O la prueba de que el equipo de Jonathan Ive es capaz de lo mejor y de lo peor.
Cuando pensábamos que todo el pescado estaba vendido, el martes saltó la sorpresa cuando Apple puso a la venta la nueva Smart Battery Case para el iPhone 6/6s, su primera funda con batería con la que se supone podremos aumentar la vida del dispositivo hasta las 25 horas de conversación y 18 de navegación LTE. La funda cuenta con un par de detalles que hacen que funcione mucho mejor con el iPhone, que otras de fabricantes como Mophie: se carga por Lightning (como el iPhone) y muestra el porcentaje de batería de la funda en la pantalla de bloqueo y el centro de notificaciones. Sin embargo, un pequeño bulto en la parte trasera ha hecho que las bromas afloren dejando en evidencia (una vez más este año) las decisiones del equipo de diseño de Jonathan Ive. Unos han bromeado diciendo que había que cambiar el pañal al móvil, otros lo han comparado con un camello, alguno ha bromeado sobre si el iPhone se había quedado embarazado, e incluso (y este es el que más me ha gustado) los hay que han encontrado el parecido con una tirita.
Esto ha hecho que mucha gente se encuentre contrariada, ¿acaso no era Apple la empresa del diseño impecable? Bueno, solo hay que echar la vista atrás para ver que el equipo de diseño de Apple no siempre acierta.
La funda "Crocs" del iPhone 5c
Solo tenemos que remontarnos dos años para encontrar el primer ejemplo de funda "fea" (para gustos los colores desde luego) que vendió Apple. En concreto fue la funda del iPhone 5c que, por si alguien no lo recuerda, tenía como objetivo renovar el aspecto del iPhone 5 para seguir resultando novedoso al mismo tiempo que resultaba atractivo al público más joven. El resultado fue un teléfono con casi todos los colores del arcoíris y unas fundas a juego con la parte de atrás agujereada para poder combinar colores.
La idea era buena sobre el papel, pero en el mundo real parecía que el teléfono llevaba puestas unas Crocs. Por no hablar de que los agujeros dejaban pasar toda la suciedad y no se tuvo en consideración que los agujeros cortaban el nombre del teléfono dejando a la vista solo un "hon".
iPad Pro y el Apple Pencil
Pese a que su rendimiento ha sorprendido incluso a los artistas más exigentes, el Apple Pencil no se ha librado de críticas por culpa de uno de los sistemas que se ha ideado para cargarlo: conectarlo al iPad Pro mediante Lightning. El uso de este conector es muy acertado, puesto que es el estándar en todos los dispositivos móviles de Apple, sin embargo, la situación en la que queda el lápiz cuando se conecta al tablet hace que se pueda romper fácilmente (eso y que parece que sujetamos un cartel de protesta).
La situación no es ideal, pero tampoco es la única forma de cargarlo. Ni siquiera es la recomendada por Apple que incluye un adaptador Hembra/Hembra de Lightning para que podamos cargar el lápiz con el mismo cargador del iPad o el iPhone. El motivo por el que se incluye es para poder cargar nuestro lápiz de manera rápida (15s de carga dan 30 minutos de batería) cuando estamos fuera de casa. Claro que se podría usar el Smart Connector, pero dudo que pueda cargar tan rápido el Apple Pencil.
Magic Mouse 2 y Apple USB Mouse
Apple USB Mouse I Wikipedia
Aunque Apple fue una de las primeras compañías en usar el ratón en un ordenador eso no ha evitado que a lo largo de los años haya cometido unos cuantos errores de "novato" al diseñarlos. El primero de ellos fue con el Apple USB Mouse que incluían todos los iMac G3, el primer ordenador firmado por Jobs y Ive. Su diseño trataba de seguir las líneas del iMac, pero el hecho de ser redondo como un disco de Hockey hizo que no solo resultase desagradable a la vista si no también en el uso del día a día.
Pese a que su ergonomía no termina de convencer a todos ese no es el problema principal del Magic Mouse 2. Este nuevo ratón es una pequeña evolución respecto al modelo original que incluye alimentación por batería en vez de pilas. ¡Hasta usa el mismo cargador que el iPhone! ¿El problema? El conector está debajo del ratón por lo que sí se queda sin batería hay que dejarlo de lado mientras se carga y no se puede usar. Al menos con el sistema de carga rápida solo hay que tenerlo así un par de minutos para tener 8h de batería.
Una cuestión de puertos
Esta puede ser la polémica más recurrente en los diseños de Apple, los puertos o más bien la ausencia de éstos. Ya con el iMac G3 que he mencionado antes se les criticó por prescindir de la disquetera para incluir un, por aquel entonces, desconocido lector de CD. Lo mismo ocurrió con el MacBook Air en su primera generación cuando prescindió del lector de CD/DVD para incorporar únicamente 4 puertos: cargador, USB, micro-DVI y auriculares. Algo que se rectificó con el rediseño del MacBook Air pero que se ha vuelto a llevar al extremo con el nuevo MacBook, que de solo incluye dos conectores: USB-C y auriculares.
Seguramente es una polémica que se volverá a repetir en unos meses si Apple finalmente decide eliminar el conector de auriculares del próximo iPhone como dicen los rumores. El problema está en que aunque cada cambio, cada eliminación de un puerto o un conector, está seguido de una gran polémica que en ese momento tiene sentido pero que a largo plazo queda como una mera anécdota. ¿O acaso alguien quiere volver a la época en la que los ordenadores tenían 15 puertos distintos, lector de DVD, tarjetas de memoria y pesaban 3 kilos?
El iPod de las carencias
Aunque los iPod le han dado muchas alegrías a Apple, también le han traído unos cuantos dolores de cabeza. En concreto hablo del iPod Shuffle, el menor de todos los "hermanos", que ha sido criticado a lo largo de los años.
Nada más nacer se le echó en cara no tener pantalla: "¿quién va a querer un MP3 en el que no puedes ver que canción va a sonar?". Aunque más tarde demostró que esa carencia era su principal ventaja, puesto que era tan pequeño que era ideal para hacer deporte. Lo que no terminó de ser tan buena idea fue cuando en su tercera generación decidieron prescindir también de los botones para controlar la reproducción y obligar a usar el mando de los auriculares. La gente no tardó en compararlo con un mechero (E incluso se lanzaron fundas que agregaban los botones), lo que hizo que un año más tarde volviera a cambiar de forma para dejar de parecer un encendedor y de paso recuperara los botones de control.
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