Slack, la famosa aplicación para la comunicación en entornos profesionales, crea un fondo de 80 millones de dólares confirmando así su trayectoria de crecimiento imparable.
El negocio de la mensajería instantánea a nivel mundial pasa por momentos convulsos. La guerra entre WhatsApp y Telegram por hacerse con más huecos en el mercado, los problemas de seguridad que han ensombrecido a la millonaria adquisición de Facebook y que incluso ha llegado a ser bloqueada en algunos países ponen de manifiesto la importancia de este mercado.
Pero entre todo este entramado de mensajes personales se cuela otro sector, también dedicado a la mensajería, pero que aspira a tener un perfil dirigido a un sector mucho más profesional. Y pese a que podamos pensar que la batalla es mucho más sana por estas regiones estamos muy equivocados.
La oveja más fuerte del redil
El mundo es muy competitivo en general, pero en territorios de Silicon Valley las expectativas respecto a los enemigos son mucho mayores, por lo que la competencia es feroz.
Definidos por muchos como el sustituto natural del correo electrónico, Slack ha ocupado desde el primer momento su lugar como líder de la cadena. Sus orígenes oficiales datan de 2010, aunque sus operaciones efectivas son de 2013. Como ya contamos en su momento, en apenas nueve meses de vida consiguió lo que muchos otros no han logrado en años de operaciones; posiblemente gracias a uno de sus fundadores Steve Butterfield, uno de los creadores del también reconocido servicio de Flickr.
Yammer, que fue comprada por Microsoft en 2012, con el objetivo de transformarse en una red social para empresas y afiliar a los usuarios a los servicios de Office.
En una liga menor, ya juegan Quip o Nimbuzz, que pese a ser más pequeñas y con una implantación mucho menor sí que están intentando una expansión hacia nuevos mercados para lograr su nicho de negocio allí donde la saturación de servicios es mucho menor.
Slack, de startup a inversores
Se habla de Uber o de Airbnb, pero Slack, con su tímido y simple servicio, poco a poco se hace un hueco como uno de los emprendimientos de gran calibre más importantes. Y, lo que es más importante, con el beneplácito de todos los ojos que se fijan en ellos. Sin problemas de legalidad, con una competencia sana y sin luchas en juzgados.
Cuenta con seis rondas de financiación recaudadas desde prácticamente el primer momento, siendo la última este mismo año por valor de 160 millones de dólares y con inversores entre sus filas como Accel Partners, el popular Google Ventures, Horizons Ventures o Slow Ventures, la mayor parte de Estados Unidos con la excepción de alguno británico o ruso. Lo que le ha valido una calificación de casi 3.000 millones de dólares.
Slack crea un fondo de 80 millones de dólares para invertir en aplicaciones que lo complementenEn cualquier caso, pese a que la financiación le haya merecido bien la pena a Slack para fomentar su crecimiento y expansión, lo cierto es que su éxito se debe a la facilidad de uso, a la cercanía y a cómo se relaciona con los clientes; tantos que ya lo usan más de 25.000 personas y más de 13.000 equipo de trabajo en todo el mundo.
Y de empresa de servicios ha pasado a inversora en otros proyectos. Ya no busca dinero para alimentar sus arcas y seguir creciendo, sino que ahora también tiene la capacidad de crear un fondo con ochenta millones de dólares, apoyados también por algunos de los inversores que ya están participando en el capital de Slack, listos para financiar startups en fase inicial que construyan herramientas que puedan integrarse en su plataforma de mensajería para el trabajo. De media se estima que las aportaciones a cada proyecto serán de entre $100.000 a $250.000. Con una medición del éxito de las mismas basado en las mejor o peor adaptación de los proyectos a los servicios de Slack, más que por la rentabilidad de la inversión.
Muchos podrán pensar que es una forma fácil de obtener desarrollos de terceros de una manera más rápida, sencilla y barata. Y efectivamente lo es, como han confirmado los propios fundadores. Con este nuevo porfolio de proyectos, Slack podrá crear una suerte de App Store que permitirá a los usuarios acceder a los nuevos servicios que más se adapten a sus necesidades reales. Es decir, menos riesgo, más clientes, más opciones y mayor expansión competitiva respecto a la sus enemigos en el mercado.
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