
Las compañías tradicionales del sector del automóvil no quieren perder el tren frente a las compañías tecnológicas en lo referente a los vehículos eléctricos. Para lograrlo, les hará falta un esfuerzo que, en muchos casos, podría ser económico. En el caso de Mercedes-Benz ya sabemos que va en solitario a por su coche eléctrico, y ahora sabemos que doblará la apuesta con una fuerte inversión destinada a su fabrica de Estados Unidos.
La apuesta de la marca alemana es fuerte, hasta el punto de que su idea es poder ofrecer una versión eléctrica de cada uno de los coches que conformen su catálogo en 2022. Prácticamente estamos hablando de una fecha a cuatro años vista, y eso requiere ponerse las pilas, lo que en otras palabras puede justificar la inversión de 1.000 millones de dólares que va a realizar...
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