AdBlock ha sido comprada por una compañía desconocida, y su venta solo beneficia a Eyeo y a las grandes compañías publicitarias.
Semanas complicadas para los anunciantes, medios y usuarios en un momento el que, tras el lanzamiento de iOS 9 y su soporte para bloqueadores de contenidos -que no solo de anuncios-, el discurso en torno a la publicidad online y a la licitud de los bloqueadores está en boca de todos. Con todo, y por si los movimientos extraños entre estos nuevos bloqueadores de anuncios no fuera suficientes, AdBlock, uno de los originales, ha sido vendido a una compañía desconocida y ha aprovechando el movimiento para unirse al programa de Anuncios Aceptable de AdBlock Plus.
De esta forma, es otra extensión la se une al programa de Eyeo para usar su base de datos, que casualmente también le pagará por usarla. El hecho de que una extensión como AdBlock, que pese a que no es tan popular como su fork Adblock Plus, tiene una gran base de usuarios en navegadores populares como Chrome se una al proyecto de Eyeo supone que, poco a poco, los bloqueadores de anuncios se están alojando bajo un conglomerado muy poderoso que tiene el poder de hacer y deshacer a su antojo sus listas blancas de anuncios permitiéndoles quedarse, si su cuota de mercado se lo permite, con el control de la publicidad que ven sus usuarios en la red y que compañías que pueden pagar si aceptan pagar su tarifa.
Una lista blanca que controla una sola empresa y que hace y deshace a su antojo En un momento en el que los bloqueadores de anuncios están ganando cuota de mercado, el paraguas bajo el Eyeo está amparando su publicidad permitida o lo que es lo mismo aquella que no molesta -o cuyas empresas pagan- está obligando a otros competidores que están fuera de su programa, como uBlock, a que sean los usuarios los que configuran las listas blancas, sabiendo que existe un porcentaje muy reducido que utilizan está función o que modifican las funciones por defecto, y por tanto, perjudicando directamente a web más pequeñas o a publishers que no quieren o no pueden pasar bajo el aro de las tarifas que impone Eyeo.
Lo más grave de todo es que, más allá de que Eyeo engorde su cuota del programa de Anuncios Aceptable de AdBlock Plus a costa de AdBlock, la extensión ha sido vendida a una compañía sin nombre, por lo que es bastante probable que la trampa está relacionada con la propia matriz de Adblock Plus y que se haya hecho con esta primera extensión para seguir aumentado su poder de negociación en el mundo de publicidad online.
Ahora, la pregunta que deja en el aire la venta de AdBlock, y su entrada al programa de Eyeo es si el aumento de la cuota de mercado que le aporta AdBlock, supone un aumento en la tarifa de acceso a la lista blanca para anunciantes, lo que hacen que nos preguntemos ¿Quién está controlado la publicidad que ven los usuarios?
Al final parece que tanto empresas como anunciantes han pasado, como Murphy y Crystal, a convertirse en un eslabón más de la cadena de poder de negociación que está construyendo Eyeo.
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