¿La tecnología es capaz de crear robots que evolucionan solos? Así lo podemos ver en este estudio donde una "madre robot" construye nuevos robots, aprende y hace evolucionar a sus "hijos".
Si hace un tiempo pudimos ver cómo sueña un ordenador ¿por qué no llevar el concepto un poco más lejos? ¿Qué tal si hacemos robots que evolucionan? La Universidad de Cambridge ha conseguido construir una "mamá robot" capaz de hacer, a su vez, nuevos robots. Lo interesante es que hace los robots con la intención de probar cosas nuevas. El objetivo es conseguir los robots que se muevan mejor y más rápido, mejorando, evolucionando, su sistema para hacer nuevos robots. Con un poco de miras hacia el futuro es fácil comprender cómo este es un importante primer paso en el mundo de la robótica.
Mamá robot y sus robotitos
La "mamá robot" de este experimento consta de un brazo capaz de construir nuevos robots. Estos están formados por bloques motorizados que, al activarse, crean un movimiento. El brazo construye diez robots por remesa y observa cómo estos se desplazan por la mesa. Mientras lo hace anota diligentemente cual de sus hijos se mueve mejor y más rápido. Los robots más lentos son desmontados y sus piezas usadas de nuevo para construir una nueva versión. Los más rápidos, sin embargo, son mantenidos. El robot constructor, entonces, prueba nuevas técnicas basándose en los ensayos y errores. Al final de las pruebas, los robots "hijos" habían conseguido ser el doble de rápidos que los mejores de la primera generación. Lo que ha usado el equipo investigador en este experimento no es otra cosa que un sistema de selección ("selección artificial", claro) que usa parámetros físicos (la velocidad) para tomar decisiones.
Con estas decisiones la intención final es optimizar el sistema para una función (moverse lo más rápido posible). El sistema es sencillo y muy original. De hecho, es tremendamente eficiente, como ha mostrado el estudio. La sencillez es importantísima en procesos de selección. Especialmente si tratamos de emular la evolución. Esto se debe a que si usamos un modelo complejo de selección corremos el riesgo de cometer errores insalvables en el sistema de selección. La evolución, aunque no lo creamos, funciona mediante "elecciones" sencillas que crecen en complejidad a medida que crecen los niveles a los que ocurre. Por eso, estos robots que evolucionan son un interesante método para emular el sistema de selección natural.
Robots que evolucionan, un salto a lo inimaginable
No es difícil pensar en las aplicaciones que podrían tener estos robots que evolucionan. Si bien este sistema es muy simple, lo cierto es que implica un robot que construye nuevos robots y supervisa su función. Ahora, incrementemos los parámetros, aumentando los niveles. Con tiempo y técnica quién sabe si no podemos conseguir robots capaces de realizar tareas increíblemente complejas y supervisar su función para optimizarla. La verdad, parece más el argumento de una película de ciencia ficción. Pero también tiene otras implicaciones. Jugamos con un sistema evolutivo artificial. Esto es interesantísimo.
Para que ocurra el fenómeno que llamamos evolución debe haber reproducción. Otro de los elementos indispensables es la herencia de caracteres. Además, estos tienen que ser mutables, deben poder cambiar. Si sumamos estas tres cosas y la sometemos a un factor de selección, tendremos evolución. En el caso de estos robots que evolucionan tenemos todos los elementos: el robot que crea nuevos robots; los "recuerdos" del robot sobre las características buenas, que repite en otros robots; las nuevas pruebas, como caracteres mutables y, por último, la selección: solo sobreviven los La evolución funciona con eventos muy simples que crecen en complejidad por nivelesmás rápidos. Es un sistema simple y genial para probar teorías sobre selección natural y selección artificial. Y lo mejor es que es escalable.
Pero la investigación va más allá. Ahora imaginemos que este mismo sistema se lo introducimos a robots capaces de construir, por ejemplo, miembros protéticos. Y ahora, imaginemos que son capaces de evaluar su funcionalidad y diseñar nuevos miembros más eficientes. No es una idea descabellada teniendo en cuenta la situación. Si aplicamos este ejemplo a cualquier otro ámbito de ingeniería y procesamiento mediante robots, las posibilidades, al menos a mi, se me escapan. ¿Estamos ante los primeros pasos de una revolución robótica? ¿Y qué supone esto? Desde luego, cada día que pasa más tangible se hace el futuro que solo habíamos imaginado en películas y videojuegos.
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