Noticia Fortnite y la cocaína son igual de adictivos, según una nueva demanda contra el juego

Fortnite


Fortnite, el juego de Epic Games, se ha convertido en los dos últimos años, en uno de los más populares, sobre todo entre los más jóvenes, aunque en lo que va de año, parece que las decisiones que ha tomado la compañía no parecen haber sido del agrado de muchos de ellos, quienes lo han abandonado o esperan darle una última oportunidad con el lanzamiento de la undécima temporada.

En muchas ocasiones se ha hablado acerca de la apología de la violencia que suponen algunos videojuegos, principalmente los shooters, algo que se ha demostrado no ser cierto en diferentes estudios. Muchos de los juegos más populares, están diseñados por psicólogos y expertos para tratar de tenernos engancharnos el máximo tiempo posible mientras, de paso, nos sacan el dinero con compras in-app.




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Desde Canadá han nos encontramos una noticia relacionada con la adicción a los videojuegos. Una asociación de afectados, irónicamente compuesta por dos personas, ha demandado a Epic Games alegando que Fortnite es sumamente adictivo, tan adictivo que han llegado a compararlo con la cocaína.

Un despacho de abogados de Quebec, ha visto como la adicción de dos jóvenes al juego es motivo suficiente para presentar esta demanda. Según este despacho de abogados, el juego provoca que el cerebro libere grandes cantidades de dopamina ya que ha sido diseñado utilizando el mismo método utilizado en los casinos con las máquinas tragaperras

Los altos niveles de dopamina que genera el cerebro les obliga a estar enganchados continuamente sin posibilidad de dejar de jugar de forma voluntaria. Antes de poder llegar a juicio, esta demanda debe ser aceptada a trámite, algo bastante poco probable, aunque dependerá del conocimiento que puedan tener los jueces acerca de los videojuegos, lo que ofrecen, lo que implican…


El 99% de las personas que disfrutamos de videojuegos, ya sea de forma esporádica o diaria, somos los suficientemente conscientes de saber cuando tenemos que parar de jugar para cumplir con nuestros quehaceres diarios. Este tipo de casos se pueden contar con los dedos de una mano, y todavía me sobrarían dedos.

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