Tras un LG G2 maravilloso y un LG G3 algo descafeinado, los asiáticos de LG vuelven a los campos de batalla con un nuevo equipo. Su nombre es LG G4 y esta es su reseña a fondo.El mundo en el que vivimos es un constante juego de roles. En las manadas de animales, encontramos un líder, los aspirantes a líderes y los “pasivos” que siguen las corrientes ideadas y definidas por los líderes del grupo. En los círculos que conforman las sociedades humanas ocurre algo similar: existe un líder, una persona cercana al líder que aspira a ocupar su puesto algún día, y “los pasivos”.
En la industria tecnológica también podemos identificar el mismo patrón. Algunas compañías actúan como líderes, otras intentan entrar en ese selecto club y, el resto, se limitan a sobrevivir siguiendo las corrientes fijadas por estas compañías.
Este año, LG quiere estar en ese club de liderazgo. En el G7 de la tecnología, lo llamarían algunos. Y para ello presentó el LG G4, un smartphone que trata de reunir lo mejor de la compañía asiática en un único producto, uno capaz de atraer miradas y de conquistar regiones. Una lanza letal para ser un líder tecnológico a lo largo del año 2015.
La pregunta es: ¿lo han conseguido? ¿Es el LG G4 digno de ocupar el trono de hierro? Las respuestas a todas esas preguntas, en esta reseña a fondo del LG G4.## Construcción, diseño y ergonomía
¿Han conducido alguna vez un BMW? ¿Han apreciado esa tapicería de cuero negra con sus manos? ¿O esos detalles cromados y esas líneas tan atractivas? Es una sensación agradable, ¿verdad? Son unos acabados que desprenden calidad, gusto y clase. Justo el perfil de usuario al que trata de apelar dicha marca de automóviles.
La sensación al sostener el LG G4 es relativamente similar. La trasera de cuero da un toque diferente y placentero. Sacarlo del bolsillo y mostrarlo en público denota gusto y originalidad. Llevarlo con nosotros es una maravilla.
Pero no todo es perfecto. Si bien estéticamente es muy resultón y, en la mano, la sensación es única, hay cosas que aún pueden mejorarse. Cosas como los bordes cromados que tratan de imitar al metal y que devaluan ese status que sí denota el resto del cuerpo del LG G4. De la misma forma, también genera algunas dudas el acabado de cuero en términos de resistencia a roces y, en general, al paso del tiempo. En el Moto X de cuero, la trasera se deterioraba considerablemente con el paso del tiempo. ¿Ocurrirá algo similar con el LG G4? Es difícil responder, pues solo el paso de los meses permitirá juzgarlo de una forma justa. Eso sí, en las semanas que ha pasado con él, no he apreciado nada fuera de lo normal.
Un pequeño gran detalle del LG G4 es la sutil curvatura de la pantalla. O mejor dicho, del cristal. No es tan pronunciada como la del LG G Flex 2. Tampoco es flexible. De hecho es difícil apreciarla a simple vista. No obstante, es un detalle que se agradece en determinadas situaciones, como al interactuar con elementos superiores de la pantalla o al llevarnos el teléfono a la cara para realizar llamadas. No es un cambio drástico en lo que a ergonomía se refiere, pero es un añadido que se agradece.
Otro aspecto a tratar del diseño es la ya clásica posición de los botones en la zona trasera. Tuve mis dudas cuando llegó inicialmente en el LG G2, pero con el LG G3 y la gama LG G Flex, me acabaron convenciendo. Estéticamente resulta atractivo y, además, resulta más accesible considerando el gran tamaño del dispositivo (5.5 pulgadas de pantalla). No obstante, si esta ubicación sigue sin convencerte, la función Knock-on facilita el bloqueo y desbloqueo de pantalla mediante un doble tap sobre la pantalla. En mi caso, esta se ha convertido en algo tan indispensable que en otros dispositivos que utilizo habitualmente, la echo de menos.
En términos de ergonomía, las líneas y los bordes más rectos y puntiagudos del LG G4 no le hacen ningún bien si lo comparamos directamente con su predecesor. No obstante, los reducidos bordes alrededor de la pantalla y la sutil curvatura de la pantalla contrarrestan ese paso atrás, quedando en una situación similar a la del LG G3.
La "carrocería" del LG G4, a grandes rasgos, es un firme paso hacia delante respecto al LG G3, sobre todo en la modalidad con acabados en piel -la de policarbonato poligonal es considerablemente inferior-. No obstante, le falta un ínfimo paso para lograr completar esa aspiración que comentaba al comienzo del apartado. Y ese paso se resume en los detalles. Detalles como la distribución de pesos y la robustez (ahí el HTC One M9 es el rey indiscutible) o los marcos de verdadero metal (en lugar de policarbonato). Pero no me malinterpreten; sacar el G4 del bolsillo y utilizarlo en nuestro día a día es una gozada, a pesar de la ausencia de esos detalles -que más que quejas, son sugerencias de mejora-.
Pantalla
Un año atrás, LG dió el salto a las pantallas 2K con su LG G3, convirtiéndose en la primera compañía de las grandes en hacerlo. Eso sí, dicha decisión -mayormente orientada al marketing, todo sea dicho- implicó una pérdida de calidad general del panel. Temperatura de color, contraste, brillos... Todos esos parámetros estaban en la media, pero no alcanzaban los mismo niveles que otros gama alta coetáneos. ¿El resultado? Un panel cojo.
Una notable mejoría respecto a 2014, pero sigue sin alcanzar la perfecciónEste año la situación es diferente. LG ha vuelto a apostar por el mismo tamaño y por la misma resolución de pantalla, pero no por el mismo panel. En el caso del LG G4 se trata de un Quantum IPS -no confundir con la tecnología Quantum Dots que monopolizó el pasado CES 2015-, el cual llega con la promesa de arreglar todas esas quejas que tuvimos del LG G3.
¿Lo cumple? Sí. ¿Es un panel digno de un gama alta? Sí. ¿Es el mejor panel hasta la fecha? No. Esas son las tres secuencias pregunta-repuesta que mejor definen el panel del LG G4. Es mejor que el del G3, es indudablemente un buen panel, pero no logra alcanzar la excelencia.
Uno de los pequeños fallos que le impiden alcanzar esa excelencia lo encontramos en la temperatura de color, la cual es notablemente alta, rondando los 8.000 Kelvins -la temperatura de color óptima es unos 6.500 Kelvins-. ¿Esto qué significa? Que los tonos de la pantalla -especialmente los blancos- presentan un ligero tinte azul. Nada excesívamente grave, créanme, pero en un smartphone de gama alta como este, donde se busca la excelencia, un detalle como este no debería producirse.
La temperatura de color es el mayor problema de la pantalla del LG G4En exteriores, es relativamente sencillo visualizar el contenido de la pantalla gracias a su elevado brillo -poco más de 450 nits-. No habría estado de más una cifra aun más alta como los 600-700 de los iPhone 6 y Sony Xperia Z3, pero, a pesar de ello, la pantalla cumple con las expectativas en este sentido. Nuevamente, más que una queja, ese incremento de brillo sería una sugerencia de mejora.
En el caso del contraste, el brillo mínimo y la densidad de pixeles, el panel Quantum IPS de LG registra unas cifras sorprendentemente buenas. Los negros son verdaderamente negros, definición de los textos e imágenes es realmente buena, y, gracias a ese bajo brillo mínimo, podremos utilizar el smartphone en situaciones de escasa luminosidad sin que la pantalla nos deslumbre. No creo que mintiese si dijera que, en estos tres apartados, el panel Quantum IPS sí está a la altura de los mejores.
Resumiendo: brillo máximo a la altura de un gama alta (aunque sin ser el mejor); temperatura de color mejorable; saturación algo elevada respecto a los valores “ideales”; contraste, brillo mínimo y densidad de píxeles al nivel de los mejores. Si LG corrigiera la temperatura de color, redujera la saturación y elevara el brillo máximo por encima de la media, estaríamos ante uno de los mejores paneles móviles de la actualidad. Pero no es así, y esos pequeños fallos hacen que, nuevamente, quede acariciando la excelencia en lugar de colgarse dicha medalla. Como cuando el Atlético de Madrid perdió la final de la Champions en el tiempo de descuento.
Cámara
La cámara del LG G4 es uno de sus puntos fuertes. Las principales mejoras respecto a su predecesor las encontramos en el sensor (de 1/2.6 pulgadas y fabricado por la propia LG) y en la apertura de las lentes (f/1.8). Esto permite capturar una mayor cantidad de luz en todas las situaciones, lo que permite un mayor juego con la cámara del LG G4. También monta un sensor dedicado especificamente a la medición de los colores, un sistema de estabilización óptica de tres ejes y el ya conocido sistema de enfoque por láser.
Todo estos elementos convierten a la cámara del LG G4 en una de las mejores del momento. Al nivel del Samsung Galaxy S6 y iPhone 6 Plus, que, actualmente, cuentan con las mejores cámaras que podemos encontrar en un smartphone.
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Las fotos diurnas cuentan con un gran nivel de detalle, un buen rango dinámico y unos niveles de exposición acertados, ya sea en modo macro, HDR o "normal". Tan solo presentan un fallo destacable, y es la ligera aparición de nitidez artificial en algunas situaciones concretas, algo que podremos apreciar fácilmente al ampliar al máximo las fotografías. No es un fallo grave ni dramático, pero está ahí.
En las fotos nocturnas, la gran apertura, el gran tamaño del sensor y la estabilización óptica de tres ejes permiten capturar una gran cantidad de luz sin necesidad de un flash LED. Los resultados son geniales en la mayoría de situaciones. Eso sí, en determinadas momentos, aparece más ruido del deseado como consecuencia de una excesiva elevación de la sensibilidad ISO.
Afortunadamente, eso es fácilmente solventable con el excelente modo de fotografía manual que LG ha incorporado en el G4 y que permite controlar parámetros como la exposición, la ISO, el formato en el que se guardan las capturas (JPG o RAW), la temperatura de color, el punto de enfoque, etc. Es, sencillamente, el mejor modo de fotografía manual que podido probar hasta la fecha junto a Lumia Camera.
No resulta descabellado afirmar que la cámara del LG G4 es una de las mejores que he podido probar hasta ahora. Tiene ligeros fallos de medición y de procesado, pero son fácilmente solucionables mediante una futura actualización de software o mediante el uso del modo manual. Tampoco cuenta con tap-to-expose (que ajusta la exposición en función del punto donde enfoquemos), algo cada vez más frecuente en smartphones de gama alta. No obstante, si buscas la mejor cámara del mercado, el LG G4 debe ser una de tus principales opciones.## Usando el LG G4: rendimiento y software
2015 está siendo, hasta ahora, una odisea para todas las compañías que no desarrollen sus propios SoCs. La solución de más alta gama de Qualcomm (Snapdragon 810) ha presentado numerosos problemas: sobrecalentamiento, excesivo consumo energético, bajadas de rendimiento, etc. Lo vimos claramente con el HTC One (M9) y con el LG G Flex 2, dos de los primeros en arriesgarse y optar por esta solución.
Ante este obstáculo en el camino, LG ha optado con el G4 por una solución bastante inteligente: montar el Qualcomm Snapdragon 808, el modelo inmediatamente inferior al Qualcomm Snapdragon 810 que tanta polémica y controversia ha levantado. De esta forma, la compañía asiática esquiva los problemas de sobrecalentamiento, las repentinas bajadas de rendimiento y el excesivo consumo energético.
¿Qué ocurre con el rendimiento? Sobre el papel, el Qualcomm Snapdragon 808 ofrece un rendimiento inferior al Snapdragon 810. Pero, en la práctica, las diferencias entre ambos son ínfimas. La razón es muy sencilla: los modelos con Qualcomm Snapdragon 810 reducen la frecuencia de reloj considerablemente para evitar el sobrecalentamiento y, por consecuencia, el posterior deterioro del chip. Esa bajada de la frecuencia de reloj, obviamente, implica una bajada de rendimiento que deja al Snapdragon 810, aproximadamente, en las mismas cifras que su hermano menor, el Snapdragon 808 -que carece de dicho problema de sobrecalentamiento y puede funcionar sin problemas a sus máximas velocidades-.
El único punto negativo de esta apuesta de LG es la GPU. La Adreno 418 del Snapdragon 808 es inferior a la del Snapdragon 810, y así lo demuestran numerosas pruebas de rendimiento. ¿Es esto grave? En absoluto. La Adreno 418 es realmente solvente. Tanto, que muy pocos lograrán apreciar diferencias entre esta y la del Snapdragon 810 (más allá de las pruebas de rendimiento). Eso sí, si ponemos la vista en el futuro, cuando las aplicaciones requieran actividades gráficas más intensas, la diferencia entre ambas unidades de procesamiento gráfico sí será más determinante.
Exceptuando el debate del SoC Snapdragon 808, el LG G4 funciona sin problemas en todo momento. En ningún momento he apreciado una bajada en la tasa de FPS, una excesiva demora en la carga de aplicaciones o una multitarea lenta. Los 3 GB de RAM junto al SoC elegido por LG forman un duo muy solvente para la gran mayoría de tareas.
Entrando en el terreno del software, el LG G4 deja sensaciones encontradas. Por una parte, el fabricante ha incorporado funciones útiles como knock code, quick shot o la automatización de acciones en base al contexto (por ejemplo: si conectamos los auriculares, que se abra Spotify), las cuales resultan, en su gran mayoría, muy útiles. Pero, por otra parte, LG sigue insistiendo con las mismas líneas de diseño para su UI, las cuales, simplemente, no acaban de encajar con un móvil de más de 600 euros.
¿Es esto un drama? En absoluto. La UI de LG funciona rápida y fluida, es útil en la mayoría de casos y, estéticamente, digerible. No es la mejor UI de la historia, ni tampoco la peor. Pero no habría estado de más una mejora en este sentido. Afortunadamente, gracias a la gran personalización que permite el SO Android, este pequeño problema se puede solventar relativamente fácil -aunque no sea la vía más optima-.
Autonomía y sonido
En lo que a autonomía se refiere, el LG G4 destaca respecto a sus principales rivales. Pero lo hace para mal. De hecho, es el mayor punto negativo del LG G4. No solo no es excelente –que es lo mínimo que deberíamos exigir a un smartphone de gama alta–, sino que no llega ni a la media. ¿Cuál es esta media? Con un uso moderado (combinando diferentes aplicaciones como Gmail, WhatsApp, Telegram, Teléfono, Slack, Wi-Fi, 4G y diferentes niveles de brillo), unas 4:30 horas de pantalla. Por encima, es buena. Por debajo, no.
En los días que estuve usando el G4 como mi único smartphone principal, nunca pude alcanzar más de 4 horas de pantalla con un uso moderado –lo normal eran unas 3:30. Con uso intensivo (juegos, 4G permanentemente y uso intensivo de la cámara, además de las clásicas aplicaciones como WhatsApp, Gmail, Telegram, etc.), la cifra descendía hasta las 2:30 al final del día. Unos números terribles para un smartphone de gama premium (+600€ de PVP).
El sonido, por el contrario, sí fue una grata sorpresa. El altavoz del LG G3 sonaba alto y claro. El del LG G4, sigue su misma línea. Suena muy alto y bastante claro. Eso sí, a niveles altos de volumen, este comienza a distorsionar ligeramente –algo comprensible considerando el pequeño tamaño del altavoz–.
Lo único que cambiaría respecto al sonido es la posición del altavoz, que se encuentra en la zona inferior trasera. Al ser ligeramente curvo, este se ahoga menos al dejarlo reposando sobre una mesa. Pero al estar en la zona inferior, es muy fácil cubrir la salida de audio mientras sostenemos el dispositivo con las manos. Situarlo en los bordes o en la zona superior podría haber sido una mejor idea. 7.5Tras varios días usando el LG G4, tengo claro que supone un paso hacia delante respecto a su predecesor. Ha cumplido su oculta promesa de sanar las heridas del LG G3 y, paralelamente, ha intentado aportar originalidad con detalles como la trasera de cuero o la ligera curvatura de su pantalla. Pero, por desgracia, sigue sin alcanzar ese status que tanto buscan en LG.
Lo que le impide llegar a esa posición son pequeños detalles. Detalles como la solidez del dispositivo y el marco de policarbonato, la temperatura de color de la pantalla, el diseño de la interfaz de usuario o la GPU Adreno 418. Todos esos detalles, junto a la desastrosa autonomía, marcan la diferencia entre un producto que aspira a ser el mejor con un producto que es el mejor.
Afortunadamente, LG parece estar en el buen camino. Ha sabido alcanzar la excelencia en el apartado fotográfico, cuenta con ideas propias para diferenciarse del resto (como pantallas curvas, baterías de gran capacidad o acabados para la parte trasera) y, en un futuro inminente, llegarán al mercado sus propios SoCs para dispositivos móviles. No tengo dudas de que, con un mínimo de suerte, LG podrá alcanzar en algún momento esa excelencia. Pero el LG G4, tal y como hemos podido ver, no será quien la logre. - Diseño. Original, elegante y cómodo. Sobre todo la versión de cuero. - Cámara. Una de las mejores del momento sin lugar a dudas. Su modo manual es una maravilla. - Software. Rápido, fluido y repleto de funciones útiles como Knock-on.- Software. Aquí también. Hay muchos puntos positivos en el software, pero el diseño de su UI (User Interface) no es uno de ellos. - Batería. Un desastre. No hay otra forma de calificarla. - Pequeños detalles. Como la temperatura de color de la pantalla, el marco de policarbonato o la inferioridad de su GPU. Aislados pasan desapercibidos. Juntos, no tanto.
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