Como muchas de las creaciones más importantes de la historia, el radar fue un invento desarrollado en un contexto bélico para otorgar cierta ventaja militar. Concretamente, fue en la Segunda Guerra Mundial cuando uno de sus principales fundadores, el físico Robert Watson-Watt, permitió que la Royal Air Force de las Fuerzas Armadas Británicas tuviera superioridad tecnológica al poder medir y detectar las distancias utilizando la radio.
Sin embargo, los aviones enemigos eran una amenaza incluso cuando todavía no existía el radar. Con motivo de ello, nacieron unos artilugios cuya finalidad era la de poder detectar cualquier posible fuerza hostil que utilizara el aire como vía para atacar.
Localizadores aéreos del ejército japonés en 1930
Créditos: Paul Glazzard
El "Ringtrichterrichtungshoerer" utilizado por los alemanes.
Así, la imagen principal se encuentra tomada en la base aérea americana de Bolling Field en el año 1921. Se trata de un sistema basado en espejos acústicos diseñado para poder escuchar los motores de los aviones situados a una larga distancia.
Del mismo modo que un espejo es capaz de rebotar los rayos lumínicos, los espejos acústicos pueden recoger las ondas sonoras y concentrarlas en su foco central para así amplificar los sonidos que recibe. Antes de la llegada del radar, se experimentó con múltiples modelos y diseños de estos espejos acústicos, una tecnología que hoy día incluso nos puede parecer hasta cómica.
Créditos: National Photo Co.
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