Editar imágenes suele ser el siguiente paso tras realizar fotografías, lo cual incluso puede resultar necesario para sacar todo el partido posible a nuestra instantánea.
Del mismo modo que en la fotografía química se empleaban diferentes técnicas de revelado para variar los efectos del negativo, las imágenes digitales también suelen editarse para conseguir un resultado más acorde a nuestras expectativas. Normalmente, los ajustes básicos de edición suelen estar bastante claros, pero quizá no tanto los errores más comunes.
La propia experiencia suele ser el indicador más valioso para encontrar la mejor forma de editar imágenes. Practicar con distintas fotos es el aprendizaje más valioso para elegir qué valores son los más adecuados para esa instantánea, ya que cada una requerirá de diferentes valores para que ésta se ajuste a lo que deseamos.
Hoy en día, aprender fotografía no abarca únicamente el proceso de captar imágenes, el de la edición es otro campo que se ha convertido en necesario. No obstante, cuando somos novatos en este campo solemos cometer una serie de fallos que podemos evitar.
Utilizar JPEG
RAW Sony RX10 II
JPEG Sony RX10 II
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Aunque pueda parecer algo obvio, cuando nuestra idea es la de editar imágenes siempre debemos optar por el RAW en lugar del JPEG. Optar por el archivo “bruto” en lugar del comprimido nos permite tener más datos y por lo tanto también más cantidad de información, algo nos afecta a la hora de intentar recuperar las altas luces o las sombras. Eso sí, como consecuencia de ello ese archivo ocupará más tamaño, por lo que quizá podríamos necesitar alguna tarjeta adicional si nuestra intención es la de tomar una gran cantidad de imágenes.
No cambiar el perfil de color
Suele ser un error a la hora de exportar la imagen. En ocasiones los colores no se corresponden con los que veíamos mientras editábamos esa instantánea, algo causado por utilizar un perfil de color inadecuado para el lugar donde se va a visualizar. Es decir, la mayoría de monitores suelen aceptar el perfil de color sRGB, por lo que si exportamos esa imagen en Adobe RGB u otro, su tonalidad no coincidirá con la previsualización del software de edición. Si usamos Photoshop, para cambiarlo solo debemos ir a edición – convertir en perfil, y allí seleccionar el que deseamos.
Excesivo enfoque
No, please.
Utilizar herramientas para enfocar puede ser positivo, pero hasta cierto punto. De hecho, si empleamos en exceso funciones como “claridad” de Lightroom, es probable que se generen unos halos indeseados en los bordes de los objetos, algo que nos otorga como resultado un resultado artificial. Asimismo, cuando enfocamos en exceso también podemos provocar que los tonos de la imagen no se muestren de una forma degradada, sino por capas. Esto es algo especialmente nocivo cuando tenemos un cielo con un atardecer o amanecer, donde un gran enfoque puede arruinar su amplia variedad de tonos.
No vigilar el histograma
Créditos: picturemonk
El histograma es como la radiografía de nuestra imagen. Dicen que lo más indicado es tener una curva en forma de campana de gauss, aunque eso no se puede aplicar a todas las instantáneas. Así, el histograma puede ser una ayuda para encontrar aquel ajuste que la foto requiere. Si no llega a los extremos, quizá necesite más contraste; o si se sitúa demasiado a la derecha, puede que requiera disminuir varios pasos de exposición y así recuperar algo de información en la toma.
Asimismo, el histograma no solo se puede vigilar en el momento de la edición, de hecho ya existen muchas cámaras que poseen la función de incorporar un histograma en vivo para, en el momento de la toma, valorar la exposición de esa imagen.
Abusar de efectos
Ejemplo de lo que no deberías hacer.
El viñeteado tampoco debe ser un efecto a evitar, de hecho puede ayudarnos a crear la sensación de inmersión si oscurecemos los bordes de la instantánea. Sin embargo, abusar de este efecto puede otorgarnos un resultado artificial y muy poco profesional.
Asimismo, también puede ocurrir algo similar con la saturación. Abusar de ella genera unos colores demasiado irreales, similares a los excesivos HDR que en ocasiones suponen ser todo un atentado visual.
¿Filtros?
Filtro VSCO Film® 00 Starter Pack
Podemos encontrar acciones o filtros que de manera automática se apliquen a nuestras fotos ¿debemos usarlos? Sí, pero no debemos quedarnos ahí. El filtro debe ser la base sobre la que sentar nuestro revelado digital, ya que no todas las fotos se adaptan de la misma forma a un efecto. Por lo tanto, dependerá de nosotros ajustar correctamente ese filtro para lograr que luzca de la mejor forma posible.
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