En los últimos años, las matrículas digitales han comenzado a ganar presencia como una alternativa moderna a las tradicionales placas metálicas. Estas prometen no solo simplificar procesos administrativos, sino también incorporar funciones avanzadas como alertas en tiempo real y personalización de información. Sin embargo, recientes investigaciones han revelado preocupantes vulnerabilidades que ponen en cuestión la seguridad y fiabilidad de esta tecnología. Interesante a la par que preocupante. Veamos cómo de grave es esta situación.
El proceso detrás del hackeo
Un informe publicado recientemente destaca que las matrículas digitales de Reviver, una de las principales empresas en este mercado, pueden ser manipuladas por personas con conocimientos técnicos suficientes. Y no, no se trata de un hackeo ético.
Según Josep Rodríguez, un investigador de ciberseguridad de IOActive, es posible modificar los datos que aparecen en estas matrículas digitales al instalar un firmware personalizado tras acceder físicamente a la placa. Este fallo no solo permitiría evadir multas y peajes, sino también suplantar matrículas de otros vehículos, incrementando las posibilidades de delitos relacionados con el robo de identidad.
Para llevar a cabo esta manipulación, se requiere tener acceso físico a la matrícula, desmontarla, y utilizar herramientas técnicas que, según Rodríguez, no son necesariamente avanzadas. Una vez comprometido el sistema, se pueden realizar cambios en la información visible en la placa de forma sencilla, lo que plantea serias preocupaciones de seguridad tanto para los propietarios de estos dispositivos como para las autoridades de tránsito.
El fallo en el hardware impide que las actualizaciones de software resuelvan esta vulnerabilidad. Según Rodríguez, la empresa Reviver debería reemplazar los chips afectados en cada una de las placas ya fabricadas, lo que implicaría un esfuerzo logístico y económico considerable.
Acciones y respuestas de la empresa
Ante estas acusaciones, Reviver ha defendido la seguridad de su producto indicando que el escenario planteado por los investigadores es poco factible en situaciones reales. La compañía afirma que, en caso de manipulación física, el propietario de la matrícula recibe una alerta inmediata, y el dispositivo entra en un «modo separado» que desactiva su comunicación con el sistema central. Además, Reviver asegura que está trabajando en el rediseño de sus placas para utilizar chips menos vulnerables.
A pesar de estas medidas, el investigador Rodríguez puntualiza que una vez comprometido el sistema, los cambios en la matrícula son tan simples como «actualizar un teléfono móvil«. Esto podría facilitar el uso de herramientas automatizadas para que personas sin experiencia técnica también puedan realizar el hackeo.
¿Qué tan grave es el riesgo?
Si bien el acceso físico requerido para llevar a cabo este tipo de ataques reduce significativamente la probabilidad de que ocurran de forma generalizada, todavía persiste la preocupación entre expertos y consumidores por las posibles implicaciones. Por ejemplo, alguien con malas intenciones podría, teóricamente, vincular un delito o una infracción a otra persona simplemente al modificar la matrícula digital de su vehículo.
Por otro lado, Reviver ha enfatizado que sus matrículas digitales ofrecen múltiples capas de seguridad, argumentando que son mucho más difíciles de falsificar en comparación con las placas metálicas tradicionales, las cuales son vulnerables a clonación, alteración o sustitución por completo.
Y es que el miedo a ser víctima de este problema es real en Estados Unidos, donde estas matrículas están bastante presentes y cada día más. Ya no es solo el peligro de que hackeen tu móvil, sino que también debes proteger tu coche.
El panorama a futuro
En medio de este debate, la empresa insiste en su compromiso por mejorar continuamente la seguridad de sus dispositivos. Según su declaración oficial, colabora regularmente con expertos en ciberseguridad, incluidas entidades como IOActive, para identificar debilidades y fortalecer sus productos. Esto refleja el esfuerzo por avanzar hacia una tecnología más confiable, aunque el incidente actual deja en evidencia la complejidad asociada a la implementación de estas innovaciones.
Como resultado, el tema de las matrículas digitales plantea preguntas más amplias: ¿estamos preparados para incorporar tecnologías conectadas a nuestra vida cotidiana si todavía no podemos garantizar su seguridad? Y, más importante aún, ¿cómo podemos protegernos como individuos contra los riesgos que implican estas brechas tecnológicas?
Por ahora, aunque tener una matrícula digital pueda parecer una opción moderna y vanguardista, los expertos aconsejan mantenerse atentos a futuras actualizaciones y tener en cuenta que la tecnología, aunque útil, nunca está exenta de riesgos cuando no se diseñan con una seguridad integral.
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