando te diriges a las coordenadas equivocadas durante 10-20 minutos.
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Se me vino el mundo encima cuando vi que me estaba dirigiendo a +32.00 y +40.45. Mi mente obvió el símbolo menos. La distracción me llevó al descuido. Salí nuevamente a la órbita y al entrar estaba todavía más lejos. "¿Cómo puedo ser tan inútil que no sé ni buscar unas coordenadas?", me dije a mí mismo en voz alta mientras dejaba caer el mando en el escritorio con cierta indignación. Es ultrararo que trate un mando de esta manera y que pierda los nervios, ya que llevo muchos años practicando activamente el autocontrol durante mis sesiones de juego. Pero todos tenemos días malos.
No sé cómo demonios debió caer el mando que golpeó un vaso de agua que tenía en el lado de la mesa, que a su vez se agrietó al golpear un trozo de metal del extremo de esta última. Me quedé mirándolo, como quien mira una bomba a punto de explotar y reza para que no detone. Se rompió tras un segundo y toda el agua pasó por el mando y cayó al suelo. Limpié el estropicio y fui a la terraza para despejarme un poco. Era uno de esos días.
Volví tras un rato y simplifiqué la tarea: "Primero voy a -0.32 y luego a -40.45 mientras intento mantener la primera cifra". Hice todo el recorrido en vuelo atmosférico sin quitar la vista del panel de coordenadas. Fue un verdadero fastidio y encontrar la nave una vez estaba en el sitio fue otro drama, pero finalmente conseguí dar con ella. Llegué tan desesperado que establecí una base en el lugar para no perder la ubicación ni queriendo.
Ojalá pudiese decir que la reparación de la nave Centinela, Clase S, fue coser y cantar. Necesité mejorar un par de tecnologías para acceder a los materiales necesarios. Lo conseguí después de un rato de farmeo. Llevé la nave a mi Carguero y regresé a un planeta al que vuelvo de forma recurrente a pasar el rato. Hice unas cuantas fotografías y me fui a dormir. No fue un buen día, pero al menos pude meterme en la cama con esa nave en mi hangar. Menos es nada, supongo.
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La noticia Esta aventura en No Man's Sky casi me cuesta un mando de PlayStation 5. Ser un inútil convirtió una misión sencilla en una odisea fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .
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