
Por desgracia, construir una buena estructura de LEGO en la actualidad supone rascarse el bolsillo más de la cuenta, pues todos hemos soñado con tener ese Halcón Milenario en el salón y hemos desistido al instante tras comprobar el precio. La empresa danesa, por si fuera poco, ha aprendido a tentar al público con colaboraciones tan exitosas como con One Piece o Nintendo.
Aunque hacerse con una SNES también puede considerarse prohibitivo, quedé francamente sorprendido al ver el precio de la mítica Game Boy: apenas 59,99 euros. Teniendo en cuenta que las construcciones más impresionantes duplican o triplican fácilmente esa cifra, no pude resistirme a conseguir un pequeño pedazo de historia y montarlo con mis propias manos.
Con unas medidas de 14 cm de altura, 9 cm de anchura y 3 cm de profundidad, estamos hablando de unas dimensiones prácticamente iguales al modelo original que lanzó Nintendo en 1989. Se vendieron millones de Game Boy por todo el planeta y, si bien yo tuve el modelo Color, jamás tuve entre las manos la versión original, por lo que tocaba ponerle remedio.
El set de 421 piezas no es especialmente grande ni laborioso, por lo que en algo más de dos horas conseguí construirla completamente, pero no sin antes superar alguna que otra vicisitud. Es obvio que no posee funciones luminosas, sonoras ni de juego digital, pero el manual de instrucciones se encarga de recordarlo de forma simpática. "ATENCIÓN: Pulsar en el botón de encendido puede causar sensaciones intensas de nostalgia" o "Para la experiencia real de 1989, inserta el cartucho y la lámina lenticular e ignora las reiteradas llamadas que vienen desde abajo para que vayas a cenar" son algunas de las frases que acompañan una presentación que quiere atraparte con un toque totalmente reto.

Aunque venga sin pilas, la Game Boy de LEGO cuenta con pantallas lenticulares de dos clasicazos legendarios como Super Mario Land y The Legend of Zelda: Link's Awakening, así como la palabra Nintendo que aparecía al iniciar el sistema. Son detalles que me resultaron inesperados, ya que no consumí ningún tráiler promocional en el que aparecían, y resultan muy ingeniosos para, de alguna forma, simular que estamos jugando.
Estamos hablando de un modelo que sirve para cualquier edad, pero está claro que una audiencia adulta es la que más solicita este tipo de sets de LEGO. No vale con que la construcción final sea un bloque compacto sin personalidad, por lo que la cruceta, los botones A y B, y SELECT y START realmente se pueden pulsar, así como el control de contraste, la rueda de volumen y la ranura para Game Pak.
No ha pasado tanto tiempo desde que realice mi última construcción de LEGO, pues también caí preso del maravilloso Cuellilargo de Horizon Forbidden West, así que los consejos clásicos los tenía frescos. Hay que fijarse detenidamente en el manual de instrucciones para comprobar que cada pieza esté en su sitio, sino puedes cometer un error que fastidie la estructura por completo. Es un auténtico peñazo averiguar dónde está el fallo, resolverlo y volver al punto en el que te encontrabas y eso mismo me sucedió.
Por ejemplo, los botones A y B necesitan dos piezas concretas y el manual indica que se debe repetir su construcción por duplicado, pero interpreté que debía usar cuatro piezas en vez de dos. Como resultado, el botón B no hacía el mismo recorrido que el A, por lo que tuve que investigar qué estaba pasando, para terminar dándome cuenta de que solo necesitaba dos, pero la bolsa de LEGO incluye tres piezas por si falla alguna.


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Esa es una de las virtudes de los packs de la compañía, la cual siempre ofrece alguna que otra pieza de más por si pierdes la original, especialmente cuando hablamos de piezas de tamaños diminutos. Es realmente entretenido pasar los minutos mirando encima de la mesa cuál es el siguiente bloque y ver cómo, poco a poco, la Game Boy va tomando la forma que, desperdigada en forma de bloques, es imposible de visualizar.
Es muy adecuado por parte de LEGO que coloree ciertos bloques, incluso los que son internos y jamás volverán a ser vistos una vez finalice la construcción, pero son tremendamente útiles para no perderte en una única gama cromática. Con todo, los cartuchos de Game Boy de ambos videojuegos podrían perfectamente ser dos piezas de coleccionismo por sí solas, ya que el acabado es fantástico. Todo el set puede ser expuesto con dos pequeños soportes y ocupan muy poco espacio.
Uno de los cartuchos puede encontrarse en el interior de la Game Boy y las otras dos láminas lenticulares junto al cartucho restante, el cual se puede intercambiar de una forma tan sencilla que asusta. La voy a tener en mi mesa donde trabajo, pues es un buen acompañante al resto del set up y una inversión que, siempre que tengo algo de LEGO listo para comenzar a ser construido, me devuelve a la época en la que construí yo solo el castillo de Hogwarts de Harry Potter.
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La noticia He construido la Game Boy de LEGO y me he vuelto a sentir como un crío entre bloques de colores fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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