- Una investigación publicada en eLife muestra el descubrimiento de una nueva especie de homínido, Homo naledi, en una cueva de Sudáfrica.
- El mosaico anatómico de los fósiles es más parecido a Homo que al género Australopithecus.
La evolución humana sigue siendo uno de los grandes misterios de la biología. Desenterrar, clasificar y estudiar los fósiles encontrados en cuevas tan recónditas como las de Atapuerca nos acerca a la respuesta de la pregunta más importante para nuestra especie: ¿de dónde venimos? En la reconstrucción de nuestro árbol genealógico, hoy debemos añadir una nueva especie de homínido, la de Homo naledi, descubierta en el sistema de cuevas Rising Star en Sudáfrica.Los fósiles fueron encontrados en las cuevas Rising Star de Sudáfrica
Un equipo de investigadores, coordinado por científicos de la University of the Witwatersrand, ha publicado en la revista eLife el hallazgo de más de 1.500 fósiles, pertenecientes a 15 individuos hallados en la cueva Dinaledi, a menos de 50 kilómetros al noroeste de Johannesburgo. El descubrimiento, según recoge National Geographic, "supone la recopilación de información sin precedentes sobre la evolución humana temprana en el continente africano".
El catálogo de fósiles encontrados muestra una gran diversidad en los huesos de los esqueletos, de forma que el equipo de Lee Berger ha podido determinar las características de Homo naledi. Entre otras, destaca que esta nueva especie de homínido tendría un tamaño y peso (entre 39,7 y 55,8 kg) similares a los de los humanos modernos, con las manos y los pies con apariencia humana. Otros huesos, como el cráneo, la pelvis o los hombros son más parecidos a los fósiles de especies de homínidos anteriores.
Berger et al. (eLife)
Desde noviembre de 2014, fecha en la que los huesos fueron descubiertos en Sudáfrica, los investigadores se han dedicado a analizar sus características. Además de cuantificar los restos encontrados y determinar su morfología, los investigadores han tratado de conocer -sin éxito- la edad geológica de la cámara donde hallaron los fósiles. El estudio les ha permitido describir una nueva especie, Homo naledi, cuyo nombre recuerda el término "estrella" en el idioma sotho, y que homenajea también a las cuevas donde fueron descubiertos los restos.Los esqueletos muestran un particular mosaico anatómico, más similar al género Homo que al de Australopithecus
En esta zona, la ausencia de huesos animales ha intrigado también a los investigadores. Hasta el momento, la comunidad científica creía que las prácticas de enterramiento sólo eran realizadas por especies como los humanos modernos o los neandertales. El descubrimiento nos permite pensar que estos quince individuos de Homo naledi fueron allí depositados de manera intencionada.
Otros investigadores, sin embargo, creen que el hallazgo de los restos de esta nueva especie de homínido no tendría por qué coincidir con prácticas de enterramiento intencionadas. Como recogen en The Guardian, esta conducta sería "demasiado más compleja" de lo que pensábamos inicialmente para una especie Homo de estas características.
[URL='http://elifesciences.org/content/4/e09560/article-data']Berger et al. (eLife)[/URL]
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La descripción publicada hoy muestra que Homo naledi sería una especie con detalles muy parecidos a Australopithecus y otros más similares a los del género Homo. Los científicos apuntan que este mosaico anatómico se refleja en diferentes partes de los esqueletos estudiados. En ese sentido, tanto la morfología del cráneo, como la mandíbula o la dentición, recuerdan a otras especies Homo. Por el contrario, el tamaño del cráneo, con una capacidad de 500 cm3, se correspondería con Australopithecus.
A pesar de la diversidad ósea encontrada, los científicos creen que este mosaico anatómico se correspondería más con una nueva especie dentro del género Homo. La mayor parte de fósiles encontrados, especialmente aquellos clave en sistemas funcionales como la manipulación, la locomoción o la masticación, son más similares a este género que al de Australopithecus. Este análisis vuelve la vista atrás para encontrar nuestras propias raíces evolutivas, cuyo conocimiento se amplía hoy con el descubrimiento de este nuevo ancestro.
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