
Una de las mayores cualidades de Death Stranding 2: On the Beach es la libertad que te ofrece el juego a la hora de tomar las rutas que mejor te parezca para llegar al destino en el que debes de cumplir la misión. Eso implica recorrer caminos repletos de decisiones para que el viaje resulte más satisfactorio o desafiante, pero no hay mejor decisión y crucial que la que hay que tomar durante los primeros compases de la aventura.
Mientras Sam está disfrutando pacíficamente de su nueva vida acompañado de la pequeña Lou, recibe la visita de Fragile para solicitarle ayuda con un nuevo trabajo que requerirá que vuelva a las andadas y ejerza de portador. Por motivos argumentales, no te queda más remedio que aceptar su petición, aunque eso no quita que el juego te conceda la opción de elegir si realmente quieres decirle que sí o por el contrario puedes optar por negarte y decirle que pasas de ella.
Tal vez por inercia o porque queréis progresar, lo más probable es que le digáis que vale a Fragile sin ningún miramiento. No obstante, si no estáis de acuerdo, le podéis decir que no y entonces es cuando el juego te presenta un momento brutal que se podría calificar como la típica troleada de Hideo Kojima. Básicamente, te mete de lleno como en una especie de bucle del que el propio Sam Porter deseara escapar cuanto antes.
La primera vez que te niegas reinicia la secuencia cinemática antes de encontrarte con Fragile en la que te cuenta todo, que no dura especialmente poco y ya te hace pensar que vale, igual no debiste decir que no. Por suerte, el juego acelera este momento al enfocar a un mural repleto de fotografías y enfocar a una en la que aparecen Sam y Fragile justo antes de tomar la decisión. En ese instante, te situará otra vez en la encrucijada de decir que sí o que no.
Si por segunda vez te niegas, entonces la secuencia cinemática se reinicia otra vez más, pero esta vez, al enfocar al mural de las fotos, el foco de atención se sitúa en una correspondiente al inicio del juego, como si tuvieras que empezar desde el principio para castigarte por negarte. Una amenaza que seguro que te hará exclamar "¡no, por favor!", que es justo lo que le pasa al propio Sam al gritar "¡NO, NO!", pero tranquilos, que es solo una broma de mal gusto.

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Más que nada porque justo después, la cámara se gira rápidamente a la fotografía del momento en el que Sam debe decidir qué hacer. La diferencia es que esta vez no hay opciones que valgan. Llega un momento que nuestro protagonista es consciente de que no hay vuelta atrás y acepta automáticamente, sin darte la opción de seleccionar la respuesta que prefieras. Un momento muy cómico que podéis presenciar en el vídeo que acompaña a estas líneas, por si queréis comprobarlo o ya habéis arrancado vuestra travesía y os lo habéis perdido.
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La noticia La primera decisión crucial de Death Stranding 2 es la típica troleada de Kojima que no te puedes perder fue publicada originalmente en Vida Extra por Sergio Cejas (Beld) .
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