No hace falta ser un genio para concluir los motivos detrás del motivo por el que el Quidditch no fue incluido en Hogwarts Legacy. Portkey Games, Avalanche Software y Warner Bros. apartaron el deporte mágico a un lado para dedicarle su propio videojuego en exclusiva, el cual no ha sido ni la sombra del éxito de su hermano mayor. No en vano, se lanzó como carne de PlayStation Plus desde el día de su lanzamiento.
Evidentemente los motivos corporativos y económicos son los que habitualmente impulsan a las grandes factorías para crear sus productos, por lo que la obra de mundo abierto queda manchada para siempre con una huella imborrable. Es absolutamente aberrante que en Harry Potter y la Piedra Filosofal de PS1 jugásemos para Gryffindor contra las otras casas de Hogwarts, pero aquí no existe ni el más mínimo atisbo de que suceda un partido.
La inclusión del Quidditch no es el parche que cura los defectos de la producción, aunque está más que claro que se echa en falta un minijuego tan imprescincible. Es como si los duelos mágicos contra otros estudiantes fuesen eliminados de la ecuación, lo cual sería igualmente sonrojante. Con todo, alguien responsable del guión de Hogwarts Legacy ha tenido que discurrir una excusa interna para justificar su desaparición y eso es precisamente lo que he investigado.
La respuesta que he hallado deja en todavía peor lugar a Phineas Nigellus Black, el infame director de la mayor Escuela de Magia y Hechicería del mundo. Aunque parezca mentira, es el tatarabuelo del archiconocido Sirius Black, padrino de Harry Potter en las novelas de J.K. Rowling. Por lo tanto, sorprende que semejante sujeto guarde relación con un personaje tan noble, pero los caminos de la magia son inescrutables.
Él es el responsable directo de que la práctica del Quidditch haya sido prohibida entre 1890 y 1891 en la institución, pero no me refiero únicamente a la disputa de partidos, ya que ni siquiera concede permiso a un simple entrenamiento. A nadie le gustaría que en un colegio se prohibiese jugar al fútbol o al baloncesto, aunque en un caso extremo no tiene por qué ser un impedimento para su práctica externa o para el futuro trabajo de los alumnos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el Quidditch es un deporte que requiere de un gran espacio y una estructura relativamente compleja para poder jugarse. Por si fuera poco, basta con echar un vistazo a las cartas que intercambia la alumna Imelda Reyes con la profesora Kowaga, responsable de impartir las clases de Vuelo.
Tal y como podemos leer, Reyes necesita jugar a Quidditch a lo largo del curso para mejorar su destreza sobre la escoba, pues su deseo es el de fichar por un equipo profesional. Como capitana del equipo de Qudditch de Slytherin, me la he encontrado a lo largo de Hogwarts Legacy profundamente frustrada porque se le han cortado las alas. Con todo, a pesar de que Kogawa también es una jugadora de Quidditch frustrada, no logra su objetivo.
Quiso formar parte del Toyohashi Tengu, uno de los mejores conjuntos del mundo, pero la escasa profesionalidad de una de sus compañeras truncó su sueño. Es consciente de lo que sufren alumnos como Imelda ante semejante situación y fui testigo directo de la conversación que tuvo conmigo transformado en Black. Kogawa solicitó incluso una temporada más corta, pero tuve que negarme ante la brutal lesión sufrida por un alumno... ¿de sangre limpia? En la enfermería de Hogwarts Legacy se puede encontrar un informe que reza lo siguiente:
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La enfermera Noreen Bailey relata en su documento médico un hecho relacionado con un incidente sucedido durante un partido de Quidditch. Es importante destacar que, a petición de Black, el nombre del alumno afectado y otro término han sido eliminados del mensaje. Nunca sabremos el nombre de dicho alumno, pero es sencillo inferir que se trata del sangre limpia que mencionaba Kogawa.
Por otro lado, dado que Bailey no cree que estemos hablando de una lesión propiamente dicha, lo cual se podría entender como un simple lance del juego, y que Kogawa también menciona que los bludger han ayudado a espabilar a algunos de sus alumnos, la neblina parece despejarse. Una de las dichosas bolas que persiguen a los jugadores de Quidditch por el aire debió impactar en el alumno y le causó algún tipo de daño que Black exageró hasta el extremo.
Pero, ¿por qué haría algo así Black y qué le importan los sangre limpia? Para comprenderlo, hay que partir de la base de que el director se crió en una familia que despreciaba completamente a los magos y brujas nacidos de muggles. Sí, al igual que los Malfoy, Black reivindicaba la pureza de la sangre y fue seleccionado como miembro de Slytherin cuando ingresó en la escuela.
A pesar de su evidente falta de talento, empatía o rasgo virtuoso, el Ministerio de Magia tuvo a bien nombrarlo como director de Hogwarts. Lo llamativo del asunto es que detestaba a los jóvenes con los que se veía obligado a convivir, no expresaba ningún tipo de interés en mejorar su educación y se convierte a lo largo de Hogwarts Legacy en una constante burla para los muchachos. Así pues, con la simple excusa de que un sangre limpia no debe ser dañado, tomó una decisión nefasta y que le coloca en el ojo del huracán como un profundo capullo.
Sin embargo, hay figuras con autoridad por encima de la de la Black que deberían impedir semejante actitud, como el propio Ministro. De hecho, hay correspondencia intercambiada entre el profesor Fig y Faris Spavin en el que hablan del Quidditch.
No tratan precisamente sobre la prohibición instaurada por Black, pero la conversación nos deja una serie de pinceladas sobre lo que opina Spavin al respecto. Hablan acerca de la incorporación del stooging al Quidditch, o lo que es lo mismo, la infracción producida por la invasión del área por parte de varios cazadores al mismo tiempo. Una regla con el espíritu de que no se desmadre por completo un partido y no se produzcan tantos lesionados.
Spavin parece estar a favor de su incorporación y, tal y como remata la misiva, es fan del Quidditch. Es capaz de conseguir asientos para la gran final de aquel año, por lo que valora positivamente que la competición siga su curso normal. Por otro lado, menciona que el Departamento de Seguridad Mágica está al tanto de "cualquier amenaza potencial contra el mundo mágico". Black lo es claramente, pero es bueno recordar que Spavin es autor de implantar normas en el Quidditch que no calaron nada bien entre la sociedad.
Fue Ministro desde 1865 hasta 1903, por lo que fue él el que decidió que Black era el indicado para gobernar Hogwarts. Aunque no es explícito en ningún momento, no es descabellado pensar que Spavin está de acuerdo con intransigente medida impuesta por Black, o por lo menos se pone de perfil ante ellas. El discurso final del director en Hogwarts Legacy es como para darle de comer aparte y que no vuelva a presidir ni el váter de sus aposentos, pero la esperanza se coló en el último momento.
Kogawa mencionó que informaría al Departamento de Deportes y Juegos Mágicos sobre la barbaridad que se estaba cometiendo en lo referente al Quidditch. Teniendo en cuenta que la prohibición de Black duró una sola temporada, es probable que aquella queja surtiese efecto y fuese el motivo del levantamiento del veto. Sea como fuere, queda demostrado que los sangre limpia no pueden ser más ineptos en la fantasía de Harry Potter.
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La noticia He investigado por qué no hay Quidditch en Hogwarts Legacy y la respuesta es sencilla: Phineas Nigellus Black es un capullo fue publicada originalmente en Vida Extra por Juan Sanmartín .
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