Noticia Las mejores técnicas para iluminar una fotografía de estudio

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La fotografía de estudio se caracteriza por tener todo milimétricamente estudiado, razón por lo que la luz utilizada adquiere una gran importancia en este tipo de imágenes.


Aunque tomar imágenes callejeras se ha convertido en la pasión de muchos, la fotografía de estudio también es una modalidad donde todo profesional también debería saber desenvolverse. Sin embargo, existen muchos factores que se deben tener en cuenta ante de iniciarse en este campo, algo que puede ser caótico para los más inexpertos en el ámbito. Pero no, es más sencillo de lo que parece.

¿Por dónde empezamos a iluminar? Los resultados van a depender de cuantos focos utilicemos y cómo los coloquemos. Por ello, lo más recomendable es utilizar únicamente las luces que necesitamos. No por encender más focos tendremos una escena mejor iluminada, todo lo contrario, al tener más fuentes de luz también se duplican las sombras generadas y, por lo tanto, la dificultad para lograr una buena iluminación. Por lo general se suelen emplear dos focos, uno como principal y otro como secundario.

Iluminación con dos focos


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Digital Genetics | Shutterstock


Como hemos mencionado anteriormente, el primero de ellos es la luz principal y suele ser el que más potencia tiene. Mientras tanto, el segundo foco tiene menos intensidad y es habitual emplearlo como luz de relleno para suavizar las sombras producidas por la luz principal.

Aunque dos focos nos puedan parecer escasos para la fotografía de estudio, lo cierto es que la mayoría de veces es más que suficiente. De hecho pueden emplearse de muchas formas.

Para iluminar las sombras


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Matusciac Alexandru | Shutterstock


Es el esquema de iluminación más típico. Se usa una luz principal y otra de relleno que suavice las sombras del primero. Esto se puede hacer de diferentes formas:


  • Directa: se trata de apuntar con la luz de relleno a las zonas más oscuras para así eliminar el excesivo contraste. Es recomendable que el haz de luz sea amplio, ya que de lo contrario se concentraría en un solo punto y provocaría un resultado demasiado artificial. Por lo tanto, el foco secundario es habitual situarlo en una posición opuesta al principal. Sin embargo, no es recomendable ponerlo demasiado cerca, ya que tendríamos una luz demasiado definida y nuevas formas de sombra sobre el objeto.


  • Indirecta: mediante este sistema, la luz de relleno no apuntará directamente hacia las sombras, sino que se empleará otra superficie que también sirva como transmisora de la luz. Esto nos ayudará a que la luz sea más difusa o de otra temperatura de color. Por ejemplo, se puede usar un reflector, los cuales suelen permitirnos elegir entre una superficie dorada o plateada. Asimismo, debemos tener en cuenta que cuanto más lejos esté ese reflector más amplia y suave será la fuente de luz, aunque también más débil, lo que puede obligarnos a acercar al objeto que estemos fotografiando.
Para iluminación de efectos


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Ivanikova Tatyana | Shutterstock


Además, cuando se poseen dos focos también podemos jugar con ellos para lograr diferentes efectos en las imágenes. Así es como las fotografías de estudio varían su habitual iluminación para ofrecer resultados más llamativos que se escapan de lo que normalmente solemos ver en este tipo de imágenes. Del mismo modo que ocurría con la iluminación para las sombras, las luces con efectos también tienen dos tipos de variantes.


  • Efectos frontales: una buena combinación puede ser situar un foco ligeramente a un lado del objeto y una segunda luz intensa que ilumine de forma frontal. Así, se realza el contorno del sujeto y nos permite apreciar un cierto haz de luz que bordea su silueta de forma lateral. Asimismo, también se pueden emplear accesorios como conos, los cuales permiten concentrar la luz en un solo punto y pueden ser muy útiles cuando estamos interesados en dirigir la atención del espectador a una sola zona.


  • Efectos traseros: se pueden conseguir una mayor variedad de efectos que con el anterior modo, ya que el contraluz puede dar mucho juego en las imágenes que obtengamos. Por ejemplo, se puede usar un foco solo para iluminar el fondo y situar al sujeto en frente de éste, lo cual nos permitirá capturar totalmente su silueta. En este caso, las sombras entre el sujeto y el fondo son un recurso del que nos podemos valer para crear diferentes figuras y otorgar cierto dramatismo a la escena.

En definitiva, lo ideal es experimentar con diferentes esquemas de iluminación y comprobar qué podemos conseguir en función de dónde coloquemos las fuentes de luces. De hecho, existen páginas como lighting diagrams que nos permiten crear nuestro propio esquema de forma online. No obstante, aunque no lo parezca, en la fotografía de estudio también hay un lugar para la improvisación.

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