En mi búsqueda por encontrar un ratón que cumpliera mis necesidades de trabajo he dado muchas vueltas durante los últimos meses tras jubilar, por fallo mortal del hardware, a mi viejo y venerable Logitech MX300 que ha servido fielmente bajo mis dedos casi una década. La búsqueda ha sido larga, compleja, sobre todo por haber pasado una temporada por el Magic Mouse al que me acostumbré, pero que acabó fuera del escritorio más que por el fastidio de las baterías, por problemas de conectividad.
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