
En el ecosistema tecnológico europeo, el código abierto avanza con paso firme y consolida su papel en las estrategias digitales. Un informe elaborado por The Linux Foundation en colaboración con Canonical, basado en encuestas a empresas y entrevistas con especialistas (con representación en la UE, Reino Unido y otros países europeos), radiografía cómo se integra el modelo en las infraestructuras corporativas y qué dilemas legales, regulatorios y de gestión están sobre la mesa.
La fotografía que ofrece el estudio revela un consenso amplio: el 86% de los profesionales considera el software libre esencial para el futuro de su sector, aunque solo un 34% declara contar con una hoja de ruta clara y visible para su adopción. En la práctica, su uso ya es cotidiano: 64% en sistemas operativos, 58% en tecnologías de nube y contenedores y 54% en desarrollo web y de aplicaciones, cifras que ilustran una integración transversal en el día a día.
Adopción y usos principales en el tejido empresarial
Más allá de la etiqueta, el modelo abierto se ha instalado en capas críticas de TI: desde la base del sistema hasta la orquestación de servicios, pasando por plataformas de desarrollo y despliegue continuo. El peso que gana en entornos de nube y contenedores evidencia su encaje natural con arquitecturas modernas y prácticas DevOps que requieren agilidad y portabilidad.
En los equipos técnicos, la combinación de repositorios públicos, automatización y comunidades activas facilita un ciclo de vida del software más rápido y auditable; esa trazabilidad de código y dependencias se valora especialmente a la hora de responder a incidencias de seguridad o cumplir requisitos de conformidad.
Beneficios que inclinan la balanza
Los motivos de adopción muestran un giro relevante: el ahorro ya no es el argumento principal. Para un 75% de los encuestados, la calidad del software es la ventaja determinante; un 63% destaca el impulso a la productividad; un 62% subraya la independencia del proveedor, y un 55% sitúa los menores costes totales de propiedad como un factor importante, pero no el único.
Esta percepción se explica por la madurez del ecosistema: ciclos de releases previsibles, metodologías de revisión abiertas y estándares de facto reducen fricciones. La capacidad de evitar dependencias cerradas y adaptar componentes a necesidades concretas se traduce en equipos más autónomos y productos mejor alineados con los requisitos del negocio.
Soberanía digital y contexto geopolítico
La conversación ya no es solo técnica. En un entorno global volátil, el 55% de las organizaciones sitúa la soberanía digital como prioridad, con la vista puesta en reducir dependencias de proveedores externos y soluciones propietarias. Esta motivación refuerza el interés por arquitecturas abiertas que permitan controlar la cadena tecnológica y gestionar el riesgo regulatorio y geopolítico.
El propio informe nace también del interés de la industria por clarificar el mapa: Canonical, como actor del ecosistema, busca promover su propuesta, pero los datos reflejan una tendencia amplia en Europa. Instituciones, empresas y comunidades convergen en un objetivo: afianzar capacidades propias sin perder interoperabilidad.
IA abierta: del laboratorio a la producción
La inteligencia artificial y el aprendizaje automático basados en software abierto ganan tracción. Según el estudio, el 41% de las organizaciones europeas ya utiliza IA abierta, impulsada por la madurez de modelos y herramientas accesibles. La irrupción de proyectos internacionales como DeepSeek ha acelerado la carrera, mientras que iniciativas europeas —por ejemplo, Mistral AI— y las fábricas de IA promovidas desde lo público apuntan a un potencial aún por explotar en el continente.
La combinación de modelos, datasets y frameworks abiertos facilita auditar sesgos, reproducir resultados y adaptar soluciones a requisitos locales. Este enfoque resulta clave para cumplir exigencias europeas en materia de transparencia, seguridad y protección de datos, al tiempo que fomenta la innovación compartida.
Obstáculos organizativos y presión regulatoria
El despegue convive con carencias internas: el 66% carece de una estrategia formal de OSS y un 78% todavía no cuenta con una Oficina de Programas de Código Abierto (OSPO). Sin estructuras claras, es más difícil coordinar contribuciones, gobernar dependencias, gestionar el cumplimiento de licencias o medir el retorno.
Entre las barreras más citadas figuran la incertidumbre legal y de licencias (31%) y el temor a exponer propiedad intelectual (24%). A esto se suman nuevas obligaciones normativas, como la futura Cyber Resilience Act (CRA) y la regulación sobre IA (AI Act), que empujan a reforzar procesos de seguridad, trazabilidad de componentes (SBOM) y políticas de respuesta ante vulnerabilidades.
Qué falta para afianzar el modelo
El diagnóstico es nítido: Europa dispone de talento, proyectos e instituciones volcadas en el desarrollo abierto, y los beneficios están contrastados. Para dar el salto cualitativo, los expertos apuntan a tres frentes: madurez organizativa (estrategia y OSPO), mayor contribución efectiva a los proyectos de los que se depende, y adaptación seria a las exigencias regulatorias sin frenar la innovación.
Quien busque profundizar tiene disponible el informe completo, titulado “Open Source as Europe’s Strategic Advantage”. El documento compila datos, entrevistas y recomendaciones que ayudan a guiar decisiones en un escenario donde el código abierto no solo significa innovación o eficiencia, sino también una palanca de autonomía tecnológica con impacto directo en la competitividad europea.
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