Noticia Honor Robot Phone: todo lo que debes saber sobre esta cámara robotizada

Honor Robot Phone


En un mercado donde lo habitual es sumar más cámaras, agrandar pantallas o estirar la autonomía, un concepto nuevo promete sacudir la mesa de un plumazo: el Honor Robot Phone. Este teléfono, todavía en fase conceptual, pone el foco en una idea llamativa: una cámara montada sobre un brazo mecánico que se despliega del propio móvil y se mueve por sí misma con ayuda de la inteligencia artificial.

La propuesta se inscribe en el llamado Alpha Plan de la compañía china, una hoja de ruta que mezcla diseño mecánico con capacidades de IA. El objetivo es ir más allá de las funciones de software y dotar al dispositivo de movimiento, percepción y reacción en el mundo físico, integrando sensores y control motorizado de forma inteligente.

¿Qué es el Honor Robot Phone y por qué llama tanto la atención?​


Lo que plantea Honor es un móvil que, a simple vista, pasa por uno más del montón; sin embargo, en la trasera esconde un sistema mecánico miniaturizado capaz de desplegar un pequeño brazo con una cámara en su extremo. Este módulo actúa como un gimbal embebido en el teléfono: puede girar, orientarse en distintos ejes y estabilizar la imagen durante la grabación sin que el usuario haga nada.

La gran diferencia respecto a otros experimentos del pasado es que aquí no se trata de ocultar la cámara o rotarla únicamente para selfies. La IA entra en juego para que el conjunto sea autónomo: encuadra, sigue sujetos y reacciona a lo que ocurre alrededor, interpretando luz, movimiento y objetos de forma dinámica.

Un diseño con truco: el brazo robótico y su módulo de cámara​


El teléfono muestra un módulo trasero voluminoso y dividido en dos secciones. En uno de los laterales se oculta el brazo articulado; una pequeña ventana se desliza para dejarlo salir cuando la función se activa. Por la otra parte del módulo, Honor mantiene una cámara tradicional con lentes integradas, lo que sugiere que el equipo alternaría entre el sistema robótico y la óptica fija según el uso.

En el vídeo conceptual se aprecia cómo el brazo se despliega con fluidez, adoptando ángulos de captura poco habituales en un smartphone. La sensación es la de un gimbal de bolsillo fusionado con el móvil, solo que aquí todo está integrado y automatizado, sin accesorios externos ni sujeciones adicionales.

A primera vista el terminal parece un smartphone normal, aunque algo más grueso de lo habitual, probablemente por el espacio que exige la mecánica. En la trasera, en lugar del logo clásico de la marca, aparece una gran letra alfa, un guiño al Alpha Plan que da contexto a la idea.

IA al mando: encuadre autónomo, seguimiento y composición inteligente​


Honor describe el sistema como si contara con un supercerebro de IA capaz de percibir el entorno al instante y reaccionar con la ‘movilidad de un robot’. En la práctica, esto se traduce en funciones como ajustar la posición de la cámara automáticamente, elegir el mejor encuadre u orientar el brazo para seguir a una persona en movimiento.

En los materiales compartidos por la compañía se insinúan usos que van más allá de la mera estabilización: la cámara podría realizar panorámicas de forma autónoma, registrar escenas en 360 grados o iniciar videollamadas sin soporte, porque el propio móvil sería capaz de mantenerse encuadrado gracias al brazo motorizado y su sistema de seguimiento.

La idea de un módulo que ‘piensa en tiempo real’ abre la puerta a tomas creativas sin intervención constante del usuario. El teléfono reconoce cambios de iluminación, detecta el movimiento del sujeto y adapta la composición para maximizar la calidad o la expresividad de la escena con un toque casi cinematográfico.

Un estabilizador tipo gimbal… dentro del teléfono​


Uno de los puntos que más llame la atención es la estabilización. El brazo robótico actúa como gimbal miniaturizado, lo que reduce vibraciones y movimientos bruscos en la grabación. Para quienes graban en marcha, hacen vlogs o filman a mano alzada, este enfoque podría suponer un salto en fluidez sin necesidad de accesorios externos.

A diferencia de la estabilización por software, que a veces recorta la imagen o puede generar artefactos, un sistema mecánico compensa el movimiento de forma física y precisa. Si la implementación de Honor llega a buen puerto, el resultado podría acercarse a lo que ofrecen dispositivos como los gimbals de DJI u otros estabilizadores compactos, pero integrados en la carcasa del móvil.

Más allá de la foto: reconocimiento del entorno y funciones extra​


Honor sugiere que el Honor Robot Phone aprovecharía una IA con capacidades similares a herramientas tipo Google Lens para reconocer objetos, lugares y texto en el mundo real. En ese marco, la marca menciona la posibilidad de un probador de ropa virtual, que podría superponer prendas en tiempo real gracias a la percepción tridimensional y al encuadre automatizado del brazo.

En el vídeo conceptual, el dispositivo no solo encuadra: también interactúa de forma expresiva. Se escucha una risita y otros soniditos de ‘mascota’ al desplegar la cámara, humanizando un poco el comportamiento del equipo y reforzando la idea de que quiere ser un compañero con presencia y carácter, no solo una herramienta fría.

Estado actual del proyecto: vídeo CGI y nada de prototipos por ahora​


Conviene subrayarlo: todo lo mostrado hasta el momento es renderizado por ordenador en un vídeo promocional. No hay prototipo físico circulando, ni demos en vivo. Por tanto, conviene mantener los pies en el suelo: se trata de una visión a futuro que, con suerte, veremos materializarse de forma tangible más adelante.

Honor apunta que el escaparate para conocer más detalles será el Mobile World Congress de Barcelona, donde la compañía planea dar nuevas pistas o incluso enseñar un primer prototipo. Hasta entonces, el Honor Robot Phone es una idea en construcción que ilusiona, pero que todavía no se puede probar ni evaluar en mano.

Un guiño a la historia: cámaras motorizadas y pop-up en móviles​


El Honor Robot Phone rescata la ambición de mover físicamente la óptica en un móvil, algo que ya vimos en distintas formas durante la segunda mitad de la década pasada. Varias marcas —Asus, Xiaomi, OnePlus, Huawei, Oppo, Vivo y Motorola— apostaron por cámaras emergentes de tipo pop-up para ofrecer pantallas sin notch ni agujeros.

Uno de los casos más llamativos fue el Samsung Galaxy A80 (2019), cuyo módulo se deslizaba hacia arriba y giraba 180 grados. Las cámaras traseras —con un sensor principal de 48 Mpx, un ultra gran angular y un ToF para profundidad— se convertían en cámaras frontales al rotar el conjunto. Era un despliegue realmente singular en su momento.

Tampoco hay que olvidar el Asus Zenfone 6, que giraba su cámara principal para usarla como selfie, y otros intentos menos conocidos que probaron mecanismos retráctiles. Pese a su frescura, la mayoría de estos conceptos fueron abandonados por costes, fragilidad y problemas asociados al polvo y al agua, además de la pérdida de espacio interno que penalizaba la batería o el diseño.

La industria acabó inclinándose por soluciones más sencillas y robustas: perforaciones en pantalla y, más recientemente, cámaras bajo el panel. Con esa transición, desaparecieron casi por completo las etapas de cámaras emergentes o giratorias, dejando una lección clara: la mecánica añade posibilidades, pero también riesgos.

Qué aporta de nuevo: autonomía y multimodalidad con IA​


La gran carta de Honor es introducir autonomía real en el módulo móvil. Ya no se trata de ocultar o rotar, sino de aportar movimiento inteligente guiado por sensores, visión por computador y aprendizaje automático. Esa combinación encaja con la estrategia de IA multimodal de la marca: integrar percepción, acción y toma de decisiones en un único sistema.

La compañía incluso habla del teléfono como un ‘compañero emocional’ que siente, se adapta y evoluciona, una metáfora que intenta situar al Honor Robot Phone entre un smartphone tradicional, un robot y un asistente personal. Si se materializa, estaríamos ante una categoría híbrida con lenguaje propio y una interfaz física más expresiva.

Usos prácticos: de la creatividad al día a día​


En la práctica, un brazo robótico con estabilización integrada abre usos curiosos y cotidianos. Para quien graba vlogs o vídeos de viajes, la cámara podría seguir el rostro sin necesidad de trípode, ajustando el encuadre al caminar y manteniendo la imagen estable. En reuniones o clases por videollamada, el móvil podría situarse en la mesa y enfocarnos automáticamente incluso si nos movemos por la habitación.

En fotografía, el sistema permitiría panorámicas automatizadas o secuencias 360 de forma guiada, con el brazo girando de forma controlada para cubrir la escena completa. También cabe imaginar time-lapses en los que el teléfono recorra suavemente distintos ángulos de forma autónoma, como haría un operador de cámara en pequeño formato.

Más allá de lo audiovisual, el reconocimiento del entorno sumaría casos de uso tipo Lens: identificar monumentos, traducir carteles o proponer combinaciones de ropa con un probador virtual. Que el módulo se mueva por sí mismo puede ayudar a mejorar la perspectiva o la distancia cuando el sistema necesita un mejor input visual para acertar en la tarea.

El propio vídeo promocional coquetea con una faceta lúdica: el teléfono hace monerías, suelta una risita, ‘mira’ al cielo con gesto de asombro o incluso intenta tranquilizar a un bebé. Son escenas de ficción publicitaria, sí, pero ilustran la apuesta de Honor por una interacción más cálida que refuerza el idea de ‘mascota’ tecnológica.

Detalles estéticos y simbólicos: la letra alfa y el lenguaje de producto​


El acabado mostrado en los renders sustituye el logo de la marca por una gran letra alfa. Es un detalle simbólico que subraya la conexión con el Alpha Plan, el paraguas bajo el que Honor agrupa sus ideas de IA aplicada al diseño físico. Cuando un concepto está aún en pañales, la narrativa es clave y aquí la marca la está trabajando con mimo.

También destaca el módulo de cámara, grande y segmentado en dos zonas, que además de esconder el brazo motorizado alberga lentes tradicionales. Esa división no solo es estética: sugiere que el dispositivo combinaría distintos enfoques fotográficos según la escena y la necesidad de movilidad.

Qué sabemos y qué no: información confirmada y cabos sueltos​


Confirmado: existe un concepto denominado Honor Robot Phone con brazo motorizado, estabilización tipo gimbal, capacidades de seguimiento y encuadre autónomo, todo ello guiado por IA. Forma parte del Alpha Plan de Honor, aparece con la letra alfa en su trasera y se ha mostrado únicamente en vídeos CGI promocionales.

No confirmado: especificaciones técnicas concretas (tamaño del sensor, apertura, número de ejes del gimbal interno, resistencia al polvo y agua, batería, precio, fecha exacta de disponibilidad). También queda por ver la durabilidad de la mecánica, la protección frente a partículas y el consumo energético de mover el brazo durante sesiones largas.

A nivel de interfaz, falta saber cómo se integrarán los controles del brazo en la cámara del sistema: si habrá modos inteligentes que activen perfiles de movimiento, si el usuario podrá trazar rutas, o si el software decidirá casi siempre por su cuenta en función de la escena.

El contexto de la industria: lo que funcionó y lo que se abandonó​


La experiencia pasada con pop-ups y módulos giratorios dejó clara una tensión: la mecánica ofrece magia, pero complica el producto. Los sistemas móviles añaden puntos de fallo, aumentan costes y suelen penalizar resistencia a polvo y agua. No es casual que el mercado abrazara pantallas perforadas y cámaras bajo el panel: menos piezas, menos riesgos.

El reto para Honor es demostrar que la IA justifica el retorno a la mecánica. Si el brazo marca una diferencia real en creatividad, comodidad y resultados —y si lo hace con fiabilidad— puede abrir una senda nueva. En caso contrario, podría quedar como una curiosidad simpática que no supera las barreras que frenaron a sus predecesores.

Privacidad y convivencia: la cámara que te mira (y no asusta)​


Una cámara motorizada que se mueve sola plantea dudas razonables: ¿cómo se indica de manera clara que está grabando o escuchando? ¿Qué señales visuales o sonoras informan al usuario y a su entorno? Aunque el vídeo publicitario muestra un tono amistoso, el diseño final tendrá que ser cuidadoso para evitar malentendidos.

En este terreno, elementos como luces de estado, sonidos discretos y controles rápidos para pausar o plegar el brazo serán esenciales. La transparencia en la interfaz refuerza la confianza, especialmente si el móvil está en superficies públicas o cerca de personas que no han consentido aparecer en plano.

El ecosistema que rodea al HonorRobot Phone​


El anuncio del concepto llegó al final del evento en el que la marca presentó sus buques insignia Magic 8. Este detalle importa porque sugiere que Honor ve el Robot Phone como una visión a medio plazo que convive con su catálogo tradicional, no como un reemplazo inmediato de sus gamas comerciales.

Si el proyecto avanza, cabe esperar que parte de las tecnologías de IA —seguimiento, reconocimiento del entorno, optimización de escenas— acaben impregnando otros móviles de la casa, incluso sin brazo robótico. La transferencia de innovaciones del laboratorio al mercado suele ser gradual.

Próxima parada: MWC de Barcelona​


La cita marcada en rojo es el Mobile World Congress de Barcelona. Es el escenario lógico para mostrar avances, ya sea con un prototipo en vitrina, una demo controlada o nuevos materiales que aclaren aspectos técnicos. Con el foco mediático puesto en 2026, la marca tiene margen para pulir la ingeniería y construir expectativa.

Hasta entonces, todo lo que tenemos son ideas y promesas bien envueltas. Y, aun así, es difícil no ilusionarse: una cámara que se mueve, decide y se estabiliza por sí misma, integrada en un móvil, suena a futuro cercano con mucho potencial creativo.

Preguntas frecuentes que deja el concepto​

  • ¿Es un producto real o solo un render? De momento, solo se ha visto en vídeos CGI; no hay prototipo público.
  • ¿Qué puede hacer la cámara por sí misma? Encadrar automáticamente, seguir sujetos, estabilizar como un gimbal y reaccionar al entorno con ayuda de IA.
  • ¿Cuándo sabremos más? Honor apunta al MWC de Barcelona como el lugar para compartir detalles adicionales.
  • ¿Sustituye a las cámaras tradicionales del móvil? No necesariamente: el módulo robótico convive con lentes integradas en el propio módulo trasero.

Con todo lo mostrado, el Honor Robot Phone propone recuperar la magia mecánica que un día abandonaron los móviles motorizados, pero con un cambio de guion clave: poner a la IA a los mandos para que ese movimiento cobre sentido.

Entre la estabilidad tipo gimbal, el encuadre automático, el seguimiento y el reconocimiento del entorno —más la narrativa de ‘compañero emocional’ y el sello del Alpha Plan—, Honor ha conseguido que volvamos a mirar con curiosidad a la cámara de un smartphone; falta por ver si el salto del vídeo CGI al prototipo en el MWC de Barcelona confirma que esta vez la chispa tecnológica se traduce en un producto robusto, útil y listo para el día a día. Comparte esta información y más usuarios sabrán todo sobre el Honor Robot Phone.

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