El 11 de marzo de 2011 fue una fecha trágica para los habitantes de Japón. Todo comenzó con un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter que fue precedido por grandes olas y más movimientos de menor intensidad. Como consecuencia de ello, la central de Fukushima provocó la mayor catástrofe nuclear desde Chernobyl.
Como recogen en el The Telegraph, el desastre nuclear de Fukushima obligó la evacuación de más de 160.000 personas en un radio superior a los 50 kilómetros. 4 años después de la tragedia, 120.000 de esas personas continúan sin poder volver a sus casas, ya que el área sigue teniendo unos niveles de radiación superiores a lo normal.
Créditos: Arkadiusz Podniesinski/REX Shutterstock
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Los altos niveles de radioactividad hicieron que la vida fuese imposible en las cercanías lugar donde se produjo el incidente. Los animales, las plantas, incluso el aire, todo estaba contaminado. Actualmente, el paisaje de Fukushima es más propio de un escenario postapocalíptico que de una ciudad normal.
Sorprende ver cómo el desastre nuclear de Fukushima causó que las vidas de todos sus ciudadanos se paralizaran en aquel instante para evacuar la que hasta entonces había sido su casa. Los supermercados todavía están llenos de alimentos, existen coches por lo que hace pocos años sería una carretera, y las pizarras de los colegios aún continúan escritas. Al igual que pasó en Chernobyl, la vida se acabó en Fukushima.
Créditos: Mirror
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