La mortalidad en España varía según el nivel socioeconómico. El estudio INEQ-CITIES muestra que la desigualdad podría ser un problema para la salud pública en la Unión Europea.
Desde hace tiempo, buena parte de la investigación en salud pública debate si la mortalidad puede variar en función de las condiciones socioeconómicas del lugar de residencia. El estudio europeo INEQ-CITIES arroja ahora nuevos datos sobre la influencia de la renta en la salud. Las conclusiones son evidentes: "a mayor pobreza, más alta será la tasa de mortalidad".
El trabajo realizado por el consorcio INEQ-CITIES ha analizado las características de 16 ciudades europeas, entre las que incluyeron a Madrid y Barcelona. Evaluando las condiciones económicas de los diferentes barrios, se observa claramente que nuestro lugar de residencia tiene un papel decisivo. La tasa de mortalidad en España, además de otras variables como el desempleo o el nivel educativo, varían en función de dónde vivamos.
El sur y el este de Madrid, más castigados por el desempleo
Después de Londres, la capital madrileña es la segunda ciudad más grande analizada en el atlas de INEQ-CITIES. Con una población superior a los 3 millones de habitantes, la densidad de población entre 2007 y 2009 era de 5.304,4 habitantes por kilómetro cuadrado, tres veces menos que la de Barcelona. Por otra parte, la población mayor de 65 años corresponde al 18,7% de la ciudadanía, dos puntos menos que en la Ciudad Condal.
Al estudiar las variables que influyen en la tasa de mortalidad, se ve que las características socioeconómicas del barrio influyen sobre la tasa de empleo y el nivel educativo. En ese sentido, las zonas del sur y el este de Madrid son las más castigadas por el desempleo.
A la izquierda, el desempleo se dispara en el sur de Madrid, donde un mayor porcentaje de la población cuenta sólo con estudios primarios (imagen del centro). A la derecha, la población con estudios universitarios se concentra especialmente en los distritos del norte de Madrid. Fuente: INEQ Cities
Las diferencias económicas y sociales en Madrid vuelven a mostrar, de nuevo, una distribución norte-sur muy marcada. Vivir en Puente de Vallecas o en el distrito de Fuencarral-El Pardo no será lo mismo, ya que las condiciones socioeconómicas influirán directamente sobre nuestro nivel de desempleo y la cualificación educativa obtenida por la población.
Barcelona y el eje oeste-este
En el caso de la ciudad catalana, la distribución socioeconómica sigue un patrón oeste-este. Las zonas más ricas de la ciudad, como Sarrià o Sant Gervasi, cuentan con una tasa de desempleo considerablemente menor que los barrios del este. También existen diferencias importantes en el nivel educativo en función de los distritos, como ocurría en Madrid.
A la izquierda, la incidencia del desempleo es mayor en los barrios del este de Barcelona. Esta distribución es parecida si analizamos el porcentaje de población que cuenta con estudios primarios (centro). Por el contrario, la tasa de personas con estudios universitarios es mayor en los barrios del oeste. Fuente: INEQ Cities
El desempleo o la formación académica no son las únicas diferencias que se observan entre los distintos barrios de Madrid y Barcelona. Según el estudio de INEQ-Cities, las condiciones socioeconómicas afectan directamente a la tasa de mortalidad en España. No es, sin embargo, algo percibido sólo en nuestro país. Tal y como explican desde la Agencia SINC, "se detectaron desigualdades socioeconómicas en la mortalidad para la mayoría de causas específicas estudiadas".
A mayor pobreza, más mortalidad
Al analizar la tasa de mortalidad, la distribución también varía en función de los barrios. En el caso de Madrid, la mortalidad es más elevada para hombres y mujeres en el distrito centro. Sin embargo, si segregamos los datos por género, se observa que existe un riesgo más elevado para los varones de los barrios de Puente de Vallecas o San Blas. En el caso de las mujeres, la tasa de mortalidad es mayor en las afueras de la capital madrileña.
A la izquierda, los barrios en marrón son los que muestran una tasa de mortalidad más elevada en hombres. A la derecha, la mortalidad en mujeres es más alta en las afueras de Madrid. Fuente: INEQ Cities
Sin embargo, la mortalidad específica por enfermedad no se distribuye de igual manera. En el caso del alzhéimer, la mortalidad es más elevada en hombres y mujeres del sur y el este de Madrid. Por el contrario, fallecen más mujeres por cáncer de mama en el norte de la capital madrileña que en los distritos del sur.
Este patrón de riesgo de mortalidad por cáncer de mama también se dio en Lisboa y Barcelona. Es decir, lo investigadores vieron que en el caso de este tipo de tumores, se daba una relación inversa con la privación (es decir, a mayor pobreza, menor mortalidad por este tipo de cáncer).
A la izquierda, la mortalidad por cáncer de mama fue más elevada en los barrios madrileños donde se da una menor privación. En Barcelona, la distribución no es tan marcada pero sigue un patrón parecido. Fuente: INEQ Cities
Al evaluar qué ocurría en el caso de las enfermedades respiratorias, las conclusiones fueron similares en Madrid y Barcelona. Los hombres de los barrios más pudientes de las dos ciudades presentan una menor mortalidad por estas patologías, mientras que se observa un patrón diametralmente opuesto en el caso de las mujeres. La mortalidad femenina por enfermedades respiratorias es mayor en los barrios con mejores condiciones socioeconómicas, tanto en Madrid como en Barcelona.
A la izquierda, la mortalidad en hombres por enfermedades respiratorias es mayor en los barrios más pobres de Madrid, algo que sucede a la inversa en el caso de las mujeres (derecha). Fuente: INEQ Cities
La mortalidad por enfermedades respiratorias es mayor en hombres de los distritos más pobres de Barcelona (izquierda). Como se ve a la derecha, la mortalidad femenina por estos trastornos es más elevada en los barrios más ricos de Barcelona. Fuente: INEQ Cities
La distribución geográfica de la mortalidad, al igual que ocurre con el desempleo y los niveles educativos, cambia según las condiciones socioeconómicas del lugar de residencia. Aunque estos patrones varían al analizar la mortalidad específica por enfermedad, lo cierto es que los datos de esta investigación muestran que podría existir una relación directa entre la renta y el riesgo de fallecimiento. Una situación bautizada por otros autores como inequidad sanitaria, y que condiciona la calidad de vida en función del barrio o distrito en el que residamos.
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