La esperada cuarta temporada de The Witcher ha llegado a Netflix con un más que notable cambio de rostro del personaje titular y eso, como es natural, genera expectativas. Algo que, lo mires como lo mires, favorece la curiosidad y el interés de cara a quienes estaban descontentos con el rumbo del proyecto. ¿Una oportunidad de reconquistar a los fans del Lobo Blanco? La otra realidad es el reverso tenebroso de esta jugada, y los números no mienten: la crítica ha hablado, y el veredicto no es nada bueno.
Esta nueva etapa sin Henry Cavill de la serie de Netflix se ha llevado dos sonados mazazos. El primero viene por parte de la crítica en Rotten Tomatoes, con apenas un 61 % de aprobación, lo cual tiene cierto margen, pero el más demoledor es el 20 % por parte del público. Y ojo, que en IMDB la nota más alta que ha recibido un episodio de esta temporada es de apenas 4,5 sobre diez. Un desastre. El resultado: estamos ante la tanda de episodios peor valorada de toda la saga hasta la fecha. ¿Qué es lo que ha pasado?
Partamos desde lo evidente: el relevo del actor Henry Cavill por Liam Hemsworth como Geralt de Rivia es el cambio más sonado de esta temporada. ¿Una camisa que le quedó muy grande? A juzgar por las críticas, al menos se reconoce el esfuerzo del nuevo protagonista por llenar las botas del brujo. La otra realidad es que la mayoría también coincide en que la transición no logró convencer... Y es el menor de los problemas.
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La falta de química entre los tres personajes principales (Geralt, Ciri y Yennefer) es uno de los puntos más señalados por parte de espectadores, pero más allá del cambio de actor, la manera de desenvolver la narrativa ha sido la que más críticas ha desertado.
Y aquí es imposible no recordar que el propio Henry Cavill, cuando todavía llevaba la peluca de Geralt, fue el primero en cuestionar cómo se hacían las cosas desde la mesa de guionistas de Netflix... Pero también de rehacer hasta 90 veces una toma para que quedase perfecta.
Un nuevo Geralt, viejas heridas... ¿Reinicio fallido?
Siendo justos, la showrunner de The Witcher, Lauren S. Hissrich, ya se adelantó a lo que finalmente ha pasado. De hecho, planteó esta nueva temporada como un "nuevo comienzo" para la serie. En cualquier caso, la acogida sugiere que este intento de reinvención no ha surtido efecto, independientemente del margen que separa la puntuación entre la crítica y el público.
En lo que sí hay consenso es que muchos episodios fueron descritos como apresurados o sobrecargados, lo que afectó la claridad de la historia. Además, el tono de la serie parece haber perdido su esencia: de la fantasía oscura que enamoró en la primera temporada, se ha pasado a una mezcla inconsistente de estilos que ha dejado a los fans desconcertados.
Y no lo vamos a negar, la producción parece haber perdido el rumbo que la convirtió en una de las joyas de la fantasía televisiva: Netflix apostó muy fuerte por la franquicia de The Witcher y, buscó que fuese su equivalente a Juego de Tronos. La otra realidad es que ahora nos vemos en estas. ¿Y ahora qué? Con una quinta temporada ya confirmada, como la última, The Witcher se enfrenta a un desafío titánico: recuperar la confianza de sus seguidores y cerrar su historia con dignidad.
¿Liam Hemsworth será capaz de redimirse en su segundo (y último) intento de llevar las espadas y la peluca del Lobo Blanco... o será esta la última moneda que lancemos al brujo? Una cosa es segura: el camino del destino nunca fue sencillo, y esta temporada de The Witcher lo ha dejado más claro que nunca.
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La noticia La cuarta temporada de The Witcher alcanza un nuevo récord en Rotten Tomatoes, pero no el que esperaban en Netflix... ¿O sí? fue publicada originalmente en Vida Extra por Frankie MB .
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