Noticia Lenguaje corporal, el idioma de lo que no se dice

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Entender el lenguaje corporal de las personas con las que conversas puede otorgarte una gran ventaja en términos de comunicación.


A todos nos ha sucedido encontrarnos en una conversación con alguien y no creerle lo que nos están diciendo. Una sensación nos dice que algo no encaja, como si estuvieran diciendo una cosa con su voz y otra con su rostro. Esto se debe a que solamente un porcentaje del contenido de nuestras comunicaciones es verbal, y el resto se encuentra contenido en gestos, posiciones del cuerpo, y otros aspectos psicológicos y no verbales de la comunicación. La comunicación no verbal es anterior al lenguaje, y se encuentra también en los animales, sin embargo no ha sido estudiada en la misma proporción que la comunicación verbal, posiblemente por ser más difícil de interpretar.

Esto es lo que conocemos por "lenguaje corporal", un flujo de información y datos tan amplio, que si estamos verdaderamente atentos y aprendemos a prestarle la atención debida, puede resultarnos de una inmensa utilidad para aprender a comprender mejor a otras personas y comunicarnos con ellos de manera más efectiva, tanto al comprender e interpretar sus mensajes como al ser más conscientes de los mensajes que nosotros enviamos.

Confianza: fíngelo hasta que lo logres


Existen signos y señales que indican con facilidad si una persona tiene confianza en sí mismo: pararse derecho, con los hombros hacia atrás, mantener el contacto visual, hablar con claridad. Lo contrario -encorvarse, hablar demasiado rápido o en voz demasiado baja, evadir la mirada- indican lo contrario, que una persona no tiene confianza o está nerviosa. Al saber esto, puedes adoptar los gestos y posturas necesarias en una situación en la que necesitas proyectar confianza, incluso cuando no la estés sintiendo del todo.

Otros signos clásicos son, por ejemplo, señales de que una persona está a la defensiva: los brazos cruzados sobre el pecho mientras habla o escucha, o alejar el cuerpo de su interlocutor. Una persona que está escuchando de manera abierta tendrá los brazos descruzados y apuntará con los pies a la persona con quien habla. Estos son mecanismos que pueden servir para saber si el grupo a quien hablas en una presentación está en desacuerdo o no está recibiendo tus ideas de la manera más ideal.

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Otros signos pueden indicarte que tu audiencia está aburrida o no está conectándose con el contenido: la cabeza hacia abajo, los ojos distraídos o mirando hacia otra parte, gestos con las manos -como jugar con un bolígrafo- o sentarse en la silla en una posición demasiado relajada, en lugar de alerta.

¿Me estás mintiendo?


Una de las conductas más sencillas de delatar a través del lenguaje corporal es la mentira. Una persona que miente muy probablemente mantendrá poco contacto visual, y puede realizar gestos como cubrirse la boca con los dedos al hablar. También puede experimentar cambios en la voz, como un registro elevado, una voz más aguda o aclararse la garganta de manera continua. Algunos signos más difíciles de detectar a simple vista son el incremento en la tasa de respiración, la contracción de las pupilas o el leve enrojecimiento del rostro.

Es importante tener en cuenta que el lenguaje corporal varía no sólo de persona a persona, sino también de cultura a cultura por lo cual es importante no aventurar conclusiones apresuradas, sino tomarlo como un factor a ponderar junto con otros vehículos de información, incluyendo el lenguaje verbal. Algunas de las señales de que una persona está mintiendo pueden indicar simplemente que está nerviosa, y ese estado de nerviosismo podría ser causado por otros factores. El lenguaje no verbal puede ser simplemente una señal a tener en consideración para investigar más, en vez de tomarte lo que te digan por cierto a la primera de cambio.

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