Pese a que llevan mucho tiempo con nosotros, y a que afirmamos que han alcanzado un punto increíble de madurez, los smartphones son dispositivos que que cambian año a año de forma sorprendente, y se debe, sobre todo, a cómo los usuarios también vamos madurando y demandando productos más completos. Al usuario deja de valerle lo que poco tiempo atrás le parecía espectacular, y la constante innovación es necesaria.
Si lo pensáis, es algo que hemos vivido en todos los aspectos. Los primeros smartphones eran lentos, pequeños, tenían pantallas de muy baja resolución, su batería no aguantaba ninguna exigencia decente, pero, eran increíblemente resistentes. Nos parecía que usarlos era mágico porque nos permitían hacer cosas que nunca antes habíamos podido hacer fuera de un ordenador, y permanecían con nosotros varios años con un ciclo de vida mucho más largo que el de ahora, no por mejores materiales sino porque el mercado no evolucionaba tan rápido.
Detalle del mínimo marco frontal en la pantalla - Huawei P8
Conforme la magia del primer momento se fue acabando y pudimos comprobar que estarían con nosotros de aquí a un largo plazo, quisimos que lo que permaneciera fuera más premium, tanto en especificaciones como en materiales. En un mercado cada vez más competitivo, el principal objetivo de las marcas debía ser el de fidelizar a los consumidores.
En los primeros años el plástico era el estándar de la industria, su poco coste económico equilibraba lo que hasta ese entonces era una tecnología muy innovadora y cara. Conforme esta nueva tecnología fue moderando su coste de fabricación las marcas podían invertir más en nuevos materiales, evoluciones del plástico con mejor tacto en la mano, que se rallaban con menos facilidad o no perdían el color de forma tan fácil como el policarbonato. En los últimos años el aluminio se ha hecho un hueco en los terminales de gama alta, es el nuevo estándar de la industria, y dispositivos como el Huawei P8 con un cuerpo unibody de este material así lo ejemplifican. Si vamos un paso más allá, el Huawei P8 Max tiene un cuerpo compuesto en un 94% de una novedosa aleación de magnesio que gracias a su sistema de disipación lucha contra el calor de forma efectiva.
Materiales premium y gran equilibro en sus especificaciones, los aspecto más valorados por los consumidores de Huawei
Cuerpo estilizado y delgado - Huawei P8
Pero, ¿cuál es el siguiente paso en cuanto a los materiales de la industria de la telefonía móvil? Podríamos dividir el futuro de este campo en tres materiales: zafiro, grafeno y metal líquido:
El primero de ellos estaría principalmente enfocado en las pantallas de los dispositivos, aunque no sería de extrañar una recubierta de este material a lo largo de todo el teléfono. El cristal de zafiro es más resistente, ligero, transparente y delgado que los cristales reforzados químicamente actuales, aunque a día de hoy bastante caro. El grafeno será el material por excelencia en el futuro, posiblemente muchos habéis escuchado algo sobre él porque es una auténtica revolución, tanto que sus descubridores ganaron hace un par de años el Premio Nobel de Física. Las grandes virtudes del grafeno son la resistencia, flexibilidad y ligereza, es tan duro como un diamante y tan fino como una hoja de papel, además es un excelente conductor del calor y de la electricidad.
Por último tenemos el metal líquido, una aleación prácticamente irrompible y que puede amoldarse a formas no conocidas hasta el momento, lo que abriría la puerta a un nuevo mundo en cuanto a diseños de dispositivos.
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