La última adaptación al cine de 'Macbeth' se encuentra ahora mismo en nuestras carteleras. Por ello, voy a aprovechar para explicaros qué hay de cierto en la tragedia de Shakespeare.
Es por todos sabido que hay grandes obras literarias inspiradas en hechos que ocurrieron verdaderamente, y no porque sea cierto el tópico de que la realidad supera siempre a la ficción, imposible de verificar. Por allí resopla la historia del ballenero Essex, procedente de la isla Nantucket de Massachusetts, que fue hundido por un cachalote en 1820, y la de otro cachalote, albino en este caso, que rondaba la isla chilena de Mocha en 1839 y al que se conocía como Mocha Dick; junto con su propia experiencia como ballenero, ambas inspiraron a Herman Melville para escribir su más mítica novela, Moby Dick (1851). O en la que, siglos antes, se inspiró William Shakespeare para elaborar nada menos que Macbeth (c. 1606). Permitidme que os la cuente.
El rey escocés que inspiró una tragedia
Hay que decir que lo que el bardo británico supo sobre Macbeth de Escocia le llegó a través de la segunda edición de las Crónicas del inglés Raphael Holinshed (1577), como para forjar El rey Lear (1606) y Cimbelino (c. 1610); y a su vez, este historiador se basó en otra obra del dundoniano Hector Boece, Historia del pueblo escocés (1527), escrita en latín.Una de las fuentes de Shakespeare había enturbiado la imagen de Macbeth para agradar a su mecenas, el rey Jacobo V de Escocia
En esta última, el autor había enturbiado la imagen de Macbeth para agradar al rey Jacobo V de Escocia, su mecenas, engrandeciendo a un pretendido ascendiente suyo, Banquo. Y lo curioso de esto es que, en las Crónicas de Holinshed y, presumiblemente, en la obra de Boece, el bueno de Banquo es otro de los cómplices de Macbeth en el asesinato del rey Duncan I de Escocia, mientras que, en la tragedia de Shakespeare, se mantiene fiel al Rey, unos piensan que para complacer a James IV, que se consideraba descendiente de Banquo, y otros, para aportar una antítesis de Macbeth como traidor. Si a mí me preguntan, diré puede deberse a ambas razones y, sobre todo, a la necesidad de dejar solos a Macbeth y a su esposa en su maquinación homicida y posterior paranoia y desgracia: una razón literaria principalmente; como ha de ser, vaya.
Busto de William Shakespeare en la Guildhall Art Gallery de Londres - ChrisDorney, Shutterstock
Está claro que Shakespeare adaptó la historia libremente, según le convino. Lo que realmente le ocurrió a Macbeth, nacido en la primera mitad del siglo XI, rey de Escocia desde 1040, residente del castillo de Dunsinane y muerto en agosto de 1057, fue lo que sigue.Macbeth reestableció el orden sucesorio picto, de línea materna, y acabó con el desorden interno que Duncan I había ocasionado en el país
Sucedió a Findlaech, su padre, como mormaer de Moray, un título nobiliario provincial escocés para un señorío destruido luego en 1130 por el rey David I de Escocia, y tras contraer matrimonio con su prima Gruoch, nieta de Kenneth II, la oscura Lady Macbeth de Shakespeare, podía reclamar el trono del país cuando falleciese Malcolm II; de Alba, si queremos hablar con más propiedad, puesto que fue como se llamó el Reino entre la muerte de Domnall II en 900 y la de Alejandro III en 1286, es decir, cuando lo dominaban las élites gaélicas y normando-escocesas y no las angloparlantes o de habla solamente scottish, hasta las guerras de independencia que libraron los escoceses con Inglaterra, que concluyeron con la firma del Tratado de Berwick en 1357.
El caso es que Malcolm II alteró las normas de sucesión al trono para que pudiese sentarse en él su propio nieto, Duncan I, la primera víctima de los Macbeth de Shakespeare. Él no se lo cargó en su propio dormitorio, tal como ocurre en la tragedia literaria, sino en Bothnagowan, hoy Pitgaveny, no lejos de la antigua ciudad catedralicia de Elgin. Así, reestableció el orden de sucesión de los pictos, de línea materna, en lugar del gaélico tanistry, y acabó con el desorden interno que Duncan I había ocasionado en el país.
Los Macbeth - Travisusd.org
Macbeth peregrinó a Roma con el propósito de expiar de ese modo su crimen, pero no le sirvió de mucho. Pese a que Macbeth murió el mismo día del año en que él había liquidado a Duncan I, el 15 de agosto, diecisiete años despuésel duque de Northumbria, llamado Siward, no logró derrocarle en 1046, aquel por quien lo intentó, Malcolm Canmore, le produjo una serie de heridas durante un combate en Lumphanan, una villa que hoy forma parte de lo que es el área de Aberdeenshire, que le causaron la muerte. Más tarde, Canmore se quitó de en medio igualmente a Lulach I, hijo de Grouch e hijastro del monarca defenestrado, y se proclamó rey, Malcolm III de Escocia.
A Macbeth se le sepultó en la isla de Iona, al oeste del país, que había servido como necrópolis de todos los reyes de Dalriada, reino escoto al norte de Irlanda y la costa oeste escocesa hasta la mitad del siglo IX, y sus herederos legítimos. Había muerto el mismo día del año en que él liquidó al tramposo de Duncan I, el 15 de agosto. Una casualidad histórica que bien sirve como guinda al relato que inspiró a Shakespeare, y conociéndolo, a nadie debería extrañar.
Continúar leyendo...