Noticia Las portadas de Monkey Island que no viste: un viaje por la iconografía que definió la aventura pirata de LucasArts

Las portadas de Monkey Island que no viste: un viaje por la iconografía que definió la aventura pirata de LucasArts


El loco caribe de de The Secret of Monkey Island no solo se construyó con picaresca, diálogos ingeniosos y puzzles memorables: hay una iconografía visual que, juego a juego, es parte inseparable de su identidad. Desde la puerta con cabeza de mono a esas imágenes de los duelos de insultos. Dicho esto, la aventura de Guybrush Threepwood empezaba al tener la caja en tus manos: ¡Menuda portada nos dió Lucasfilm!


La portada original del juego, ilustrada por Steve Purcell, es hoy un emblema del género de las aventuras gráficas. Sin embargo, existieron bocetos y portadas descartadas que muestran cómo pudo haber sido la primera impresión del jugador antes de embarcarse con Guybrush Threepwood en su odisea caribeña. ¿Por qué funciona tan bien la portada definitiva y cómo eran los descartes?

La portada oficial: un mapa de símbolos​

Portada Original


La imagen definitiva que acompañó al lanzamiento en 1990 es un compendio de iconografía pirata y narrativa visual:

  • El cráneo central con huesos cruzados: más que un simple emblema de piratería, funciona como guardián del misterio. En restauraciones recientes se ha revelado que los huesos estaban parcialmente ocultos por el marco de la caja, reforzando la idea de un secreto que se esconde a simple vista.
  • Guybrush en primer plano: con expresión ingenua y espada en mano, encarna la mezcla de temeridad del héroe y torpeza de quien emprende un viaje a lo desconocido sin experiencia que define al protagonista.
  • El trasfondo de islas y barcos: un escenario nocturno que evoca tanto la aventura como el peligro, con claros ecos de las películas clásicas de piratas y las novelas en las que se inspiró Ron Gilbert.
  • La paleta cromática: azules profundos y verdes fantasmales que sugieren lo sobrenatural, anticipando la presencia del villano LeChuck y su tripulación espectral.

Cada elemento está dispuesto para transmitir que esta no es una historia de piratas convencional, sino una comedia fantástica con tintes de misterio.

Las portadas descartadas: un vistazo a lo que pudo ser​

Portadas Alternativas


El material compartido por Legend of Monkey Island muestra variaciones tempranas de la portada, donde se experimentaba con diferentes enfoques:

  • Versiones centradas en Monkey island: en ambas propuestas vemos como el protagonismo de Guybrush es compartido por Elaine y un loro que desapareció de la versión original. Lo curioso es que no hay ningún rastro de la épica marítima del original y se enfoca en el drama por encima del tono humorístico.
  • Diseños más caricaturescos: se barajaron bocetos con trazos menos realistas, más cercanos a la estética de las novelas de aventuras juveniles y alejadas del humor del juego, el surrealismo de los puzzles o la atmósfera cinematográfica que LucasArts buscaba.
  • Composiciones de portadas de cómic: los borradores descartados apuestan por un estilo de portada con escenas específicas como en los cómics y no tanto en los carteles de cine. ¿El motivo? Transmitir misterio para enganchar al público general.

Estos descartes revelan el proceso creativo de LucasArts: encontrar el equilibrio entre aventura clásica y sátira irreverente. La portada definitiva logró ambas cosas, convirtiéndose en un icono que aún hoy se reproduce en pósters y ediciones especiales.

La importancia de la iconografía en la experiencia​

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En la era previa a los tráilers en YouTube y los eventos digitales, la portada era la primera promesa de inmersión. En el caso de Monkey Island, esa promesa fue cumplida: el jugador que veía el cráneo, la espada y el mar embrujado sabía que estaba ante una aventura que mezclaba tradición pirata con un giro inesperado. Las portadas descartadas, aunque fascinantes, carecían de esa síntesis perfecta.


En definitiva, tanto la ilustración principal como las portadas perdidas de The Secret of Monkey Island son un testimonio del proceso artístico detrás de un clásico. Y es que en aquella época no solo se nos vendía un juego: los artistas y genios de la división de videojuegos de George Lucas estaban construyendo un mito visual. Uno que, incluso a día de hoy, define cómo imaginamos la piratería en clave de comedia fantástica.

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