- Un estudio evalúa los efectos del cambio climático sobre la Amazonia.
- El modelo señala que los bosques amazónicos son más sensibles a pequeñas variaciones en el clima de lo que se creía anteriormente.
En psicología, el término resiliencia hace referencia a un proceso por el cual el ser humano es capaz de hacer frente a la adversidad. Nuestra mente puede sobreponerse a cualquier tipo de trauma o tragedia, sean problemas familiares o personales, complicaciones de salud, de trabajo o económicas. Ser reliente, según la American Psychological Association, no quiere decir que la persona no experimente dificultades o angustias. Pero lejos de ser algo extraordinario, los especialistas señalan que se trata de un proceso ordinario que afrontamos tras experimentar situaciones emocionales fuertes y dolorosas.
Los obstáculos que antaño parecían insuperables nos hacen crecer, como si nuestra mente reaccionara como un "resorte". En el mundo de la biología, la especie humana no es la única en afrontar situaciones terribles. Las consecuencias del cambio climático parecen preparar a la Tierra frente a uno de esos huracanes que prometen transformar el planeta. Nada volverá a ser lo mismo por culpa del calentamiento global. Tampoco para la Amazonia, uno de los mayores tesoros para la biodiversidad.
Resistencia frente a una sequía ¿inevitable?
El incremento de los gases de efecto invernadero y el consecuente aumento de las temperaturas globales, retos discutidos en la pasada Cumbre del Clima de París, también ponen en peligro a la Amazonia. Esta región de la Tierra, donde convive el mayor número de especies animales y vegetales del planeta, es un enclave único para mantener el equilibrio de carbono. ¿Pero será capaz de soportar las adversidades del cambio climático?Los bosques amazónicos son más sensibles a pequeñas variaciones en el clima de lo que se creía anteriormente
Con el fin de determinar la resilencia de la Amazonia, científicos de la Universidad de Harvard han estudiado la influencia que la humedad de los suelos puede tener en las respuestas de los ejemplares de árboles individuales frente al calentamiento global. Investigaciones anteriores habían conseguido determinar que las regiones amazónicas sufrirán grandes períodos de sequía a finales del siglo XXI. Sin embargo, los trabajos realizados no pudieron trazar el futuro de esta auténtica joya de la biodiversidad terrestre.
El modelo desarrollado por el equipo de Paul R. Moorcroft, avalado por observaciones sobre el terreno y medidas realizadas por sensores controlados de forma remota, ha estimado la capacidad de adaptación de la Amazonia al cambio climático. Sus conclusiones, publicadas hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, han señalado que "los bosques amazónicos son más sensibles a pequeñas variaciones en el clima de lo que se creía anteriormente".
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"La respuesta de la Amazonia al cambio climático será inmediata y heterogénea", según los investigadores Sin embargo, contrariamente a lo que habían sugerido estudios previos, es poco probable que la Amazonia se convierta en una sabana. "Es difícil que suceda un cambio de un ecosistema a otro tan drástico", han comentado los investigadores, que han incorporado el efecto del estrés hídrico a la productividad de los árboles individuales. La inclusión de este parámetro para analizar la resiliencia de la Amazonia es una de las diferencias más importantes del Ecosystem Demography model (ED2) frente a investigaciones anteriores, centradas en la respuesta por especies y ambientes.
El modelo ED2, de acuerdo a las conclusiones publicadas en la revista PNAS, apunta a una transición gradual entre los bosques amazónicos actuales a los ecosistemas de reducida biomasa del futuro. La respuesta de la Amazonia ante el cambio climático, según los científicos, será inmediata y heterogénea, una conclusión consistente con las observaciones a corto plazo realizadas sobre los efectos de la sequía en esta región del planeta. A pesar de que esta investigación plantea un modelo hipotético sobre el futuro de la Amazonia, los terribles efectos para la biodiversidad y el conjunto del planeta son una alerta más en la lucha contra el cambio climático. Una lucha que vivió un punto de inflexión hace solo unos días con la firma del histórico acuerdo de París contra el calentamiento global, que compromete a los 196 países presentes a evitar una tragedia. ¿Lo conseguiremos?
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