
No es difícil saber cuando Apple recupera esa chispa que te hace dudar de lo que tocas. Hace poco fueron las Apple Vision Pro. Sacar el iPhone Air de la caja es también uno de ellos. No es solo que sea fino, es que parece desafiar al sentido común: cuando lo coges por primera vez te viene a la cabeza aquella imagen del MacBook Air saliendo de un sobre, pero en versión bolsillo, con un grosor de 5,6 mm que no se entiende del todo hasta que lo sostienes y sientes cómo desaparece entre los dedos.
Apple puede escribir la cifra, pero lo verdaderamente llamativo es la sensación: casi etérea, sin renunciar a ese tacto frío y preciso que siempre ha tenido un iPhone bien hecho. Pasé varios minutos con el WOW en los labios cuando lo vi por primera vez nada mas salir del Apple Event, en el corazón de Cupertino. Miraba alrededor mio, al resto de periodistas y comunicadores invitados a la keynote, que tenían la misma cara de asombro. Quizás las mismas caras que se veían detrás de aquella vitrina donde conocimos el iPhone original en 2007. ¿Demasiado atrevido? Desde luego este dispositivo lo es.
Ficha técnica del iPhone Air
iPhone Air | |
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DIMENSIONES Y PESO | Alto: 7,47 cm Ancho: 7,47 cm Grosor: 0,56 cm Peso: 165 gramos |
PANTALLA | OLED de 6,5 pulgadas Resolución de 2.736 x 1.260p 460 píxeles por pulgada 120 Hz de tasa de refresco Brillo de hasta 3.000 nits |
PROCESADOR | Apple A19 Pro |
MEMORIA | 12 GB |
ALMACENAMIENTO | 256 GB / 512 GB / 1 TB |
AUTONOMÍA | Hasta 27 horas (reproduciendo vídeo) Hasta 40 horas (reproduciendo vídeo con batería MagSafe) |
CÁMARA FRONTAL | 18 MP |
CÁMARA TRASERA | 48 MP |
SISTEMA OPERATIVO | iOS 26 |
SONIDO | Doble altavoz estéreo con Dolby Atmos |
CONECTIVIDAD | Wi-Fi 7 5G Bluetooth 6.0 NFC |
OTROS | Reconocimiento facial con Face ID |
PRECIO | Desde 1.219 euros |
El iPhone más resistente jamás fabricado. Probablemente el más bonito también

La construcción es parte de la magia. El marco usa titanio de grado 5, el mismo que asociamos a aplicaciones aeroespaciales por su relación resistencia-peso, y delante estrena Ceramic Shield 2, que es tres veces más resistente a los arañazos. Detrás, por primera vez, también hay Ceramic Shield, cuatro veces más resistente a las grietas que los cristales traseros anteriores.
Es una especie de contradicción feliz: el iPhone más fino termina siendo a la vez el más duradero de la gama (lo que lees), y eso se traduce en paz mental cuando lo llevas sin funda o lo apoyas en cualquier mesa del café de la esquina. Os confieso algo: es el primer iPhone que se me cae al suelo en pleno análisis en 20 años cubriendo al mundo Apple. Lo puse en un cargador MagSafe y le di con el codo. Al suelo directo. Ni un arañazo, rasguño ni absolutamente nada.
Después del Apple Event, tuve oportunidad de realizar una curiosa prueba de durabilidad en el mismísimo Apple Park. Nos pidieron que intentáramos doblarlo, y a pesar de intentarlo con todas mis fuerzas (unos 20Kg de presión, según marcaban los sensores), no conseguí nada. Otros compañeros llegaron hasta 30Kg y ni se inmutó. Incluso tenían una máquina que llegaba hasta los 60Kg de presión, sin deformar ni romper el iPhone Air. Apple se ha asegurado de que este dispositivo no vuelva a tener los problemas del iPhone 6, desde luego.

El peso es otro detalle que cambia la relación con el dispositivo. Con 165 g, más de una vez lo “perdí” dentro del bolsillo de mi maletín o mochila y me sorprendí buscándolo por casa hasta recordar que seguía conmigo en el bolsillo. Y aun así, en mano no se siente hueco ni frágil. Ayuda una arquitectura interna nueva con un “plateau” fresado a dos caras donde se alojan chip y componentes en la parte superior, que mejora el rendimiento sostenido y libera espacio para batería en un cuerpo que empuja los límites de lo que creíamos posible en un iPhone. Es ingeniería con propósito, no un truco visual para la pasarela.
Una pantalla preparada para exhibirse

La primera mañana que salí con él me fui directo a una terraza con sol de justicia, el enemigo natural de cualquier pantalla. El iPhone Air aguanta el pulso con un pico de 3000 nits y un nuevo tratamiento antirreflejos que reduce brillos un 33%, además de duplicar el contraste percibido en exteriores. Es una de esas mejoras que no se aprecian en una demo a oscuras, pero que cambian la vida real: lees mensajes o revisas fotos sin girar el teléfono en busca del ángulo imposible o la sombra del toldo. Todo esto en un panel Super Retina XDR de 6,5″ con ProMotion a 120 Hz y el modo “Siempre Activa” que aquí se siente especialmente natural. A menudo da la sensación de tener en la mano una maqueta más que un dispositivo real.
Ver cine en Dolby Vision en un móvil mientrás estás en el metro o un avión sigue siendo un pequeño milagro cotidiano. La combinación de brillo máximo, gestión del color P3 y la actualización adaptativa hacen que los planos cobren profundidad sin saturaciones extrañas. Hay un efecto curioso por la delgadez del cuerpo: la pantalla domina tanto que parece que sostengas solo imagen y luz. Cuando bajas el brillo por la noche, esa transición a un nit mínimo y una interfaz más “líquida” - la magia de Liquid Glass en iOS 26 - ayuda a que todo fluya sin saltos ni esfuerzo, con transiciones que parecen diseñadas para este dispositivo tan etéreo.
También se agradece que la pantalla no se haga grande en la mano. Es decir, tienes más superficie útil sin perder la comodidad de usarlo con el pulgar. Parte de la culpa la tiene el peso contenidísimo y esa sensación de borde bien resuelto, parte la respuesta táctil inmediata a 120Hz. Al final, lo importante no es la especificación, sino que pasas más tiempo disfrutando de lo que ves y menos peleándote con reflejos o con una interfaz complicada.
Una cámara principal que vale por cuatro o la vuelta a la fotografía con intención

El sistema Fusion de 48 Mpx es la jugada más inteligente que ha hecho Apple en fotografía móvil en mucho tiempo. No es una lista de lentes por rellenar, es un sensor que resuelve cuatro encuadres con muy buena calidad: 1x como angular principal, 2x con zoom de calidad óptica sobre los 12 Mpx centrales del sensor, y dos focales “clásicas” - 28 mm y 35 mm - que puedes elegir como principal para disparar con intención, como si fueran tus objetivos de cabecera.

La cámara entrega 24 Mpx por defecto gracias a un procesado que fusiona un marco de 48 Mpx con otro optimizado para capturar luz, y el resultado son archivos con detalle real y tamaño manejable.
En el día a día, esa versatilidad se agradece en un dispositivo como éste que busca la minimización y no puede tener tres lentes físicas detrás. El 2x integrado me dio retratos con separación de planos muy natural, y lo mejor es que ahora Photonic Engine utiliza más aprendizaje automático específicamente para ese 2x, con color y texturas más fieles.

Si quieres máxima resolución para paisaje o arquitectura, activas el control de resolución y disparas a 48 Mpx. Si prefieres la narrativa de calle, dejas por defecto 28 mm o 35 mm y te olvidas. Es un guiño a la historia de la fotografía en un iPhone que, además, graba en Dolby Vision 4K60 incluso con el 2x y es capaz de activar el modo de acción también a esa focal.
El nuevo modo Retrato va más allá de lo estético. El pipeline específico captura información de profundidad automáticamente cuando detecta personas, perros o gatos, incluso si no activaste el modo durante la toma. Luego, en edición, eliges foco y ajustas la profundidad: puedes tocar otro sujeto y “trasladar” el punto de atención en un segundo.

Es la clase de inteligencia que no se interpone, que te deja fotografiar sin pensar en modos, y si hay que convertir una instantánea en retrato con bokeh creíble lo haces después sin trucos forzados. También llegan Photographic Styles de última generación con más control y un nuevo estilo Bright que levanta pieles con un pop de color contenido.
Muchos temían que el Air tuviera una cámara méramente testimonial y no es así: Apple lo ha dotado de capacidades potentes en base a su experiencia en miniaturización y todo lo que ha aprendido en fotografía computacional. Sólo si necesitas zoom ópticos más potentes es cuando echarás de menos más opciones en este sentido, pero el iPhone Air es capaz de unas capturas fantásticas aún con este diseño de óptica única.
Vídeo con oficio de cine y sonido que por fin importa de verdad

En vídeo el iPhone Air no da un paso, da varios. Graba hasta 4K60 en Dolby Vision con ese look que asociamos a gradaciones de cine, pero la diferencia esta vez no es solo la imagen sino el audio. Apple añade captura de Audio Espacial y es compatible con Audio Mix, que te deja “posproducir” el sonido de tu clip como si estuvieras en una sala, separando voz y ambiente con modelos de inteligencia para elegir entre perfiles Standard, In-Frame, Studio o Cinematic directamente en la app Fotos.
A eso súmale reducción de viento basada en aprendizaje automático y por fin puedes usar los clips del parque o la playa sin pelearte con ruidos feos y con un iPhone de tamaño imposible. El modo acción sigue siendo ese “estabilizador” mágico para cuando corres detrás de los peques o grabas desde una bici, y aquí es más flexible porque también funciona en 2x - como si llevaras un el iPhone en un timbal.

Y si quieres contar historias a dos caras, el Dual Capture permite grabar a la vez con la cámara frontal y la trasera, colocar el picture-in-picture donde quieras y que esos movimientos queden embebidos en el resultado final para editar menos después (en un solo archivo, eso si: no se puede “postproducir”). Es una función de creador de contenido, sí, pero también una herramienta genial para viajes y primeras veces.
La gracia de todo esto es que no requiere accesorios ni apps raras. Coges el teléfono, eliges la opción y lo demás es estabilización, color y sonido hecho “a la Apple”, con menos ruido de fondo, una voz más presente cuando tiene que estarlo y esa pegada de 4K60 que hace que incluso los vídeos del cumpleaños parezcan rodados con un presupuesto que no existe. Hay mucho de oficio detrás de esta cámara en vídeo, y se nota. Aunque parezca imposible.

Si quieres escuchar directamente el sonido en el iPhone Air, hay que tener en cuenta que sólo tiene altavoz en la parte superior del dispositivo, no en la inferior también (presumiblemente para ahorrar espacio). En la práctica el sonido es bueno, con graves marcados y matices detallados, aunque no con tanto cuerpo o profundidad (y obviamente no en estereo) como la que dan los dos altavoces en el resto del iPhone. Para llamadas, al usar el altavoz superior, no hay diferencia, eso sí.
Selfies con Center Stage y un sensor frontal radicalmente nuevo

La frontal no es una cámara “de relleno” aquí, es un protagonista con nombre. Center Stage llega al iPhone como concepto “total”: más megapíxeles hasta 18 Mpx, un sensor cuadrado casi el doble de grande que el anterior y un comportamiento nuevo que multiplica el campo de visión, estabiliza y te deja jugar con el encuadre sin girar el teléfono.
Abres la app, tienes un botón de zoom y otro de rotación, y puedes pasar de vertical a horizontal con un toque para conseguir cuatro composiciones distintas sin mover las manos. Esto arrancó muchos aplausos en el Steve Jobs Theater cuando veíamos la keynote. Para selfies de grupo, el modo Center Stage para fotos amplía y rota automáticamente para que quepa todo el mundo, respetando siempre tu intención cuando tú eliges un encuadre fijo, utilizando para ello inteligencia artificial.

En videollamadas, Center Stage funciona como en iPad o Mac, con un seguimiento suave que mantiene tu cara estable y centrada. Lo probé en una reunión caminando por casa y esa corrección de encuadre te deja “estar” más en la conversación y menos en si te sales del plano. Para relatos rápidos, Dual Capture con la frontal y la trasera al mismo tiempo es un hallazgo: enseñas lo que ves y cómo lo vives sin más. Y si grabas vlogs con el brazo extendido, el iPhone Air favorece el ángulo, el agarre y hasta la mirada: como la cámara se alinea mejor con la pantalla, tiendes a mirar más donde toca y la naturalidad en plano mejora.
Lo mejor es que esta frontal toma prestada tecnología de estabilización del modo acción de las traseras para los vídeos a pulso. Esa es una de esas decisiones invisibles que elevan el resultado cuando vas andando y quieres hablar a cámara. Y no, no hace falta pensar en trípodes ni soportes: la gracia del Air es que es tan ligero que te lo crees, que puedes grabarte dos minutos sin que el brazo se queje mientras el sensor hace su parte sin pedir permiso. Absoluta ciencia ficción que en este dispositivo brilla.
A19 Pro y la nueva definición de eficiencia silenciosa

Cada año hay un nuevo chip, pero no todos los años hay un salto de filosofía. A19 Pro trae proeza y cabeza: CPU más rápida y eficiente, una GPU con Neural Accelerators embebidos en cada núcleo y un Neural Engine de 16 núcleos afinado para que Apple Intelligence funcione de verdad en local. Lo notas en lo obvio - apps que abren antes, juegos que van más fluidos - y en lo invisible: en cómo el sistema “respira” sin calentar en tareas largas y cómo la batería aguanta aunque te pases el día entre cámara, redes y mapas.
La GPU nueva empuja fuerte en cargas de IA y mantiene el tipo con títulos AAA del App Store, desde shooters tácticos hasta mundos abiertos con iluminación moderna. No es casualidad que Apple mencione ejemplos concretos: lo pruebes o no, se siente esa reserva de potencia que no se queja cuando la pides. Y el dato que más me sorprendió en la práctica: viniendo de modelos Pro recientes, llegué al final del día (12 horas sin carga) con margen de batería aun usando Always-On, cámara y streaming. No es magia, es una suma de silicio, gestión de energía en iOS 26 y esa arquitectura interna “plateau” que ayuda a sostener rendimiento sin picos indeseados.
También hay un impacto directo en las funciones de Apple Intelligence: resúmenes que llegan al instante, transcripciones rápidas que puedes accionar, reescritura en distintos tonos sin esperas. El ancho de banda de memoria y los aceleradores neuronales en GPU hacen que las tareas generativas y los modelos locales se muevan con soltura, y eso cambia la percepción del teléfono: deja de ser “el sitio donde lo pides todo a la nube” para convertirse en una herramienta que resuelve en local más de lo que imaginas.

Los resultados de Geekbench del iPhone Air confirman lo que ya intuíamos al probarlo en el día a día: la apuesta por el chip A19 Pro no es solo marketing, sino un salto real en potencia y, sobre todo, en eficiencia. La puntuación en single-core muestra que cada núcleo es más rápido que en los modelos anteriores, lo que se traduce en acciones inmediatas como abrir apps al instante o mover la interfaz de iOS 26 con una fluidez impecable. Pero donde más se nota es en el apartado multi-core, que refleja cómo el iPhone Air sostiene cargas de trabajo pesadas - desde edición de vídeo en 4K hasta juegos con trazado de rayos - sin despeinarse y con menos calor que generaciones previas. En conjunto, los números no son fríos: son la constatación de que este teléfono no solo es el más delgado de la historia, sino también uno de los más equilibrados entre rendimiento y consumo.
C1X, N1 y la sensación de que todo está mejor conectado

Hay algo muy “de fondo” en este iPhone que no sale en las fotos pero que se hace evidente con el uso: la conectividad es mucho más sólida. El modem C1X dobla la velocidad del C1 anterior (que ya era fantástico en el iPhone 16e) y, para las mismas tecnologías, supera al modem del iPhone 16 Pro con un 30% menos de consumo (esencial en este dispositivo).
Además, habilita GPS de doble frecuencia con precisión mejorada. ¿Qué significa todo eso? Que el hotspot aguanta con varios clientes sin sufrir, que subes y bajas archivos grandes sin problemas y que los mapas colocan el punto exactamente donde estás incluso entre edificios, de forma mucho más precisa.

El nuevo chip N1 añade Wi-Fi 7, Bluetooth 6 y Thread, y aunque no tengas un router Wi-Fi 7 en casa, se notan otras cosas: AirDrop mientras haces otras tareas pesadas va fino (POR FIN), los accesorios domóticos con Thread responden mejor y el tethering se vuelve menos caprichoso con varios dispositivos enganchados a la vez. Si sumas la segunda generación de Ultra Wideband para localizar AirTag y personas con precisión, tienes un iPhone que hace más fácil lo cotidiano sin restar batería por el camino.
Todo esto sigue estando bajo un conector USB-C que aquí tiene su anécdota geek: para hacerlo tan fino, Apple recurre por primera vez a titanio impreso en 3D en el propio puerto, más delgado y más fuerte, y además con mejor aprovechamiento de material. Detalles pequeños, impacto grande cuando te acostumbras a que el teléfono es delgado, sí, pero el conector no baila y las conexiones no fallan.
Batería de día entero y una estrategia honesta con la energía

La cifra de marketing dice hasta 27 horas de reproducción de vídeo, igual que un iPhone 16 Pro, pero la experiencia del Air debe medirse en un uso combinado para ser realista: llegar al final de la jornada, a pesar de lo que pueda parecer con este modelo, es completamente posible.

Mis días de pruebas han consistido en fotos, videos, mapas, apps como Waze, redes sociales, incluso edición con Lightroom en plena calle. De media, este Air me ha aguantado perfectamente 12 horas sin cargar de uso medio/alto con aplicaciones de alta demanda, y me ha sorprendido lo bien que contiene el consumo en el modo en espera, aunque obviamente no hace milagros con este tamaño. No llegaremos sobrados al final del día (más bien justos): si buscamos un modelo que aguante toda una jornada sin cargar y que aún así nos sobre un 25%, eso no es un iPhone Air (o deberemos llevar una batería extra por si la necesitamos).
No se trata solo de capacidad, sino de orquestar bien CPU, GPU, Neural Engine, modem y pantalla en iOS 26 para no malgastar energía cada vez que abres algo - que como ya he comentado, son precisamente todos los puntos que Apple ha mejorado en este prodigio de la ingeniería.

Si quieres ir más allá de estas 12 horas intensivas, Apple ofrece la nueva MagSafe Battery para iPhone Air que es la pareja que alarga el día y añade hasta un 65% extra de carga. El diseño es perfecto para este dispositivo. La probé este fin de semana, y lo mejor es que no “desnaturaliza” el teléfono: lo hace algo más grueso, claro, pero sigue entrando en el bolsillo y no sientes que llevas un ladrillo pegado - siendo además un uso puntual - un extra de energía si la necesitas. Además, la carga inalámbrica rápida llega a 12W, y con un adaptador de 20W o más apuras todavía más para emergencias. Es decir, no es el teléfono con mejor batería pero si tiene buenas soluciones para que no sea un problema. En mis pruebas, no lo ha sido, de hecho.

En casa, MagSafe a 20W vuelve a ser el comodín: los imanes se alinean, conectas a un adaptador de 30W y tienes hasta un 50% en 30 minutos. Nada nuevo para veteranos de MagSafe, pero en un Air de 5.6 mm cobra relevancia extra porque la rutina de “café y media hora” te cubre el día sin necesidad de enchufarlo por la noche, y porque el teléfono no rendimiento cuando reaparece de la carga rápida y te pones a grabar a 4K.
Accesorios que respetan la delgadez y suman utilidad

Con el iPhone Air llegan accesorios diseñados con cariño por el propio factor de forma. La funda translúcida (no transparente) ultrafina (con un diseño que parece basado en el propio Liquid Glass) celebra el diseño en lugar de ocultarlo, el Bumper añade protección de cantos sin engordar la silueta y la Correa tipo bandolera convierte el móvil en un “mini-bolso” discreto para conciertos, viajes o días en los que necesitas manos libres y cámara lista al instante. Es un ecosistema pensado para sumar sin traicionar la idea original del producto y que aporta algo de aire nuevo (nunca mejor dicho) al propio dispositivo.

La mencionada MagSafe Battery merece un segundo aplauso por lo natural del conjunto. No hay aristas raras ni bordes que molesten, y la suma iPhone + batería sigue cabiendo en el bolsillo de una chaqueta ligera. En días de viaje o excursiones largas, esa combinación “extiende” el Air a números más agresivos, y lo hace sin convertirlo en otra cosa.

Y si te gusta jugar con colores, Apple ha ampliado la paleta de correas y acabados del propio Bumper y la bandolera, con ajustes magnéticos (esto es muy Apple, los laterales de la cinta se adhieren magnéticamente entre si) y deslizantes en acero que no se sueltan y que te permiten encontrar el largo exacto en segundos. Son detalles, sí, pero ya sabemos que Apple brilla cuando resuelve los bordes de la experiencia y no solo el centro.
Lo que cambia, lo que no y lo que quizá esperábamos ver ya

Hay que decirlo claro: el iPhone Air apuesta por una sola cámara trasera muy capaz en lugar de dar el salto a un módulo múltiple como en los Pro. Si vienes de un x3 o un x5 óptico, echarás de menos esos encuadres largos: si vienes de un iPhone estándar, agradecerás más la calidad del x2 integrado y la posibilidad de trabajar con 28mm y 35mm “de verdad” sin zoom digital. En mis días con él, preferí tener una cámara que me invitara a pensar el encuadre a añadir lentes que no iba a usar todos los días, priorizando la comodidad y este diseño que parece venido del futuro. Obviamente, ojalá llegue algún dia un x3 dedicado en un futuro Air, pero que lo haga sin sacrificar este aspecto.
También es justo reconocer que no todo el mundo necesita o aprecia una delgadez tan extrema. Hay quien prefiere un teléfono más “lleno” en mano, con bordes más contundentes. Aquí el titanio pulido y el reparto de peso hacen que el agarre sea seguro, pero si vienes de años con fundas gruesas y cuerpos más voluminosos, al principio te sentirás “demasiado ligero”. Es costumbre, y el Bumper soluciona buena parte de esa sensación sin cargarse el concepto.

Por último, aunque la conectividad es excelente, la adopción plena de Wi-Fi 7 depende del ecosistema doméstico. Si tu router sigue en Wi-Fi 5 o 6, notarás mejoras de estabilidad y latencia, pero no podrás exprimir los anchos de banda máximos. El lado bueno es que el N1 no viene “solo para el futuro”: mejora AirDrop en multitarea y el hotspot hoy, y Thread abre la puerta a una casa conectada más sensible aunque aún no tengas un router nuevo.
Dónde encaja en la familia iPhone y a quién le sienta mejor el cambio

Apple presenta el Air como un nuevo miembro de la familia, no como un reemplazo de los modelos estándar ni de los Pro. No es un iPhone 17 Air, es un iPhone Air. En la práctica, se coloca como el iPhone que prioriza diseño, ligereza y autonomía sin renunciar a rendimiento profesional. Si vienes de un iPhone 13 o 14, el salto es abrumador en pantalla, cámara, batería y en cómo Apple Intelligence se siente “nativa” aquí. Es uno de esos años en que actualizar no es una excusa, es una oportunidad de verdad.
Si vienes de un iPhone 15 Pro o 16 Pro, la respuesta es más matizada. Ganas en delgadez, mano y batería, y no pierdes potencia - A19 Pro no es un paso atrás -, pero renuncias a teleobjetivos largos o a ese catálogo “Pro” de lentes. En mi experiencia, si tu fotografía se basa en 1x y 2x, el Air no solo te basta, sino que te anima a fotografiar mejor. Si usas mucho 3x o 5x, quizá sigas estando más cómodo en Pro. La clave es ser honesto con tu uso real.

Y si lo que buscas es un iPhone que “vuelva a ilusionar”, este es el más sorprendente en años. Personalmente, es mi iPhone favorito de esta generación. Hay algo del espíritu MacBook Air 2008 en este teléfono: una demostración pública de que se puede hacer más fino y más ligero sin cargar la experiencia. De que algún día todos los iPhone serán así, como hoy lo son todos los MacBook. Cuando un producto te obliga a replantearte lo que esperas de su categoría, sabes que no es un “refresco”, es una nueva rama.
La liturgia del estreno y el eco de otras épocas de Apple

No puedo evitar las conexiones personales. Aquella tarde en la que estrené mi primer iPod, el vendedor insistía en que “nadie va a llevar música por la calle”. Años después, el iPhone Air me recuerda que la innovación que merece la pena no siempre tiene que ser escandalosa. ¿Para qué sirve un teléfono tan fino si ya teníamos buenos teléfonos? Sirve para recordarnos que el diseño no es un capricho, es una forma de moldear la experiencia hasta que se hace invisible, como escuchar un disco bien masterizado y olvidarte del equipo. Y también nos prepara para el futuro como un anticipo de todo lo que podría llegar.

También tiene ese toque de “futuro cotidiano” que Apple borda cuando lo enfoca bien. Me recuerda mucho a las sensaciones del iPhone X en 2017. No son los videos grandilocuentes de marketing, es el día a día con una pantalla que no te deslumbra al sol, una cámara frontal que coloca a todo el mundo sin brazos cortados, un 2x que parece óptico porque en realidad lo es, un hotspot que no cae cuando conectas el portátil y la consola para matar el rato a la vez. Y una batería apropiada para todo lo que te da a cambio.
Pienso en el Air como en un capítulo nuevo. No rompe con nada, pero sí recoloca las piezas. Lo hace con un equilibrio que huele a Apple en su mejor versión: ingeniería que no presume, diseño que no se disculpa y pequeñas genialidades en los trazos que se notan más que las cifras grandes.
iPhone Air, ¿merece la pena?

Apple coloca el iPhone Air como un miembro nuevo de la familia que apunta a quienes valoran diseño y ligereza sin renunciar a prestaciones de alto nivel. No voy a entrar en cifras porque variarán por mercado y promociones, pero sí en valor: lo que pagas aquí no es solo por un “iPhone más fino”, sino por un conjunto que se siente coherente desde el material hasta la autonomía pasando por cámara, pantalla y conectividad. Si priorizas ese conjunto - y no necesitas un tele largo -, el Air tiene sentido por encima de otras opciones.
Para quien venga de un iPhone 13/14, el coste se amortiza en experiencia desde el primer día. Para quien ya tenga un Pro reciente, la decisión pasa por cuánto usas de verdad ese x3/x5 y cuánto valoras cambiar a un teléfono que casi desaparece en el bolsillo y llega siempre tranquilo al final del día. En ambos escenarios, el Air no es una compra de “capricho”, es una elección con argumentos.
¿Merece la pena? Sí, si buscas volver a sentir algo al estrenar iPhone. El Air consigue ese efecto difícil de explicar que te devuelve a por qué te gusta la tecnología en primer lugar. A por qué nos gusta Apple, por qué nos encanta que arriesgue, a la valentía de los de Cupertino cuando llega el momento. No es el iPhone para todos, pero es el iPhone que muchos no sabían que estaban esperando. Pero es real, está aquí. Y ese es, quizá, su mayor mérito.
En Applesfera | El secreto del iPhone Air está en su nombre. O mejor dicho, en el número que le falta y que nos hace soñar sobre el futuro del iPhone
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La noticia iPhone Air, análisis: el iPhone que llega del futuro fue publicada originalmente en Applesfera por Pedro Aznar .
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