En un mundo donde palabras como “global” y “común” intentan ser protagonistas, resulta curioso comprobar cómo la definición de individual sigue caracterizando a gran parte de nuestra sociedad. El mayor ejemplo de ello son las casas, unos pequeños metros cuadrados suficientes para representar particulares formas de vida, cada una de ellas diferentes entre sí. Por ello, no es de extrañar que en China, el país más poblado del mundo, esa superficie para vivir se encuentre muy reducida.
Como afirman en Business Insider, Hong Kong tiene un problema, y es que su población no para de crecer mientras que los 1.104 kilómetros cuadrados de superficie se quedan cada vez más escasos. Unas 7.200 millones de personas intentan encontrar aquellos pocos metros cuadrados donde poder vivir, pero lo cierto es que se ha convertido en una tarea algo complicada.
Reuters | Tyrone Siu
Reuters | Bobby Yip
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Asimismo, la alta demanda de viviendas ha provocado que las agencias inmobiliarias eleven el precio de forma desorbitada. Así, menos de un metro cuadrado puede costar hasta doce dólares. Debido a ello, como ilustran en Reuters, algunos habitantes de Hong Kong viven en las llamadas casas ataúd o incluso en celdas que parecen jaulas destinadas a animales o una caja de zapatos.
Créditos de la imagen principal: Reuters | Tyrone Siu
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