
El iPad Pro M5 no es una simple actualización. Es, una vez más, el intento de Apple por desafiar las leyes de la física y la percepción que tenemos sobre qué puede ser un ordenador. Probé este diseño por primera vez el año pasado en la sede de Apple Battersea Power Station, donde conocimos por primera vez el iPad Pro M4, y la sensación fue idéntica a la de entonces: algo está cambiando ante nuestros ojos.
El M5 no es sólo más potente: está diseñado desde su arquitectura para acelerar tareas de inteligencia artificial y procesar modelos generativos de forma local. No se trata de delegar en la nube, sino de traer la potencia del futuro directamente a tus manos. Es curioso pensar que hace apenas un año, cuando analizábamos el iPad Pro M4, nos maravillábamos con su delgadez imposible. Hoy, ese diseño ultrafino se mantiene, pero se potencia con la eficiencia y aceleraciones conseguidas.
El iPad Pro M5 es la síntesis de quince años de evolución del iPad: la culminación de un viaje que comenzó en 2010 con un dispositivo concebido para consumir contenido y que ahora puede generar universos visuales, música y texto con la fluidez con la que antes sólo abríamos Safari o Libros. Y todo, en apenas 5 milímetros de grosor. 5 asombrosos milímetros, para ser exactos.
Ficha técnica del iPad Pro M5
| iPad Pro M5 11" | IPAD PRO m5 13" |
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Dimensiones y peso | Alto: 24,97 cm Ancho: 17,75 cm Grosor: 0,53 cm Peso: 444 g (Wi-Fi) / 446 g (Cellular) | Alto: 28,16 cm Ancho: 21,55 cm Grosor: 0,51 cm Peso: 579 g (Wi-Fi) / 582 g (Cellular) |
pantalla | OLED de 11 pulgadas Opción de nanotexturizado 120 Hz de refresco Brillo máximo de 1600 nits Opción de cristal nanotexturizado | OLED de 13 pulgadas Opción de nanotexturizado 120 Hz de refresco Brillo máximo de 1600 nits Opción de cristal nanotexturizado |
procesador | Apple M5
| Apple M5
|
memoria RAM | 12 GB (256 GB y 512 GB) 16 GB (1 TB y 2 TB) | 12 GB (256 GB y 512 GB) 16 GB (1 TB y 2 TB) |
Almacenamiento | 256 GB / 512 GB / 1 TB / 2 TB Velocidades hasta 2x más rápidas | 256 GB / 512 GB / 1 TB / 2 TB Velocidades hasta 2x más rápidas |
Autonomía | Hasta 10 horas en reproducción de vídeo | Hasta 10 horas en reproducción de vídeo |
Cámara trasera | Gran angular de 12 MP y apertura de ƒ/1,8 | Gran angular de 12 MP y apertura de ƒ/1,8 |
cámara frontal | En disposición horizontal Ultra gran angular de 12 MP ƒ/2,4 Función de encuadre centrado | En disposición horizontal Ultra gran angular de 12 MP ƒ/2,4 Función de encuadre centrado |
Sistema operativo | iPadOS 26 | iPadOS 26 |
sonido | Cuatro altavoces Cuatro micrófonos | Cuatro altavoces Cuatro micrófonos |
conectividad | Wi-Fi 7 (chip N1) Bluetooth 6 Thread 5G en modelos Cellular (módem C1X) | Wi-Fi 7 (chip N1) Bluetooth 6 Thread 5G en modelos Cellular (módem C1X) |
Accesorios | Apple Pencil Pro y Magic Keyboard | Apple Pencil Pro y Magic Keyboard |
Precio | Desde 1.099 euros | Desde 1.449 euros |
Diseño imposible y una pantalla que roza la perfección

Apple conserva el diseño ultrafino que debutó con el modelo anterior: 5,1 mm para la versión de 13 pulgadas y 5,3 mm para la de 11. Al sostenerlo, sigue siendo desconcertante que algo tan delgado pueda contener semejante potencia. Es más fino que un AirTag o incluso que el iPod nano de 2012, aquella joya que ya nos hacía dudar de los límites del hardware.
Apple mantiene el diseño profesional con chasis de aluminio reciclado y bordes planos, pero se echa en falta una apuesta más arriesgada en colores (como los de la serie iPhone 17 Pro de este año, por ejemplo)
El chasis de aluminio reciclado mantiene el mismo acabado de bordes planos, con colores plata y negro espacial que acentúan su carácter profesional, pero personalmente me hubiera gustado una nueva gama de colores. Apple, tendrías que haber sido valiente y haberlo sacado en naranja o azul oscuro - en los mismos colores que los iPhone 17 Pro. Eso sí, la sensación al sostenerlo es de rigidez absoluta, fruto de un proceso de fabricación donde cada micra cuenta. Es casi un símbolo: la expresión física de cómo Apple entiende la ingeniería de precisión. Desde el año pasado siento como si la firma de Ternus esté cada vez más presente en cada generación.

La pantalla Ultra Retina XDR con tecnología tándem OLED continúa siendo la joya del dispositivo. Si el panel del M4 ya nos pareció espectacular, en este modelo se confirma aún más la experiencia: negros perfectos, contraste de percepción marcada y un brillo que alcanza los 1600 nits en HDR. En edición de vídeo o fotografía, la fidelidad cromática es apabullante, con cobertura P3 y calibración de fábrica que roza la de un monitor de referencia. La respuesta táctil, instantánea; el refresco de 120 Hz bajo ProMotion, se percibe como una extensión natural de los dedos. Y ojo: porque por primera vez en un iPad Pro, si conectáis un monitor externo compatible por USB-C, también lo veréis a esa velocidad de refresco en la segunda pantalla.

Como detalle casi de coleccionista, se mantienen las opciones de vidrio nanotexturizado, que reduce reflejos sin sacrificar nitidez (el modelo de este análisis lo incluía). Después de probarlo me sorprendo de por qué no se hable más de este acabado: trabajar frente a una ventana deja de ser un problema, algo que ningún otro tablet del mercado ofrece con esta calidad. En los dos tamaños, la sensación de estar ante una pantalla que flota sobre el aire se mantiene intacta, sobre todo con la calidad de pantalla de este dispositivo (incluso, al aire libre).
El corazón del salto generacional, el chip M5

El protagonista indiscutible es el Apple M5, fabricado en proceso de 3 nanómetros de tercera generación por TSMC. Diez núcleos de CPU (seis de alta eficiencia y cuatro de alto rendimiento), otros diez de GPU y un Neural Accelerator en cada núcleo gráfico. Sobre el papel suena impresionante - en la práctica, lo es aún más.
En las pruebas realizadas con Logic Pro, Final Cut Pro y aplicaciones de modelado 3D como Shapr3D, los tiempos de renderizado son muy rápidos y el sistema mantiene la misma temperatura superficial. La eficiencia térmica del chip permite sostener cargas pesadas sin estrangulamiento, algo que se nota especialmente al exportar vídeos 4K con efectos multicapa. Esto es esencial en un dispositivo que sostienes con tus manos o sobre tus rodillas.

La GPU de nueva generación añade soporte de ray tracing por hardware de tercera generación, lo que multiplica por 6,7 la velocidad de renderizado respecto al M1 y un 50 % sobre el M4. En edición 3D o juegos con motores compatibles, la diferencia se percibe en sombras más precisas y reflejos realistas. Es el tipo de avance que acerca el iPad al territorio del Mac... Studio.

El Neural Engine de 16 núcleos también recibe una actualización clave: ahora procesa tareas de IA hasta 3,5 veces más rápido que el M4. En el uso cotidiano, esto permite ejecutar Apple Intelligence sin depender de servidores externos. Desde resumir notas en segundos hasta generar variaciones visuales de una imagen directamente en Pixelmator o Procreate, el salto cualitativo es inmediato.
Conectividad y el estreno (por fin) del chip N1

Junto al M5, Apple introduce un nuevo coprocesador inalámbrico: el N1. Este pequeño módulo se encarga de toda la conectividad y trae por primera vez Wi-Fi 7, Bluetooth 6 y soporte para Thread, una tecnología pensada para comunicación con accesorios del hogar inteligente que utiliza un enrutamiento mucho más sencillo entre ellos.
El nuevo coprocesador N1 mejora radicalmente la conectividad con Wi-Fi 7, Bluetooth 6 y Thread, haciendo que el iPad Pro sea más rápido, eficiente y autónomo, incluso en movilidad
El rendimiento es notable: las transferencias mediante AirDrop o la carga de proyectos pesados en iCloud Drive son prácticamente instantáneas (iPadOS 26 también ha ayudado a mejorar en este aspecto). En entornos con routers Wi-Fi 7, las velocidades de descarga superan fácilmente el gigabit. En las versiones Wi-Fi + Cellular, el nuevo módem C1X - diseñado por Apple - ofrece hasta un 50% más de velocidad en redes móviles y un 30% menos de consumo energético respecto al M4 - algo que ya vimos en el iPhone 16e gracias a su mejora en la gestión de redes celulares. Lo probé en un viaje de tren de Barcelona a Alicante y la diferencia con la generación anterior fue de casi un 10% más en ahorro de batería.
Para quienes trabajan en movilidad, esto se traduce en una experiencia sin interrupciones. Pude editar vídeo en 4K desde ese tren con conexión 5G manteniendo la previsualización en tiempo real. Es la primera vez que el iPad Pro me parece realmente independiente de cualquier red fija o portátil de apoyo (y es algo que, por cierto, deberían incorporar desde ya a todos los MacBook también).
Cámaras, escáner LiDAR y el arte de la precisión

El sistema de cámaras no es lo más publicitado, pero sigue siendo uno de los apartados donde Apple apuesta con buenas características para el tipo de uso de este iPad Pro. La cámara principal de 12 MP con apertura f/1.8 y Smart HDR 4 ofrece buenos resultados tanto en foto como en vídeo, con una nitidez que aprovecha la calibración de color de la pantalla para mostrar lo que realmente estás capturando.
El escáner LiDAR continúa siendo una herramienta fundamental para diseño, arquitectura o realidad aumentada. En Measure Pro o RoomPlan, la precisión milimétrica permite crear planos tridimensionales en segundos. A nivel de postproducción, las apps profesionales como Final Cut Pro for iPad utilizan los datos de profundidad para aislar sujetos o crear fondos virtuales con una facilidad que antes se tenía que hacer con hardware dedicado. Mi consejo, si sois por ejemplo creadores de contenido y no tenéis un iPhone cerca, es que uséis este iPad Pro para algunas tomas y luego jugar con los planos de profundidad. Os sorprenderéis de lo que podéis llegar a conseguir.

La cámara frontal, ahora ubicada en el lateral largo, ratifica que Apple acertó cambiándola desde su ubicación anterior. En videollamadas con el Magic Keyboard, la posición es natural; la mirada al interlocutor ya no parece desviada. La resolución de 12 MP ultra gran angular con Center Stage mantiene al usuario siempre en el centro del encuadre mediante aprendizaje automático, una de esas funciones que parecen simples hasta que te acostumbras y no puedes vivir sin ellas (sobre todo para quienes estamos todo el dia colgados de videollamas o reuniones).
Accesorios que amplían la experiencia

El ecosistema de accesorios del iPad Pro M5 consolida el rumbo iniciado con el modelo anterior. El Magic Keyboard refina el diseño con un reposamanos de aluminio, un gran trackpad de vidrio con respuesta háptica y una fila de teclas de función. La sensación al teclear recuerda a la de los MacBook modernos, con un recorrido más firme y una estabilidad impecable. Como de este dispositivo ya hablamos en el análisis del iPad Pro M4, en esta ocasión he probado el nuevo iPad Pro M5 con uno de los últimos lanzamientos de Logitech: el nuevo Logitech Flip Folio.

La Logitech Flip Folio es un accesorio algo diferente a la propuesta de Apple. Frente al enfoque monolítico del Magic Keyboard, Logitech propone algo distinto: una funda modular con teclado Bluetooth extraíble que se acopla magnéticamente. Es una idea cómoda que nos permite trabajar con varios dispositivos y la separación con la pantalla nos aporta algo más de libertad al trabajar... y al dibujar con el Apple Pencil.
La Flip Folio está compuesta por dos piezas: una carcasa rígida con soporte trasero y un teclado Bluetooth que se fija mediante imanes. No utiliza el conector Smart Connector. El teclado funciona con dos pilas tipo botón CR2016 que prometen hasta dos años de autonomía, evitando recargas y cables. Además, puede emparejarse con hasta tres dispositivos diferentes - sí, incluso tu iPhone o Mac - , lo que le da una versatilidad poco habitual en este tipo de fundas.

El diseño transmite solidez. El acabado exterior recuerda al tacto suave de las fundas oficiales de Apple, con materiales reciclados y una bisagra robusta (aunque con una doblez algo rígida y tosca al moverla por primera vez) capaz de mantener la pantalla estable incluso en ángulos amplios. Es algo más gruesa y pesada que la Magic Keyboard - unos 80 gramos más en el modelo de 11 pulgadas -, pero a cambio ofrece una estabilidad superior y la posibilidad de utilizar el iPad en modo retrato, algo imposible con el diseño en voladizo de Apple. Esa libertad mecánica, unida a su precio más contenido (a partir de 148€ según tamaño), la convierte en una alternativa muy sensata.
El teclado, aunque compacto, ofrece una experiencia de escritura muy convincente. El recorrido de las teclas es más profundo que en el Magic Keyboard, con una ligera textura que mejora la precisión, aunque algunos caracteres son más pequeños en el modelo de 11 pulgadas. A cambio, incorpora accesos directos específicos de iPadOS - búsqueda Spotlight, cambio de apps, selector de emojis y captura de pantalla -, una decisión que acaba siendo bastante práctica en el día a día una vez que te acostumbras.

Su mayor ventaja, sin embargo, está en la flexibilidad. Puedes dejar el teclado en casa y mantener la funda como soporte o protección ligera, o volver a acoplarlo cuando necesites escribir. Para quienes usan el iPad principalmente como bloc de notas o herramienta creativa con el Apple Pencil, el Flip Folio elimina el obstáculo del teclado fijo. Es una de esas fundas que hace que el iPad vuelva a sentirse como un iPad.
No es el accesorio perfecto - la ausencia de trackpad limita parte de la experiencia de “portátil” - pero ese es precisamente su punto. La Flip Folio no intenta sustituir al Magic Keyboard, sino liberarte de él. En un mercado donde los accesorios suelen dictar cómo debes usar tu dispositivo, Logitech propone lo contrario: una funda que se adapta a ti. En cierto modo, es un buen compañero para el nuevo iPad Pro M5, un dispositivo pensado para el trabajo y la creatividad en casi cualquier contexto.

El Apple Pencil Pro, presentado junto al iPad Air M3 sigue siendo plenamente compatible con este modelo. El sensor de presión mejorado y la función de barrel roll (rotación del lápiz) ofrecen un control mucho más preciso si buscas una sensación de lápiz real en apps como Procreate Dreams o Freeform. Además, el soporte para Find My añade esa tranquilidad de poder localizarlo en segundos si desaparece entre papeles o mochilas. O el sofá.
Con estos accesorios conectados, el iPad Pro M5 se transforma literalmente en un estudio portátil. Y cada día se acerca peligrosamente a esa línea que lo separa del Mac. Y aquí entra el iPad Air M3 como contraste natural: con el mismo Apple Pencil Pro y el nuevo Magic Keyboard o la Flip Folio, ofrece buena parte de esta experiencia por un precio sensiblemente inferior, sacrificando solo la pantalla OLED y el chip M5 (que es básicamente lo que definen este modelo).
iPad Air M3 y iPad Pro M5, dos caminos hacia la misma meta

Comparar ambos modelos es hablar mucho de las intenciones de la marca. El iPad Air M3, con su chip M3 y pantalla Liquid Retina IPS, representa la puerta de entrada al rendimiento profesional dentro de la gama. Su rendimiento es excelente para la mayoría de usuarios: la CPU es un 35% más rápida y la GPU un 40% más potente que la del M1.
Sin embargo, al pasar al iPad Pro M5 se percibe la diferencia entre rapidez y inmediatez. No se trata solo de potencia bruta: el M5 responde con una fluidez que hace desaparecer los tiempos de espera. Renderizar, editar o generar modelos de IA ocurre prácticamente en tiempo real.
El Air sigue siendo el equilibrio perfecto entre portabilidad y precio, ideal para estudiantes o creadores en movilidad. El Pro, en cambio, es el lienzo sin límites: la herramienta que redefine el concepto de ordenador táctil con una potencia de ordenador profesional. Ambos conviven de forma más clara que nunca, y cada domina claramente su territorio.
Rendimiento real y autonomía

Apple promete la misma autonomía de hasta 10 horas de uso continuo, y en mis pruebas se cumple con precisión. Lo sorprendente es cómo mantiene esa cifra incluso con cargas de IA o edición de vídeo intensiva, algo impensable en generaciones anteriores. El M5 logra un equilibrio admirable entre potencia y eficiencia, poniendo de valor el trabajo de ingeniería y especialización que se está logrando con Apple Silicon.
En uso diario, el iPad Pro M5 apenas se calienta. Incluso al exportar un vídeo 4K de 20 minutos en Final Cut Pro, la parte trasera no supera los 38 °C. El rendimiento sostenido es tan estable que podría sustituir sin problemas a un MacBook Air M3 para trabajos creativos avanzados mejorando radicalmente la portabilidad del dispositivo.
Y lo más importante: la experiencia es silenciosa. Sin ventiladores, sin vibraciones, solo la concentración absoluta en lo que estás creando. Es un recordatorio de que el diseño fanless de Apple no es una limitación sino parte del proceso de construcción de Apple Silicon y una de las características que pretenden definirlo.
Pruebas sintéticas

Los resultados de los benchmarks del iPad Pro M5 confirman que Apple no ha exagerado ni una coma al presentar su nuevo chip. En Geekbench 6, el dispositivo alcanza 4.062 puntos en single-core y 16.180 en multi-core, una mejora tangible frente al M4 que lo acerca a las cifras de rendimiento de los MacBook Pro. La nueva arquitectura de 10 núcleos - seis de alto rendimiento y cuatro de eficiencia - logra mantener velocidades sostenidas sin apenas calentarse, algo inaudito en un dispositivo de 5 mm de grosor y sin ventiladores. En el uso real, esa estabilidad se traduce en tiempos de render o exportación 4K notablemente más cortos y una reactividad instantánea incluso al ejecutar modelos de IA locales.

El apartado gráfico vuelve a ser el territorio donde Apple marca el ritmo. En el test Geekbench 6 Metal, la Apple M5 GPU obtiene 74.198 puntos, una cifra que duplica prácticamente los resultados del M2 y deja atrás a los chips integrados de la competencia. En GravityMark, bajo resolución 4K con antialiasing temporal y 100.000 asteroides, el M5 logra 8.627 puntos a 51,6 FPS, cifras que antes solo veíamos en equipos con GPU dedicadas. Lo sorprendente no es solo la potencia bruta, sino la consistencia: el chip mantiene el rendimiento sin caída térmica, lo que demuestra un salto de eficiencia enorme en el proceso de 3 nanómetros de tercera generación.

Si trasladamos estos números a la experiencia real, el resultado es contundente. En Final Cut Pro, las previsualizaciones 4K en tiempo real son completamente fluidas incluso con varias capas de corrección de color y efectos de luminancia. En Shapr3D o Nomad Sculpt, la manipulación de modelos complejos es tan inmediata como en un Mac Studio con M2 Ultra, pero con la ventaja de poder hacerlo desde cualquier lugar. Es una sensación que no se puede medir con benchmarks, pero que define claramente el propósito del M5: llevar la potencia de un equipo de sobremesa al formato más ligero y silencioso posible.

En conjunto, las pruebas sitúan al iPad Pro M5 en una liga propia dentro de los dispositivos móviles. El salto respecto al M4 se traduce en rapidez: no hay latencia, no hay espera, no hay ruido. Todo ocurre al instante, con la suavidad de una herramienta que ya no lucha contra los límites del hardware. Apple ha conseguido que la palabra “Pro” vuelva a significar exactamente eso: rendimiento profesional, sostenido y sin concesiones, en un dispositivo que cabe en la mochila y que nos hace preguntarnos - una vez más - lo que entendemos por ordenador.
La era de la especialización

Cuando uno sostiene el iPad Pro M5, entiende de inmediato que está ante la culminación de un largo camino. Lo que comenzó como una pantalla táctil para consumir contenido se ha convertido en un ordenador completo, delgado como una hoja de metal y tan potente como un equipo de escritorio.
La unión de potencia, eficiencia, conectividad y la nueva capa de inteligencia local (bajo la promesa de un Apple Intelligence y Siri que aún tienen que llegar) lo posicionan como un dispositivo realmente perfeccionado en cada uno de sus pilares principales. Frente al iPad Air M3, su precio es más alto, sí, pero su propuesta también: una herramienta para quienes buscan ir más allá de los límites del portátil y del tablet tradicional.
Podríamos decir que El iPad Pro M5 es la culminación de una década y media de evolución. Ya no necesita demostrarse a sí mismo: es, simplemente, la herramienta más avanzada que ha construido Apple para quienes crean, diseñan o piensan en movimiento. Cada nueva generación reduce un poco más la distancia entre el portátil y la tableta, pero esta vez la frontera se acelera hasta casi ser invisible. Me hace pensar que quizás el futuro no tiene por qué llegar de golpe, sino en evoluciones así: en el momento exacto en al que tocas la pantalla y la forma más natural de hacer lo que quieres, es precisamente ésta.
En Applesfera | Chip M5: toda la información sobre la nueva generación de procesadores de Apple
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La noticia iPad Pro M5, análisis: el ordenador del futuro lleva años disfrazado de tableta. Y está acelerando para ser diferente fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
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