Es obvio que los creadores de Mr. Robot tienen que haber estudiado el movimiento hacker. ¿Hasta que punto? Sam Esmail nos lo cuenta.
Mr. Robot se ha convertido a una velocidad vertiginosa en la serie actual de culto para los techies de todo el mundo. No resulta, pues, una sorpresa que
en una reciente entrevista con Motherboard, su creador, Sam Esmail, contara detalles sobre cómo se inspiró en el movimiento hacker y en colectivos como Anonymous y LulzSec para dar forma al universo de la serie.
Esmail contó que Anonymous fue el primer grupo organizado de hackers sobre el cual se dedicó a leer y a investigar, pero que eventualmente terminaría leyendo prácticamente sobre cada grupo de hackers que hubiera existido, "incluyendo Cult of the Dead Cow y Cypherpunks". También contó que LulzSec fue el grupo que le hizo pensar por primera vez en las potenciales dimensiones criminales de la actividad hacker. Señaló que el documental TPB: AFK había tenido una gran influencia en la creación del personaje de Elliot, pues los fundadores de The Pirate Bay lo inspiraron para infundir un espíritu revolucionario, "anti-stablishment" en el personaje central.
El ego intelectual de los fundadores de TPB parece haber sido también un elemento clave para la construcción de estos personajes. Esmail cita a Gottfrid Svartholm (Anakata), quien en el documental aparece declarando:
¿Qué van a hacer? Han fallado ya en acabar con el sitio una vez. Son bienvenidos a venir y fallar de nuevo.
Es el ego, entonces, en combinación con la ira -la ira hacia un sistema económico y político que es percibido como injusto y abusivo- lo que crea la fórmula capaz de convertirse en una trama explosiva. Ira ante el status quo, sumada a un alto nivel de confianza en las propias capacidades, suelen ser en realidad las fuerzas que mueven el movimiento hacker. Sin embargo, llevar esta combinación a la pantalla puede resultar delicado. Esmail indica: "nadie quiere recibir los gritos de un montón de narcisistas molestos", y ciertamente, el riesgo en este tipo de historias se encuentra en no hallar el punto en el que la audiencia puede conectarse emocionalmente con los personajes.
Mr. Robot, sin embargo, lo logra: según su creador, el equilibrio se encuentra en conservar el elemento humano, de modo que la ira no aparezca como una emoción negativa, y que el espectador pueda conectarse con la necesidad humana de justicia.
La manipulación emocional de Mr. Robot
Esmail afirma que para construir el personaje de Mr. Robot se inspiró sobre todo en personajes reales, líderes de cultos, en particular en David Koresh, el líder de los davidianos que resultara muerto por el FBI en la tristemente célebre redada en 1993 en Waco, Texas, ya que el personaje y su relación con Elliot necesitaban aspectos de manipulación emocional, más que intelectual, que no podía encontrar en los líderes de los movimientos hacker.
Por último, sobre el aspecto antisocial de la personalidad de Elliot, Esmail señala que la ironía de un personaje que, al mismo tiempo, es incapaz de conectar con las personas en el mundo real, pero conoce los detalles más íntimos de todos a su alrededor era algo que le interesaba desde el punto de vista narrativo, pero que en gran medida estas características (tanto el carácter antisocial como la adicción) derivan de un intento de reflejar sus propias experiencias.
El hacktivismo, señala Esmail, añade a las complicaciones ordinarias del activismo (del intento, mediante acciones políticas, de generar cambios en la sociedad), la complicación adicional de que sus acciones suelen requerir actividades ilegales. Sin embargo, apunta, muchos de los cambios más importantes de la historia de la Humanidad surgen de la decisión de romper leyes consideradas injustas. En este sentido, Esmail se inscribe en la ética de Thoreau: la desobediencia civil es en muchos casos el único camino hacia la justicia.
Mr. Robot es, entonces, un intento de reflejar un intenso deseo de justicia, combinado con las posibilidades de la sociedad moderna: que una computadora, wi-fi y una persona apasionada pueden ser todo lo que se requiere para originar una diferencia en el mundo. Puede que sea esta pasión, precisamente, el punto donde se encuentra su fuerza: Mr. Robot no se mantiene neutral, no puede hacerlo: su historia es profundamente política y social, y no es posible intentar verla y pretender no tomar partido.
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