Además de la carrera espacial, la NASA tiene otros proyectos más mundanos. Construir aviones híbridos es uno de las últimos proyectos.
Los coches con motores híbridos son ya una realidad asentada: sólo hay que ver qué coches eligen mayoritariamente los taxistas para ver que ya están lejos de su estadio de promesa. En el caso mencionado, el mundo del taxi, la elección está clara, porque pese al coste inicial, el ahorro económico es considerable.
Para las compañías aéreas el consumo de combustible es esencial en la escala de costes y cualquier cosa que permita reducir el consumo o utilizar combustibles alternativos será buena noticia. En este caso, lo último de la NASA puede ser interesante, porque están haciendo progresos en aviones híbridos.
La tecnología que cambió los coches también para trayectos urbanos también será importante en el aireEl funcionamiento, a priori y a falta de conocer más detalles, sería similar al de un vehículo híbrido que ya se encuentra en el mercado, es decir, potenciar al motor mediante energía eléctrica y combustible. Y en ese sentido, por muy similar que pueda llegar a ser, hay que tener siempre en cuenta que hablamos de un medio, el espácio aéreo en el que entra en juego un (entre muchos) elemento tan importante como la variación de presión. Por ello, científicos e ingenieros están tratando de mejorar los pequeños detalles, como las piezas o el aislamiento de los cables.
¿Cómo hacerlo funcionar? Amy Jankovsky, ingeniera de la NASA afirma que utilizan motores eléctricos y generadores que se combinan com motores de turbina para distribuir la energía por todo el avión para reducir la cantidad de combustible quemado.
Según los investigadores, el uso de los aviones híbridos podría producir un ahorro de un 30% de combustible, cifra altísima si tenemos en cuenta los millones de litros que se usan al año en vuelos comerciales y militares. Está claro que existiendo ese interés económico de por medio, la tecnología no debería tardar demasiado en llegar, pero son muchas las fases que tiene que atravesar un proyecto para hacerse realidad.
Más allá de la eficiencia, es muy importante pensar en la contaminación que se evita, en un momento en que parece que todos los países han tomado conciencia, o al menos eso parece, cuando son sólo doce los países que no se comprometen contra el cambio climático, tras 20 años negando su existencia
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