Noticia ¿Hecho con IA? El dilema de la transparencia en los videojuegos

¿Hecho con IA? El dilema de la transparencia en los videojuegos


Lo que son las cosas: hace dos décadas nos sorprendía el grado de detalle o el realismo que podían alcanzar los videojuegos. Hoy, que nos hemos acostumbrado a gráficos que compiten con fotos reales, nos cuestionamos cómo se han logrado los resultados. Al punto de tener auténticos prejuicios al respecto del empleo de la IA, la inteligencia artificial, como parte del proceso creativo, de diseño y durante el desarrollo. ¿Eso es un síntoma positivo, algo negativo o un acto de rebeldía ante lo inevitable?


Hablemos con propiedad: en toda la industria del entretenimiento la inteligencia artificial es una herramienta habitual. Jim Lee se ha opuesto abiertamente a su empleo en los cómics de DC, ha dividido la opinión de cineastas y preocupa a la industria discográfica por motivos que se explican solos. La cosa va más allá, pero es en los videojuegos donde, al converger la mayoría de disciplinas anteriores, el empleo de IA se intensifica y plantea el tema de debate: ¿hay que señalar (o estigmatizar) a los juegos que la usan? Bueno, partamos por entender de dónde viene esto.

  • La IA democratiza de manera radical el proceso de desarrollo para los pequeños estudios, simplificando labores artísticas, de programación, de testeo, etc. y sorteando barreras imposibles para presupuestos reducidos.
  • De cara a las superproducciones reduce enormemente tanto el tiempo como los desmesurados costes desarrollo, agilizando procesos (a veces externalizados) y reduciendo considerablemente los retrasos.

Vaya por delante que utilizar la inteligencia artificial hoy no es algo imprescindible, pero la cada vez mayor inversión por parte de las grandes tecnológicas arrincona a quienes no tienen la predisposición de apostar por ella frente a aquellos que ven una solución más o menos universal a la mayoría de problemas y sacrificios.

Y eso, quieras que no, ha promovido que surja una cuestión incómoda: ¿deberían avisarnos cuando se hace empleo de la IA? Una cuestión delicada, ya que la pregunta en sí lleva implícito un carácter peyorativo.

Hasta qué punto le importa al gran público que se use la Inteligencia artificial​


Seamos justos: tú y yo posiblemente veamos las etiquetas antes de comprar un juego en Steam, o repasemos las características en la tienda de Xbox o la eShop. O quizás solo sea yo.


Te confieso que a mí me interesan los juegos que tengan Play Anywhere porque alterno entre consola y PC, y el programa de puntos de oro de Nintendo me venía muy bien. Sin embargo, si no les haces caso antes de pagar lo que hay en el carrito es perfectamente normal. Y, pese a ello, ¿la etiquetación o advertencia del uso de IA debería mostrarse como las del PEGI o no es algo necesario? La disyuntiva, ya te adelanto, no es algo menor:.

  • Valve, a través de Steam, exige que los estudios informen si han usado IA en cualquier parte del juego, desde diálogos hasta ilustraciones. Un miembro de la compañía incluso lo ha comparado con mostrar la lista de ingredientes en un producto alimenticio: transparencia básica para que el consumidor decida.
  • Epic Games, en cambio, rechaza esta práctica. ¿Un modo de atraer a los desarrolladores que emplean inteligencia artificial y no tienen interés en que se sepa? La respuesta es todavía más simple: Tim Sweeney, su CEO, sostiene que pronto todos los juegos usarán IA y que señalarlo es tan absurdo como indicar qué champú usan quienes hacen cada juego.

Entre estas posturas (y con más de 1.800 juegos con la etiqueta en Steam) se abre un debate cultural y ético: ¿es la IA una herramienta más, como un motor gráfico, o un factor que cambia la percepción del arte y la autoría? La respuesta no es sencilla, pero sí urgente, porque la próxima generación de videojuegos estará marcada por esta tensión. Y no solo en cuestión de software: AMD, quien estará presente las próximas consolas Xbox y PlayStation, impulsará el hardware de ambos sistemas en tecnología apoyada en la inteligencia artificial.

IA


Llegados a este punto toca exponer las preocupaciones de se abren en la industria del videojuego con respecto al empleo de IA. Las cuales podemos condensar (aunque no abarcar en su totalidad) en tres puntos muy específicos:

  • Expansión acelerada de la IA generativa: texturas, voces sintéticas, diálogos y animaciones ya se producen con algoritmos.
  • Preocupaciones legales y éticas: muchos modelos se entrenan con material protegido por derechos de autor.
  • Desconfianza de cara al futuro del medio: existe la percepción de que la sustitución del trabajo humano degradará la calidad artística de los videojuegos.

En cualquier caso, toca establecer un punto clave: al igual que ocurre con un automóvil o un micrófono, el problema real no es la propia inteligencia artificial sino los posibles vicios derivados de quien le da un uso o incluso la entrena. Que la palabra "posibles" esté en negrita no es por capricho.

De hecho, te planteo una cuestión: ¿cuántos consumidores de videojuegos pagarían un poco más por el mismo juego si hubiese una edición en la que la sincronización labial (que el movimiento de la boca de un personaje encaje con sus palabras) realizado por un humano? Por inventarme una cifra, los 2,99 euros que cuesta escuchar a los elfos en Sindarin en el juego de Gollum. O, si lo prefieres, le damos la vuelta a la misma idea: ¿cuántos estarían dispuestos a pagar menos por el mismo juego si esa tarea, la sincronización labial, la desempeña una IA?


Porque para la desarrolladora, sea grande o pequeña, no tiene por qué ser una cuestión de codicia o el dilema se simplifica al pago de un salario adicional, sino al hecho de reducir drásticamente un muy valioso tiempo y los recursos necesarios. Algo de crucial importancia.


Y pese a que se deben esperar mejores resultados de un profesional especializado, la historia nos recuerda que no todos han estado siempre a la altura en labores aparentemente superficiales, pero que no pasan desapercibidas. Es decir, que lo haga una persona de carne y hueso no es sinónimo ni garantía de que el mismo trabajo estará bien hecho. Pero eso, me temo, ya es otro asunto aparte.

El dilema de la transparencia en los videojuegos frente al empleo de la IA​

IA Steam
Juegos como el remaster de Horizon Zero Dawn o FNaF: Security Breach dan uso a la IA

La manera más visual de explicar la preocupación o la predisposición a la hora de añadir una etiqueta de "Hecho con IA" o similar en un videojuego, independientemente de los recursos de los que se partan, se pueden establecer en dos columnas que, ya te adelanto, continuarán expandiéndose mientras más se exploren las posibilidades y se diversifiquen los usos de la inteligencia artificial.


Positivas

Negativas

Reducción de costes

Pérdida de empleos creativos

Democratización del desarrollo

Homogeneización estética

Posibilidad de que estudios pequeños creen mundos tan ambiciosos como los de grandes compañías

Sospechas constantes sobre la autenticidad de los contenidos

Etc.

Etc.

Lo que quiero decir con esto es que cada desarrolladora, grande o pequeña, debe saber sopesar qué tipo de resultados le interesan más, pero también tener claro a los que puede aspirar. Sobre todo para ganarse al público al que se desea llegar. ¿Eso significa que hemos llegado al punto en el que ya apenas se nota cuando un trabajo ha sido elaborado por una inteligencia artificial? Como dijo Jim Lee, la gente tiene una reacción instintiva a lo que se siente auténtico y hecho por personas.

Los fans pueden sentir cuando algo fue hecho con cuidado. Cuando al artista le costó su tiempo, energía, corazón y esfuerzo. La gente tiene una reacción instintiva a lo que se siente auténtico. Y también reaccionamos ante lo que se siente falso. Es por eso que la creatividad humana importa.
La ciencia no sueña. No siente. No hace arte. Lo agrega. Nuestro trabajo como creadores, como historiadores y como editores es hacer que la gente sienta algo real. Es por eso que creamos. Y es por eso que todavía estamos aquí.

Las palabras de Lee son sinceras y sus valores tan nobles como incuestionables. Pero, claro, si un lector, jugador o espectador pudiese sentir la diferencia de una obra cuando se ha empleado inteligencia artificial, ¿por qué se le debería poner una etiqueta a un videojuego? Bueno, aquí es donde la cosa se tuerce.

De hecho, toca dejar claro que a una porción realmente significativa del público al que se quiere llegar le da igual. Es, según los últimos datos, hay una mayor predisposición a hacer gastos pequeños al desembolso de juegos completos a precio de superproducción.

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Entonces, ¿qué incentivos tiene una compañía o un estudio pequeño a la hora de ponerle la etiqueta a los juegos de "hecho con IA"? De cara a los jugadores, y siendo francos, son las que son: se agradece que haya una transparencia y confianza con el jugador, se establece una claridad sobre derechos de autor y licencias y hay un respeto implícito hacia la autoría y el trabajo humano. Toca desglosar qué porcentaje de participación tiene una inteligencia artificial en el proyecto, claro.


Pero con eso claro: ¿el gran público estaría dispuesto a pagar la diferencia frente a dos juegos iguales? Salvo que los resultados sean chapuceros, tiendo a pensar que la balanza favorecería al juego que salga antes y sea más barato. Esto es de cosecha propia, que conste.


Lo anterior no quita que también haya desventajas a la hora de poner la etiqueta. O que haya compañías (pequeñas o grandes) que prefieran no hacerlo. De entrada, porque se estigmatiza el uso de la IA como una "mala práctica", independientemente de en qué y cómo se haya empleado. Pero es que, si la tendencia sigue su curso, la etiqueta acabará siendo innecesaria si la IA se vuelve omnipresente. ¿Llegará el día en el que veamos una etiqueta en la que se nos informe que no se ha empleado la inteligencia artificial? ¿Supondrá eso una diferencia?

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En Vida Extra
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Qué papel tendrá la IA en la próxima generación​


Nos puede gustar más o menos, pero la próxima generación de videojuegos tiende a ser híbrida: humanos y algoritmos repartiéndose la carga de trabajo. No la autoría, que conste. ¿Te suena descabellado? Bueno, cada vez es más frecuente toparse con la frase de "La inteligencia artificial no te quitará el trabajo, será alguien que la utilice quien te lo quite".

Y no nos vamos a engañar, si fuese más fácil, barato y rápido no emplear la IA te aseguro que no estaríamos en estas. Desde el origen de los tiempos lo elaborado de manera artesanal y la búsqueda de la originalidad implican sobreesfuerzos y requieren tiempo. Y, a veces, varios fracasos consecutivos hasta lograr dar con la tecla.


De modo que, al final, todo se acaba reduciendo a una cuestión que tiene que ver con la transparencia y no tanto con el empleo de estas tecnologías. Y ojo, que eso es un tema distinto. Así que la pregunta (por no dispersarme otra vez) no es si la IA debe usarse, sino cómo comunicarlo.


La idea soltada en crudo es que si las plataformas optan por la transparencia, los jugadores podrán elegir con criterio. Pero, claro, volvemos al tema de que se está dando a entender que hay maneras buenas y malas de hacer juegos, y eso tampoco es así. ¿Y, si se impone el silencio, crecerán las sospechas y la desinformación? Bueno, en la sociedad que estamos construyendo ahora mismo ese peso va a estar ahí para todos. Incluso para quienes no se pongan la etiqueta.

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En última instancia, la transparencia no debe criminalizar la IA, sino darle contexto. Saber qué parte de un juego fue creada por personas y qué parte por máquinas no resta valor a la experiencia a los mandos o al viaje audiovisual, sino que los debe enriquecer. Se le debe dar valor a lo logrados. Al cuadro que decora una habitación de paso en un shooter o al sombrero más estrafalario que hay en la tienda de tu Battle Royale favorito.


Y, entre tú y yo, se nota una barbaridad cuando una frase leída o recitada es genérica o cuando se trata de conectar con el lector. Puedes darte cuenta al vuelo, casi desde el primer párrafo, cuando alguien se conforma con llenar espacios en blanco o si, al leer, hay alguien detrás que trata de aportarte contexto, aflorar sentimientos o despejarte inquietudes para que seas tú quien razone.


Lo que sí te puedo adelantar es que el futuro del videojuego dependerá de si la industria decide tratarnos de manera justa en calidad de consumidores, o como entusiastas de esta loca pasión que no han perdido su ilusión… o incluso como simples receptores de un producto opaco. Y toca asumir que el hecho de que haya -o deje de haber- una etiqueta que indique si hay Inteligencia Artificial no descarta ninguno de los tres escenarios. Porque su existencia no es el verdadero problema. Al menos hoy.


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La noticia ¿Hecho con IA? El dilema de la transparencia en los videojuegos fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .

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