Todos llegamos a una edad en la que decimos "antes era mejor" con mucha más frecuencia. No porque aquello que recordamos fuese objetivamente mejor, no en todos sus apartados, más bien porque lo actual no mantiene eso que nos hizo tan felices entonces. Y sí, estoy hablando de videojuegos... pero también puedes aplicarlo a las pizzas. El asunto es muy flexible.
A lo largo de 2024, dejé claro un mensaje: hace años que la franquicia Need for Speed no me hace feliz. Unbound lo ha conseguido durante los últimos meses, pero no puede ni plantearse la atribución del mérito. Porque todo el contenido de los últimos Volúmenes se ha sustentado en la nostalgia de Underground, Most Wanted y Hot Pursuit.
Ahora es cuando empiezas a atar cabos. Sé que la mayoría pensamos igual: la época de Underground 2, Most Wanted y Carbono fue sublime, el apogeo de una franquicia que ha mantenido un rumbo errático a lo largo de las últimas entregas. Algunos lo achacarán al efecto nostalgia y el regreso a un tiempo en el que "todo era mejor". Y sí, a veces tiene mucho que ver. Pero no tanto como crees... y tengo la prueba aquí mismo.
Hot Pursuit: el auténtico Need for Speed
Para mí, Hot Pursuit es la definición de Need for Speed. Fue la rama que me introdujo a la franquicia. Mis primeros recuerdos son corriendo en un mapa desértico con un Ford Mustang Shelby GT500 con la policía pegada a los talones y encontrando a mi primer amor automovilístico: el Dodge Viper gris con líneas azules. Todo lo que ha venido después se sustenta sobre estos recuerdos.
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La última vez que fui genuinamente feliz con una entrega de Need for Speed (que no un modo de juego, diferencia importante) fue con Need for Speed: Hot Pursuit Remastered de 2010. Se cumplirán 15 años en 2025. Casi iguala la edad de muchos jugadores de Unbound. Pues imagina mi alegría al verlo incluido en el mes de enero de PlayStation Plus. Era hora de volver, obvio.
Volver a Hot Pursuit Remastered de 2010 ha sido una experiencia preciosa y muy feliz. No solo por la nostalgia, también porque me he dado cuenta de que el juego ni se siente ni luce tan mal como recordaba. Su apartado gráfico tiene poco que envidiar a algunos juegos actuales y personalmente no siento la conducción tan brusca como en Heat o Unbound. Dejo los juicios de mejor-peor para los expertos.
No hay mundo abierto ni una historia con diálogos sobre el poder opresor de la policía. Que vas a 200 KM/H por una calle comercial, señora moralista de Heat, que te has llevado por delante siete farolas, dos semáforos y has siniestrado cuatro coches en la misma carrera ilegal. Suerte que no nos frenan con RPGs... que es lo que merecemos por energúmenos.
Hot Pursuit va directo al grano: tienes varias listas de carreras repartidas por el mapa. Cada una con pruebas diferentes, desde contrarrelojes hasta carreras convencionales. Estas se dividen en dos modalidades: piloto y policía, cada rama cuenta con su propio sistema de niveles, habilidades y coches. Y por si no es obvio, los pilotos deben escapar de la policía y la policía debe coger a los pilotos. Y esto es todo.
Sé que la ausencia de mundo abierto no es gusto de todos, a algunos les parece aburrido y otros sienten una especie de claustrofobia digital. Lo comprendo. No supuso un problema para mí en su momento y actualmente lo veo como una auténtica bendición. También entiendo (esta vez sin sarcasmo) que la ausencia de personalización eche para atrás a algunas personas.
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Pasar toda una tarde jugando a Need for Speed: Hot Pursuit Remastered de 2010 ha sido una alegría que no esperaba saborear en 2025. La nostalgia ha jugado un papel importante en esta dosis de felicidad. He sentido cosas muy bonitas, especialmente durante las pruebas como policía, pero también he disfrutado en el presente. He tenido la suerte de vivir uno de esos extraños casos en los que volver no empaña los recuerdos. El juego es mucho mejor de lo que recordaba. Ahora, más que nunca y para mí, Need for Speed es ante todo Hot Pursuit.
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La noticia Hace 15 años que Need for Speed me hizo feliz por última vez. Y he vuelto a serlo durante una tarde gracias a un regalo inesperado fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .
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